Toda una vida
Huyendo de su última trastada se escondió en el armario de su habitación. Cuando se atrevió a salir, sus nietos correteaban por la estancia.
Toda una vida
Huyendo de su última trastada se escondió en el armario de su habitación. Cuando se atrevió a salir, sus nietos correteaban por la estancia.
Hogar, dulce hogar
La buscó en el desorden del dormitorio, en el olor a cerrado de la salita y entre lo apergaminado de la ropa tendida en la terraza. Ni siquiera la encontró en la soledad de la cocina.
Tanto monta...
Me gusta comer en la cocina y hacer el amor en el dormitorio, pero por ti cambiaría los verbos.
Vivir
Dormir, soñar, despertar, hablar, comer, amar, llorar, comer, odiar, comer, leer, escribir, querer, desear, soñar, dormir.
Sin pensar.
La lengua es el arma blanda que mata sutilmente.
Reflexion
Acabo de leer que el cortejo nupcial, en el comportamiento animal, es aquel en el que el macho busca apareamiento con la hembra y, a su vez, esta recibe placer. Me caso mañana después de cinco años de noviazgo. Sí, no hay duda, esto de pensar nos hace listísimos.
Táctica
Los perros de mi vecina son listísimos, al menor ruido, forman un círculo y ladran para mostrar sus colmillos. Asustan y de esta forma protegen su hogar. Pero, no me rindo. A mis chicos les estoy instruyendo para que venzan el miedo, salten la verja y griten «papá, vuelve».
Job 15:25
La quinta vez que lo resucitaron para guiar su rebaño hasta la Gloria del Padre, ya creía mucho más firmemente en el libre albedrío.
A la paz de Dios.
Juguete roto
Sin llegar a darse cuenta, quedó convertida en una pobre anciana que vagaba por las calles exhibiendo su ceguera. Nunca supo qué pesaba más, si la ignorancia o el olvido.
REPETICIÓN
Volvieron las altas chimeneas. Volvieron las largas filas de condenados, vestidos con uniforme sucio de rayas azules y blancas. Volvió el aire que sabía a muerte. La historia se repetía, cien años después, y en Nueva Auschwitz la humanidad repetia sus atrocidades, tras olvidar su pasado.
Pasado a la carta
Reímos cada vez que recordamos anécdotas de nuestra juventud. Mi mujer siempre lleva la iniciativa en este juego y, si soy sincero, he de reconocer que la mayoríade ellas ya las había olvidado, es más, ni siquiera tengo la certeza de haberlas vivido nunca.
Supermetroman
Me levanté del asiento y empujé al chulo que la estaba metiendo mano disimuladamente justo cuando las puertas se abrieron. Ella me abrazó y me besó en los labios mientras todo el vagón aplaudía.
La mujer de mi izquierda me empujó para salir, sacándome de mi ensoñación.
La lengua es el arma blanda que mata sutilmente.
Riesgos de soñar despierto
La barbilla en el puño, la mirada ida, esta vez fue demasiado lejos; posé un dedo en su hombro y se derrumbó.
Castillo de naipes
Me armo de paciencia, templo mi pulso y me dispongo a construír una historia de amor sólida y duradera. Entonces llegas tú, con ese aleteo de mariposas que me nubla la cordura y todo se derrumba a mi alrededor.
Los hunos contra los "hotros".
Hebreos 11:30
Cuando las cárceles estuvieron llenas de toda la gente que rodeaba el congreso, los bancos, los ayuntamientos, las cámaras de comercio, las sedes de los partidos, la bolsa; por fin, por fin todos los ladrones quedaron encerrados fuera.
A la paz de Dios.
Dobles
El amable vecino, el atento compañero, el arquitecto brillante, el señor impecable, el buen hijo, el yerno perfecto, mi amorcito… es el que se queda fuera cada noche, mientras yo voy conociendo, a base de golpes sin sentido, al maldito maltratador.
Amores eternos
—Deja que limpie esa sangre. ¿No ves que es porque te quiero? —y se acercó a ella.
—Yo también te quiero, amor mío —y le hundió el cuchillo en el vientre.
La esencia secreta
Intento buscar las uvas y el vino que probé sobre su piel; pero la fruta nunca sabe igual, y el bouquet siempre es diferente. Sólo necesito encontrar, de nuevo, los sabores que mezclé en aquella improvisada bandeja.
La princesa idumea
Se vistió sin prisa, dejando que la luz acariciara cada rincón de su piel. Sabiéndose bella, sabiéndose fuerte. Sobre el baúl de la alcoba, la cabeza de Juan la miraba con ojos lascivos.
Hoy martes 17 de diciembre, de 23 a 0h hora feliz en La Sortija. Podéis escribir todos los micros que queráis (con la norma habitual de las 50 palabras, claro) siempre que haya otro en medio, o sea, un justero no puede contestarse a sí mismo. Y con una salvedad: el tema es la palabra del último micro pero no podéis nombrarla en el vuestro.
EL ANSIA
La quería tener junto a él para acariciarla, besarla, amarla con pasión desenfrenada. La observaba a hurtadillas, sin atreverse a más. Una tarde de otoño, cuando anochecía, dio el paso decisivo. Por supuesto, su amor fue breve. Aun así, lloraba mientras enterraba su cuerpo junto a las otras.
¡Sorpresa!
Abrí la puerta y haciendo gala de la caballerosidad que me caracteriza, franqueé el paso de forma galante, para que ella cruzara el umbral en primer lugar. No contaba con que mi mujer hubiera adelantado su regreso a casa.
Pistoletazo de salida. Recordad que no podéis nombrar el tema en el micro.
La palabra es casa.
Si supieran
El corro de vecinos gesticula, nadie se explica cómo se ha venido abajo el edificio; sentado en los escombros, alguien ríe como borracho, apretando entre los dedos el clavo que arrancó de la fachada.
pisado agg
La lengua es el arma blanda que mata sutilmente.
Habladurías
Dicen que el vecino del segundo se vestía de mujer, que lo buscaba la policía, que practicaba vudú, que maltrataba a su perro, que padecía el síndrome de Diógenes, que bebía y cientos de desmanes más. Y todo ello sin que nadie supiera que aspecto tenía ni si vivía.
NO VALE (el tema ya no era casa, sino fachada)
Pisado re-aggg
La lengua es el arma blanda que mata sutilmente.
Hogar, dulce hogar…
…pensó la pulga sobre el ratón que había ingerido la culebra a la que la garceta había tragado. Hogar, dulce hogar pensó la garceta espulgando al búfalo cafre, que sentía lo mismo, porque había nacido en el zoo y no conocía la sabana.
La lengua es el arma blanda que mata sutilmente.
Pereza, el tuyo venía bien para ese tema también.
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El escritor
El día que murió todos fueron al cementerio, menos ella. La abuela se encerró en la biblioteca y pasó días leyendo sus libros. Mientras nosotros nos despedíamos de su cuerpo, ella se reencontraba con el alma del abuelo.