Conquista
Dormía desnuda. Divididos en grupos, un ejercicio de liliputienses salieron de sus escondrijos y se lanzaron a la conquista de las montañas gemelas. Tras alcanzar la cima izquierda, el capitán clavó la bandera el lo más alto. Entonces se oyó un quejido. Ella se giró, aplastando todos sus sueños.
Daños colaterales
Asolaron el poblado, aunque no hubo demasiada resistencia. Después vino la celebración, el desfase incontrolado y el bochorno.
A lo hecho pecho, dijo el teniente al sargento mientras el último arrojaba el cuerpo ensangrentado de la niña a las cloacas y se subía la bragueta.