LA VUELTA

http://ciclismo2005.com/2015/08/la-vuelta-del-y-tu-que-opinas/

Esta Vuelta, desde el punto de vista de la organización, nunca tuvo que existir. No disputarse, que ojalá siga haciéndolo muchos años, sobreviviendo incluso a la calamidad que ahora se encarga de su gestión, sino a su recorrido. Primero se iba a dar la salida en Holanda, pero como el Tour ya salía del mismo país, se cambió por nada menos que una semana entera en Andalucía, con las consecuencias visibles para todos. Además de lo aportado por la organización, que ya es mucho, la particular idiosincracia de la mayor región española por extensión y población (uno de cada cinco españoles es andaluz) ha conseguido que estos escasos cuatro días de competición vengan preñados de controversias y gilipolleces extradeportivas.

¿Competición? No desde luego por la CRE inaugural, convertida en una farsa enfatizada por el lamentable desempeño del Dúo Cómico de TVE, que en boca de Carlos de Andrés apuntaba con el dedo a los equipos que salieron a darse un paseo por Marbella, porque para nada contaba el día, y no estaban para disputar la etapa. El realmente gagá funcionario del deporte llegó a decir explícitamente que el Giant “se aprovechaba de las circunstancias para tomarse un día libre”. Como si el recorrido de 7 km. a repartir entre 9 corredores diese para más. En cambio, cuando el Movistar adoptó idéntica actitud ante la farsa de competición, dijo que salían “prudentes”. Tampoco vio como Amador se meaba de risa en la rampa de lanzamiento, señal inequívoca de concentración y desempeño.

Este post va de lo que se ve y lo que no se ve en el ciclismo. De lo que se opina sobre lo que se ve, y lo que se opina sobre lo que no se ve en el ciclismo. Por seguir con Carlos de Andrés, el mismo teleñeco del ciclismo ha acuñado una teoría consistente en “lo que se ve es lo que vale” (y de todo lo demás no voy a decir nada), que es muy adecuada para el esperpento andaluz y español, por este orden, que ha sido este arranque de la Vuelta 2015. De Andrés vio al Giant, pero no vio al Movistar. Realmente, vio a los dos, pero de unos dijo una cosa, y de otros otra. Muchos males de nuestro deporte vienen de esta actitud.

La farsa marbellí concluyó, tras 8 minutos de esfuerzo, con el triunfo del BMC por un suspiro ante el Saxo, donde Sagan fue el más rápido de una etapa donde también contaba lo rápido que fuese su quinto compañero. No cuenta para su particular registro de segundos puestos, pero casi. El primer corredor del conjunto americano, que este año ha dado un salto en victorias realmente asombroso, fue el sputnik Peter Velits, segundo en la Vuelta 2010, y desde entonces desaparecido. Al Duo Cómico le hubiese gustado ver a Samuel Sánchez, pero lo cierto es que al ovetense de 37 años no se le veía ni en la silla caliente de la espera, ni en las celebraciones. Al día siguiente perdió casi dos minutos en el primer final en alto, a pesar de ser el jefe de filas del conjunto.  Lo que se ve, y lo que no se ve.

La Diputación de Málaga quería enseñar el adecentado y puesto al servicio del turismo Caminito del Rey, una senda sobre un barranco realizada para acceder a una presa, y popularizada en youtube por toda la gente que se adentraba bajo nulas condiciones de seguridad. Ahora, tras millonaria inversión, ya puede ir cualquier decathlonero por el paraje, y qué mejor que llevar a la Vuelta por la inmediaciones, a ver si así se veía algo. No contaban con la horrenda realización de TVE, incapaz de estar donde tiene que estar, y que el día anterior en Marbella iba con motos dando tumbos, enfocando un espigón sin gente, y con una línea de meta que ni servía para tomar tiempos, que se tomaban un poco antes. Una perfecta simbiosis entre organización y realización televisiva, y con un único fin: ofrecer una imagen cutre y tercermundista de España. Eso es lo que se vio, lo que se está viendo.

Mientras el triunfo de la etapa fue para Chaves, el colombiano que ganó en 2011 el Porvenir, y con Quintana atacando, el suceso del día estuvo a 31  km. de meta, cuando una montonera bastante tremenda dejó retrasado a Nibali y otros 30 corredores. Ahí se vio para qué sirve llevar a tres jefes de fila en un mismo equipo: sin nadie que le auxiliase, el campeón de Italia (o de Hungría) se vio en un tris con 1´30″ perdido respecto al pelotón. O más. Como era muy pronto en una ronda de tres etapas, y como su temporada no está siendo muy gloriosa, se puso a perseguir como un poseso hasta que alcanzó su objetivo: su coche de equipo, el auténtico motor en la bicicleta que le ayudaría a alcanzar a, entre otros, sus dos compañeros Aru y Landa.

Nibali se enganchó al coche, y hay imágenes donde se ve. Es una práctica que ha hecho frecuentemente, en su versión light de trascoche, y se intuye que lo ha hecho en otras ocasiones, por la familiaridad y el desparpajo que muestra. En un visto y no visto recortó toda la diferencia con el pelotón, y solo los espectadores de la señal internacional se pudieron dar cuenta del remolque flagrante. El resto tuvimos que tirar de sentido común, ese gran recurso cuando vemos este deporte de mentira y pantomina que es el ciclismo. Recuerden que Nibali se vendía como adalid de la limpieza y de el ciclismo como tiene que ser, y ha usado una técnica de cuatrero. Como el Duo Cómico no vio nada, nada comentó más que risitas y tonterías. Lo que se ve, y lo que no se ve.

Nibali, hay que decirlo ya, tuvo mala suerte. Mala suerte de que ese maldito helicóptero estuviese grabando en ese momento en que se engancha. Y que mantuviese la señal al menos diez segundos más, suficiente para apreciar el cambio de velocidad. Seguro que el cámara ya ha sido amonestado por la Mafia del ciclismo, igual que ese malvado que en la pasada Lieja sacó el festival de Lacasitos del Katusha. Para salvar este deporte, cuando suceden estas cosas, hay que cambiar toma. Por culpa de esta gente malvada, que odia el ciclismo, existen esas imágenes que tanto dolor y daño causan, y que  obligan al Duo Cómico a tener que aplicar su Ley: se ha visto, entonces existe. De otra manera, todo es especulación, aunque sea imposible recuperar en tan poco tiempo esa distancia sideral con el pelotón. Como en la primera etapa de la Volta de este año, donde la realización televisiva, por inexistente, sí que estuvo a la altura de lo que se espera de ella: que no muestre las entretelas de este deporte.

La mala suerte de Nibali se remató con un presidente del jurado que, viendo las imágenes, lo expulsó de carrera. Sin contemplaciones, como tiene que ser.  Ningún equipo, y eso que Nibali deja plantados a otros 30 corredores afectados por la caída, presentó reclamación alguna. Ni siquiera sus rivales directos, que iban en el pelotón principal. Nadie. Es parte de la omertá del ciclismo, esa que tanto daño hace, porque los auténticos enemigos del ciclismo están dentro. Nibali no está acostumbrado a un trato así,  y al principio balbuceó italianadas, y ha llegado a acusar a Ewan de provocar la caída -en el Tour, en Le Havre, hizo lo mismo con Froome, sin fundamento alguno-, para al final admitir su error.

Error que no es error. Es trampa. Una trampa más en el deporte de los tramposos, de ahí que el incalificable Probenecid dijese al día siguiente que le parecía exagerada la expulsión. ¡Lo que sabrá de trampas el segoviano! Sobres, una Vuelta como la de 1985, un enmascarante diurético…en fin, cada uno habla de lo que sabe. Solo la acción conjunta de De Andrés, siempre muy beligerante en estos casos (solo cuando hay imágenes, no se lleven a engaño) y Juan Carlos García, consiguió callar al hombre que siempre relativiza todo, hundiendo de esa manera su deporte, pero eso es lo último que le interesa saber. Incluso viéndose claramente, tenía excusas para el tramposo. Porque entre ellos se defienden.

Por entonces la carrera ya estaba en el día siguiente, camino de Málaga capital, la ciudad europea de su tamaño con menor número de atractivos monumentales o culturales.  La aproximación no pudo ser más ruinosa: a pesar de vivir del turismo, se entró por la autovía (¡un saludo a Guillén!), no sin antes enseñar horribles barriadas, un urbanismo digno de un holocausto nuclear, una cementera, y terrenos yermos y pedregosos. El inefable De Andrés, para evitar la expresión autovía, llegó a decir “cambiarán de carretera antes de entrar en la ciudad” y la contundente “vía de doble carril”, porque todo es propaganda, y la Vuelta es un producto destrozado por quienes dicen defenderla. En Puerto Banús no había trazado alternativo a la ghymkana porque ningún alcalde quiere atascos; en Málaga, ciudad de 800.000 habitantes, lo mismo. Autovía, y punto.  Es el mismo territorio.

Por una vez ganó Sagan, y lo hizo muy bien: por velocidad, por el centro, maximizando el trabajo de su equipo de pandereta y, especiamente, tras haber hecho de aguador a 30 km. de meta, cuando sus compañeros tiraban para neutralizar una escapada que ya hubiese sido neutralizada únicamente por la autovía. El eslovaco derrotó a Bouhanni, caído poco antes de meta y reintegrado con ayuda de un coche de equipo (Gazzetta ha puesto el vídeo, para que se vea la injusticia cometida con el tramposo y siciliano Nibali: los italianos y sus lamentelle) y Degenkolb. Como la etapa llegó con un cuarto de hora de retraso, TVE cortó la retransmisión nada más cruzada la línea de meta: no hubo ninguna promoción turística de Málaga ciudad en sus escasas zonas con atractivo, y sí mucho de autovía. Que cada cual piense lo que quiera de la conveniencia de invertir en ciclismo para la mostrar los encantos turísticos, si este es el resultado y la realización. Al fin y al cabo, este es un post sobre las diferentes opiniones que se pueden tener de hechos incontrovertibles, y los intereses que hay detrás de muchas de esas opiniones de pacotilla.

Para rematar este hilo, la etapa de ayer en la Vuelta salía de Estepona e iba por todo el interior de Cádiz, para después pasar por la ciudad del tómbolo y aledaños, y acabar en el recoleto y atractivo poblachón de Véjer de la Frontera, de nuevo en el interior de la provincia que es como un país, por sus profundas disparidades. El sprint, como siempre en cuesta, fue para Valverde, que salió muy bien tras un casi-lanzamiento de un Caja Rural, derrotando a un Sagan que ha empezado la Vuelta en el mismo estado de forma que en el Tour, y muy diferente de las vacaciones que se tomó el año pasado en la ronda española. La victoria del murciano apenas se vio, porque las cámaras estaban más preocupadas de dejar más segundos de los necesarios el plano fijo en las pancartas publicitarias. El libro de ruta indicaba un desnivel total de 1300 metros, y fue casi el doble. El día anterior ni se puso el arco de último km., al parecer por problemas técnicos.

Sin embargo, la noticia del día -en El Parte la Vuelta ocupa, día sí y día también, el último hueco de deportes, o sea que da igual quien gane o lo que pase en carrera: porque los enemigos del ciclismo están dentro- pasó en Chiclana, cuando un pequeño parón en el pelotón a consecuencia de una caída sin importancia propició que un buscavidas de esos que tanto abundan por la zona tuviese su minuto de fama nacional e internacional, porque la local ya la tenía desde hacía mucho tiempo. Va con la idiosincracia del lugar, el mismo del 40% de paro (de media), y donde la multinacional Delphi cerró su factoría tras enfrentarse a cifras de absentismo laboral de ese mismo porcentaje. Todos los días.

Asi no es de extrañar que un personajillo de esos que se alientan por la zona aprovechase para subirse a la bici de Ben King, ciclista del Cannondale, tan desconocido que en un primer momento dijeron que era Talanski, y después Dombrowski. Y aquí empezó de nuevo la opiniología, a pesar de lo que las imágenes indicaban claramente: para unos, intentaba ayudar; para otros, hacer la gracia; para los más, y especialmente los que no reímos con esas cosas, vengan de donde vengan, porque parece que con Cádiz siempre hay indulgencia, fue un intento de robo. 40% de paro, insisto.

Ataviado con un torso desnudo y un pitillo en la boca, además del uniforme oficial de las chanclas, el individuo se intentó hacer con la bici mediante su arma de destrucción masiva: el desparpajo de que todo pareciese normal. De hecho, a King le ventilaron el Garmin de su herramienta de trabajo (¡qué ridículo definir la bicicleta de esta manera en un entorno tan hostil a ese concepto!) en el mismo incidente, lo que demuestra claramente las intenciones. Sin embargo, ha habido gente que ha jaleado al autor, el penúltimo de una larga serie de incidentes que ofrecen una imagen de país y de evento digna del Tercer Mundo. Aquí las imágenes no mienten: mienten quienes solo ven el oropel imaginado de un lugar, que apenas camufla la auténtica realidad que ha ido emergiendo estos días, de manera constante, directa y cochambrosa. No es una cuestión de opinión: tanta chapuza tiene un origen y unas causas evitables, pero la organización jamás hará autocrítica, ni los periodistas palmeros a los que invita en enero a la Costa del Sol. Por eso es la Vuelta del ¿y tu qué opinas?, cuando solo tendría que haber consenso en evitar todo lo relatado, pero lo que les interesa es ocultarlo y que parezca que no ha pasado.

Greipel por fin gana una carrera de relieve, y no únicamente etapitas: nada menos que la Clásica de Hamburgo, a sus 33 años. Está siendo, con mucho, su mejor temporada como profesional.

(Relacionado con lo anterior) Kittel no ha sido seleccionado por Alemania para el Mundial de Richmond, en menos de un mes. Y mira que era su único objetivo, luego de que su equipo ni siquiera lo trajese a la Vuelta. ¡Maldito virus! ¡Mil veces maldito!