Pues esta experiencia llega a su fin y, como mis compañeros, no mentiré. Me marcho estresado, desencantado y con muchas ganas de soltar la toga. Aun así me gusta extraerle el lado positivo a las vivencias y esta ha sido, como no, el haber trabajo codo con codo con mis compañeros en esta edición. Solo tengo palabras de agradecimiento a su labor. Han hecho un gran trabajo, a pesar de todo el caos que hemos podido montar. Aunque ya digo, que siempre hemos buscado el bien común con el concurso, espero lo hayáis sabido ver.
¡Muchas gracias, compañeros!
También he aprendido y me he entretenido mucho, leyendo vuestras creaciones para juzgarlas. Espero que ningún comentario haya herido ninguna sensibilidad, y si ha sido así, pido perdón, no era mi intención.
Felicito a los ganadores y futuros jueces: Plátano, El bigote de Dalí y a Bonnie Parker, deseándoles mucha suerte en su mandato y estando seguro que sabrán idear unas grandes Microjustas.
Y extiendo mi enhorabuena a todos los justeros, desde el primero que cayó hasta el último que ha quedado en pie, por todos los microrrelatos que habéis escrito y vuestra actitud.
Sin más, muchas gracias a todos.
¡Vivan las Justas por muchos años!
Con el final de la votación al mejor micro de estas justas, podemos clausurar la XIII edición de las microjustas .
Me gustaría decir que ha sido una experiencia maravillosa, pero no puedo porque sería mentir... eso sí, se aprende, como de todo.
Espero que os hayan gustado las rondas y los desafíos que os hemos planteado. Muchas gracias a todos los que nos lo habéis hecho un poco más fácil y habéis tenido paciencia con los jueces de una edición gafada y llena de supersticiones.
Muchas gracias también a mis compañeros jueces que han sido de las partes más positivas de la experiencia. Hemos tenido nuestros debates, nuestros desacuerdos, nuestros acuerdos, nuestros momentos de maldades, de desesperos y de risas. Gracias chicos.
No estaré en las próximas justas, pero espero que os vaya genial y estén llenas de risas y grandes duelos.
¡Haz algo, Patán!