IX Edición de la Sortija - FINAL DE LA SORTIJA: domingo a las 21:30

Respuestas

Se me resisten las letras y cuando, con esfuerzo, por fin consigo desprenderlas de la punta de mi lengua se me emborronan en tachones, tras los que se me esconden las ideas, negándote la palabra.

¿Sobre qué?

La tierra sobre la tortuga marina, la tortuga sobre una hoja seca de platanero, la hoja sobre una hormiga cortadora de hojas, la hormiga sobre un grano de arena, el grano de arena sobre un inmenso vacío cuajado de estrellas, constelaciones, nebulosas, galaxias que se sostienen sobre... sobre...

Ojalá mañana

Te me mueres cada noche, de golpe, como un saco de clavos afilados que me despiertan y me permiten vivir, respirar, soñar que mañana no estás, que no despiertas, que te fundes en un charco de metal caliente bajo la cama.

Qué fuerte, que ya había participado

Seguís con cama

Sábanas de seda

Ni el baño de burbujas, ni las pastillitas, ni la hipnosis carísima, ni el abultado colchón sobre el que ya podía descansar sin madrugones, sudores o dolores de espalda conseguían que durmiera como antes. Debía ser cierto lo de la mala conciencia.

Romper.

         Conciencia

Deseaba matarla y ello me reportaba muchísimo sufrimiento. La culpabilidad me atenazaba. Decidí que si ya sufría tales remordimientos no era necesario rescatarla del río.

Hacia Genesaret

Esta no es la barca que ando buscando, y sin decir más, se fue caminando sobre las aguas en otra dirección. 

Cualquier trabajo

En un libro que dejaron en un banco encontré, uniendo ciertas palabras subrayadas, las señas de alguien. Supuse que ese alguien debía ser eliminado. Sin plantearme nada más, acepté el nuevo trabajo.

Y una más

Que ya sabemos que es imposible, que tú en Boston y yo en California; que los niños no vendrán nunca, las flores se marchitarán y el té se enfriará puntual a las cinco. Pero qué difícil no enamorarnos cada mañana en la fría pantalla de un chat.

Ja ja ja, genial. ¡Bravo, Silencio.

La palabra es chat.

¡Esto era el colmo! Cada verano la misma historia. El año pasado compraron las tumbonas de la terraza iguales que las nuestras. Este verano la mesa de comer y las sillas a juego, y hoy he descubierto el sofá del mismo color. ¡Los vecinos no sabrán quién copió a quién!

Medidas desesperadas

  Al despertar me encontré con una cara desconocida. Todo a mi alrededor me lo parecía. No conseguí tranquilizarme cuando su voz afirmó ser mi marido, ni al observar la mirada de aquellos niños.

 Ellos sólo esperaban que aquella estrategia funcionara mejor que la de los anuncios.

Versión 3.1

Millones de personas vieron el anuncio por la tele. Miles de ellas acudieron a la tienda a hacer largas colas. Cientos se quedaron sin poder comprarlo. Nadie se percató de que sólo cambiaba la caja.