Donde esperan los monstruos
A Marta todos los días se le escapaba el autobús. El taxista que siempre esperaba frente a la parada le decía que subiera, pero ella negaba con la cabeza y se iba andando.
Aquel día llovía tanto…
Donde esperan los monstruos
A Marta todos los días se le escapaba el autobús. El taxista que siempre esperaba frente a la parada le decía que subiera, pero ella negaba con la cabeza y se iba andando.
Aquel día llovía tanto…
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Perséfone, novela online por entregas: http://universoca
Presagios varios
Tanto, tanto temió por su vida que, al no estar dispuesto en su destino, la diosa tuvo que hacer que el cielo se le cayese en todo el cráneo.
-Luego que no se queje que yo voy a ser al final la ridícula
La mejor manera de evitar que un preso escape es asegurarse de que nunca sepa que está en la cárcel.http://acercadelcieloyelinfierno.blogspot.com.es
Epístolas
Escribió una carta de amor a Pessoa.Su respuesta se puso un vestido de verso.
Somos mentira.
Amor sordo
Toda ella era poesía, aunque resbalara con las comas, tropezara con los puntos y se le atragantaran las erres. Un pestañeo de sus ojos verdes, un temblor de sus labios rojos, un rizo de su pelo rubio, no precisaban de mares, corales u oro con los que compararlos.
Chipichuski Fernández Pi (Tú puedes llamarme Chipi)
Paralelos
Mal día tuvo la ministra. Agobiada, casi choca con un pordiosero al doblar la esquina. El pobre le recuerda la última ocurrencia del responsable de sanidad de la comunidad y se sonríe.
Aunque no haya dejado ninguna moneda en su gorra, el mendigo agradece la sonrisa.
Se acabó el cuento.
Farándula
Entró al despacho del productor. Entregó su book. Recitó varios diálogos de Lolita y se equivocó. Entonces, se miraron, el viejo sonrió y ella asintió con la cabeza. Tras cinco minutos debajo de la mesa, nació una estrella.
Los dardos al sol
Su falta de experiencia le llevó a cometer fallos imperdonables en las Microjustas, que le apartaron de los primeros puestos.
No obstante, agradecía a los jueces que hubieran pensado en él como primer tema del nuevo concurso.
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Negocios de mamá
Cuando papá resucitó fue nominado para la beatitud. ¡Qué silencio mientras el cardenal abría el sobre¡
Mamá, que ya tenía organizado el negocio se cabreó por el resultado. Acto seguido, denunció al Vaticano por prevaricación.
soy bizco pero no se me escapa ninguna presa
El lamento del insecto
Pareciéndome que una voz me llamaba, me acerqué al cristal. "Escucha", oí con notable claridad, "soy el Ministro de Justicia, abusé de mis atribuciones, es cierto, pero he pagado mi falta con heces, sí, heces; me han degradado, desde hoy habito el cuerpo esta mosca."
Malas lenguas
A la gente le extraña que viva una mosca detrás de mi oreja, pero me dan igual los chismorreos. Soy feliz sintiendo su zumbido y sus patitas acariciando mi lóbulo derecho. Ahora dicen que estamos locos, pues desde que me salieron cuernos, mi mujer convive con un cabrón.
La dilsexia es la venganza de las lertas conrta la dictaruda de los autroes
Carbón.
Se acabó el cuento.
La dilsexia es la venganza de las lertas conrta la dictaruda de los autroes
Carbón.
La palabra es carbón.
Siempre preparada para la eyección.
No más
Lo tenía todo planeado: solo podía haber un proveedor en el pueblo y era Cecilio, el carbonero. Antes de que llegara la noche fatídica, convertiría su almacén en una enorme barbacoa. Ese año se había esforzado mucho en ser bueno, merecía una bici, cavilaba mientras contaba las cerillas.
Chipichuski Fernández Pi (Tú puedes llamarme Chipi)
Viaje de ida
Para su escapada a la montaña, ella llenó su maleta de prendas de vestir, de comida, de medicamentos, de recuerdos, de mapas y hasta de joyas; mientras que él tan solo procuró que su caja de cerillas estuviera bien provista de mixtos.
Cuatro instantáneas
El primer fósforo le reveló que no estaba solo. El segundo, un rostro que juzgó siniestro. El tercero, un arma apuntándole al vientre. "Venga, enciende otro", oyó decir a su mujer, "no quiero que mueras a oscuras."
Las intenciones del señor cura
Manolito era un niño aplicado, obediente y servicial. Nadie comprendió lo que le pasó cuando, a solas, don Mariano le pidió que fuera monaguillo. Su cara de querubín se transformó en la de una bestia insana.
Mi blog: www.serfineu.blogspot.com
Las intenciones del señor cura
Manolito era un niño aplicado, obediente y servicial. Nadie comprendió lo que le pasó cuando, a solas, don Mariano le pidió que fuera monaguillo. Su cara de querubín se transformó en la de una bestia insana.
Lidia
Su marido la llamaba loca porque quería ser torera. Le hizo cambiar de opinión, cuando en una corrida le cortó las orejas y el rabo al cornudo.
Equidad equina
-¡Cornudo, que eres un cornudo!- así intentaba ridiculizar Centauro al bello Unicornio delante de su yegua amada.
-Cree el ladrón que todos son de su condición - respondióle éste al ver como la yegua hacía ojitos al majestuoso vuelo de Pegaso.
"Let it be"
Estaba subido ya en "Pegaso Troner" y, mientras comenzaba la tarea diaria, dando rienda a sus pensamientos más íntimos. Las lágrimas corrían ya por sus mejillas. Entonces la radio cobró vida al sonar en ella su canción. Le vino entonces la deseada ráfaga de confianza y seguridad.
La mejor manera de evitar que un preso escape es asegurarse de que nunca sepa que está en la cárcel.http://acercadelcieloyelinfierno.blogspot.com.es
Quinta convocatoria
Esa vez sí que aprobaría.
Somos mentira.
Malage
Había estudiado mil horas para ser el mejor de la clase, aprobarlo todo y que ella se fijara en él y cambiara de favorito. Pero entonces volvió Chipi.
Chipichuski Fernández Pi (Tú puedes llamarme Chipi)
Evidencia
Chipi era el perro de mi vecina, un dóberman muy peligroso que ladrada sin cesar, según ella, a todo aquel desconocido con el que se topaba. Por eso aquella tarde en el que se escapó de su casa y salió juguetón al encuentro de mi marido, me sentí engañada.
Engañada
Se da un baño de sales, se depila con esmero, se perfuma. Escoge cuidadosamente la ropa interior y pasa un buen rato ordenando sus cabellos. Esconde el minivestido negro en el bolso y cubre la lencería con ropa informal mientras yo, en el salón, persigo moscas.
Se acabó el cuento.
El señor de las moscas
Belcebú se paseaba impunemente entre los niños, siseándoles al oído maldades que ninguno de ellos imaginaría haber pensado antes.
Cuando Gotzon asesinó a Chipi, el Silencio que inundó la Sortija solo fue roto por el grito de rebeldía de Raelana:
-¡Malaje!
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El señor de las moscas
Belcebú se paseaba impunemente entre los niños, siseándoles al oído maldades que ninguno de ellos imaginaría haber pensado antes.
Cuando Gotzon asesinó a Chipi, el Silencio que inundó la Sortija solo fue roto por el grito de rebeldía de Raelana:
-¡Malaje!
pobre chipi. Rae, chssss! Un minuto de Silencio por ella...
Palabra: malaje
En clase
-Quién sabe lo que es un paralelepípedo -pregunta la profesora.
-Yo -asegura Gonzalo-. Un pájaro prehistórico.
-Tonterías. ¿Chipi?
-Jane, te estoy viendo las bragas.
-¡Silencio, Colorín!
-Un cuerpo geométrico formado... -chilla una voz desagradablemente aguda hasta que mi escupitajo la hace callar.
En clase
-Quién sabe lo que es un paralelepípedo -pregunta la profesora.
-Yo -asegura Gonzalo-. Un pájaro prehistórico.
-Tonterías. ¿Chipi?
-Jane, te estoy viendo las bragas.
-¡Silencio, Colorín!
-Un cuerpo geométrico formado... -chilla una voz desagradablemente aguda hasta que mi escupitajo la hace callar.
¡¡¡Señooooo!!!
La palabra es callar
Chipichuski Fernández Pi (Tú puedes llamarme Chipi)
En clase
-Quién sabe lo que es un paralelepípedo -pregunta la profesora.
-Yo -asegura Gonzalo-. Un pájaro prehistórico.
-Tonterías. ¿Chipi?
-Jane, te estoy viendo las bragas.
-¡Silencio, Colorín!
-Un cuerpo geométrico formado... -chilla una voz desagradablemente aguda hasta que mi escupitajo la hace callar.
¡¡¡Señooooo!!!
La palabra es callar
Va, Chipi, no te dejes amilanar. Como veo que esto se está animando te cuelgo el que te tenía preparado y me pisó la colorines (entre bichos de colores está feo pisarse la manguera, que lo sepa )
Para Chipi:
Amenaza
Tras la jornada de puertas abiertas a las escuelas, la inquietante pintada en el baño privado del despacho del presidente.
¡Volveré!
A callar la palabra.
Se acabó el cuento.
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Palabras contadas
¿Me recuerdas? Ya veo que sí. Suplicaste una prórroga, y te concedí cincuenta palabras, una pequeña fortuna. Pues bien, ya las has gastado. Sí, los juramentos también cuentan. De poco te valió fingir que habías quedado mudo. Gritas en sueños, ¿lo sabías? En fin, vengo a llevarte.