Aborrecimiento
Lo observo caído a mis pies y lloro. Todo el odio que le tuve en vida se derraman junto a esas lágrimas; tantos esfuerzos y batallas, denuedos y pujanzas, años de encono y hostilidad resbalan por mis mejillas cayendo al suelo yermo. Ya lo echo de menos.
El rival adecuado
Cansado de tantas batallas, de tanta sangre derramada, elijo contrincante. Y por primera vez no tengo miedo.
Solo me mueve la curiosidad. Miau.