3.000 en lo que va de año
Intentaron llegar, pero no pudieron.
La esperanza de una vida mejor les condujo a la muerte. Veinte segundos del telediario les sirven de improvisado féretro común.
Luego nosotros, hipócritas, pagaremos una fortuna por cada pez salvaje que se alimenta de sus cuerpos.
Anónimos
Admiraba tu piel blanca y casi daba miedo traspasarla de tan delicada. Era devoción lo que sentía. Tus pupilas cristalinas me miraban en cambio suplicantes de contacto, hambrientas de caricias. Yo: tan tosco, tan áspero... Tú: desnuda y con sombrilla. Lo que el viento trae, se vuelve a llevar.
¿Bombones?
Era feliz con su camión de reparto. Fantaseaba con las formas de los paquetes, las caras de los destinatarios, la letra de los remitentes, imaginando vidas ajenas. Pero aquella tarde su profesionalidad se desmoronó, cuando tuvo entre sus manos aquella caja roja que debía entregar a Penélope.
Espontáneo
El soldado, el nuevo, elevó su presencia al ruido del mundo con la sana y libre intención de acontecer. Todos los ojos buscaron corporativamente al guapo del batallón que desaprobó la insumisión. Aún así, el nuevo, llenó de rojo clavel color el corazón de Penélope con un solo disparo.
Cuento atrás
Un hilo de sangre se recoge lentamente. Su cuerpo, como un fardo, se alza. Baja la mano que mantenía sobre mi cabeza, amenazadora. Dos balas se introducen por el cañón de mi revolver. Me alejo, sin perderle la mirada y él me llama. Así, si fuérase otra vez.
Por enésima vez
El despertador se negó a despertarme. Otra vez. La taza del desayuno escapó, arrojándose al vacío. No era la primera vez. La tostadora me mordió. ¿Cuántas veces iban ya? Me rendí, tampoco esta vez iría a trabajar.
Trama
Desde que me contrató su marido, el trabajo está resultando de lo más trepidante: trapichea con drogas, es prostituta de lujo y ha matado a un hombre. Un sueño para cualquier investigador privado, apasionado de las novelas negras, de no ser porque he descubierto que mi cliente nos sigue.
Pureza
Una idea formidable ronda mi cabeza. Una y otra vez, otra vez... No cejaré hasta ponerla en práctica.
Miro mi crencha en el espejo y la perfecciono; me molesta muchísimo el pelo desordenado. Ya está.
Debo salir a pronunciar mi discurso, miles de patriotas me esperan.
-¡Heil, Hitler!
Maligno
Todo empieza con un dolor. Al principio, parece pasajero. Empieza a ser grave cuando se derraman las primeras gotas de sangre. Entonces se planean las operaciones de combate. Se analiza al enemigo. Si sus tropas son malignas y están multiplicándose sin control, hay que extirpar inmediatamente.
Herencia
Se había caído de la barca. No sabía nadar.
—No te preocupes, ya voy, ya voy.
Recursos
La varita se atascó con tanto hechizo, incrementando la impaciencia de la reina y el apuro del hada madrina.
―Ya son las cinco, estúpida―espetó la soberana.
―Lo siento, alteza, olvidé engrasarla con aceite de gusano cojo. Ahora mismo voy a la cocina y caliento el té en el microondas.
-¿Qué es lo que has dicho que habéis traído?
-Un microondas abuela.
Ella, mujer ardiente en otros tiempos, nunca necesitó de máquinas absurdas que calentasen su bollo de pan. Murmuraba...
-Nunca comprenderéis nada.
Virgen sin paraiso
Se sabía Inmediatez que solo aspira al instante, grano de agua, gota de arena. Sabía que solo importa el momento fresco de la carne antes de pudrirse.
Encontraron su cuerpo arrojado al pasado sin descorchar.
Inauguración
Ángela le acerca una copa de champán a su boca. “Es afrodisiaco”, susurra. Atado, como puede, bebe, finge un jadeo, es su primer servicio. El resto del champán llega a su culo, Ángela lo lame hasta que la sustituyen.
Segundos después, él llora “¡esto no!” con las primeras embestidas.
Susana
Unas pocas hebras le corren por el cráneo; no parece pelo, sino algún tipo de alga. De su boca desdentada cuelgan hilos de saliva que caen sobre mí haciendo charquitos. «Cómo te llamas, preciosa», resuella mientras me penetra con su pene ceniciento, deshaciéndose con cada sacudida.
Los Ángeles
Se encerraron para amarse como solo ellos saben. La sacudida se sintió en toda la ciudad.
Bola de nieve
Mientras caminaba tranquilo por la ciudad, una gigantesca mano proveniente del cielo me cogió del pescuezo con dos de sus dedos y me encerró en un bola de cristal llena de nieve. Allí me di cuenta de que aquello que yo llamaba mundo solo era su maqueta.
Profetas
Salieron de las oficinas de Decca con una maqueta bajo el brazo y un No por respuesta. Pero los cuatro sonreían, como si ya supieran que iban a cambiar el mundo desde aquel antro de Mathew Street.
Profetas
Salieron de las oficinas de Decca con una maqueta bajo el brazo y un No por respuesta. Pero los cuatro sonreían, como si ya supieran que iban a cambiar el mundo desde aquel antro de Mathew Street.
Profetas
Salieron de las oficinas de Decca con una maqueta bajo el brazo y un No por respuesta. Pero los cuatro sonreían, como si ya supieran que iban a cambiar el mundo desde aquel antro de Mathew Street.
Profetas
Salieron de las oficinas de Decca con una maqueta bajo el brazo y un No por respuesta. Pero los cuatro sonreían, como si ya supieran que iban a cambiar el mundo desde aquel antro de Mathew Street.
No era mi intención que mis profetas hicieron acto de presencia cuatro veces cuatro.
Ruego a los jueces que liquiden las copias baratas, pero exactas, de mi humilde relato.
Gracias y a callar.
No era mi intención que mis profetas hicieron acto de presencia cuatro veces cuatro.
Ruego a los jueces que liquiden las copias baratas, pero exactas, de mi humilde relato.
Gracias y a callar.
Palabra: Street
"The boyband"
Nunca me cayó del todo simpática, quedaba con ella por falta de opción. Pero fue cuando descubrí que le gustaban los "Backstreet Boys" que le puse su nombre al grano que me salió en el culo.
Por feo... o molesto. ¡Qué se yo!
Objetivo
Llegué sin hablar español. Acepté trabajos humillantes; si desfallecía, pensaba en ti.
Lo hacía por ti.
Tú sigues en el pueblo, yo he adquirido dignidad. Jamás perderé la esperanza de verte desaparecer. Ese día regresaré, orgulloso de haber vencido a la miseria.
"The boyband"
Nunca me cayó del todo simpática, quedaba con ella por falta de opción. Pero fue cuando descubrí que le gustaban los "Backstreet Boys" que le puse su nombre al grano que me salió en el culo.
Por feo... o molesto. ¡Qué se yo!
Simplemente comentarte, Fiodor, que este micro no es válido, dado que ya habías escrito uno durante el día de hoy. Para no alterar la sortija, y ya que se ha seguido la cadena, damos como buena tu última palabra para el micro siguiente.
La palabra es miseria
Mi vecino se compró un coche enorme, potente, majestuoso, blanco. Lo aparca siempre delante de mi puerta, para presumir. Eso lo sé yo. Mi perro que no sabe nada de eso, se le sigue meando igual en las ruedas.
Se levanta,
llama a sus partes,
cuenta los dedos,
parte.
Camina,
abraza,
recorre,
tienta…
Cae.
Se levanta,
limpia los sueños,
se pone los ojos,
parte.
Ama,
caga,
ríe,
piensa…
Cae.
Se levanta,
enciende otro día,
abre otro intento,
parte.
Ve la flor,
se estira,
se inclina,
se parte ….
Cae.
Inseguridad
Cree que no puede, no sabe que sí. Mira sus piernas, sus brazos, busca el centro de equilibrio y siente pánico porque no encuentra el valor. Los demás gritan. Está en peligro: debe cruzar. Cierra los ojos, da el primer paso, pero después los abre: tiembla y se desploma.
OcioZero · Condiciones de uso
Lo siento, Gotzon
La palabra es féretros
Relatos Encallados