Compañero sentimental
A veces, coge el teléfono y marca su número. Cuando salta el contestador, deja grabadas todas esas cosas que nunca se atrevió a decir. Otras, en cambio, cuando no puede más, llama directamente al buzón de voz y escucha todo eso que le hubiese gustado que le dijesen.
Vida nueva
Trece meses de aullidos, arrastrar de cadenas y susurros nocturnos. Llegado el momento, empaqueto con cuidado esa muñeca de porcelana que gira el cuello mientras duermo, el espejo astillado y la mesilla que traquetea a medianoche. No soportaría una casa nueva sin mis fantasmas, en auténtica soledad.
¡¡Penitenciagite!!