Un minuto antes de la oscuridad

Reseña de la novela de Ismael Martínez Biurrun publicada por Fantascy

Un minuto antes de la oscuridad es una novela emparentada con el survival horror, ese subgénero del terror que tanto en auge ha estado en nuestro país los últimos años. Pero tan solo emparentada, porque el autor ha sabido hacer suya esa tensión atmosférica para explorar sus propios senderos y darle una forma nueva.

En cierto modo, pues es difícil trazar la línea divisoria de un antes y un después, la novela se ambienta en los momentos previos a una hecatombe. La sociedad ha sufrido ya grandes transformaciones y la sombra de la catástrofe generalizada planea en cada escenario, pero por muy terrible que sea ya la situación, está claro que la cosa solo va a empeorar. La naturaleza de esta hecatombe no termina de definirse, ni falta que hace: basta ver sus tentáculos y sus consecuencias para generar en el lector un desasosiego que es continuo durante toda la narración. Las extrañas “tribus” errantes y sus incomprensibles comportamientos, el racionamiento, la ausencia de un marco social que garantice tantas cosas que damos por hechas en sociedad, la desesperanza frente a un futuro más que incierto... estos engranajes se ponen a funcionar para hablar de lo que realmente importa al autor: el ser humano.

En realidad, Un minuto antes de la oscuridad es una historia casi intimista, de relaciones humanas a quemarropa. Una novela que habla de la amistad, de la lealtad, del matrimonio, de la paternidad, de la identidad, de los sueños personales y de cómo se intenta encontrar un lugar para estos en un mundo artificial que, a veces, simplemente se desmorona. A diferencia de otras obras que han planteado finales de la civilización, la novela rehuye los tópicos evidentes. Sus páginas no están dedicadas a héroes con vocación de supervivientes ni a líderes que nos vayan a sacar de las sombras o a morir en el intento; el foco está en ese intento por inyectarnos una dosis de normalidad aun cuando está claro que todo el barco se va a ir a pique al que la mayoría de nosotros recurre.

También en la tramoya y el modo de presentarla es una novela muy de nuestra generación: tenemos ciencia ficción, tenemos trama policíaca, tenemos acción y terror psicológico, tenemos, en definitiva, un cóctel variado pero que rehúsa ser canónico en cualquiera de sus expresiones. Al final, lo que cuenta es la narrativa y la sinceridad de lo que esconde bajo ese rico y ecléctico tapiz.

El buen pulso narrativo de Ismael Martínez Biurrun consigue mantener al lector absorto en sus páginas mientras va digiriendo una tras otra las ideas y las emociones que forjan el libro, siempre con la sensación de no saber dónde demonios va a terminar ese descenso cuesta abajo sin frenos. Llegado al final, conmocionado, no puede evitar preguntarse qué demonios haría él Un minuto antes de la oscuridad.