Es muy posible. De hecho yo creo que muchas de las sublecturas (en particular de los aspectos eróticos) no son obra deliberada de Stoker, quien es bastante reaccionario en muchas de sus obras y poco rompedor con determinadas cosas. Baste echarle un ojo a La guarida del gusano blanco, donde una patente misoginia se une a, por ejemplo, un extraordinario racismo.
¿Por qué Dracula funcionó tan bien, de todas formas, a pesar de tener precedentes de primer nivel, como Carmilla, u obras como El vampiro de Polidori que exploraban ya muchas de sus claves? Me parece a mí que el formato epistolar tuvo mucho que ver, y también que es una obra que dio pie a muchas lecturas.
No sé si Stoker era un autor particularmente bien visto por el gran público británico. No sé, era irlandés y del mundo del espectáculo. Y encima acabó con sífilis
Lo que sí que creo que hace que a día de hoy muchos escritores de terror sigamos encandilados con Dracula es algo emocional. En mi caso, es más que evidente. Cuando descubrí Drácula no pensaba que algo así pudiera existir, como novela, quiero decir. No creo que sea una novela que técnicamente se pueda comparar con, no sé, Doctor Jeckyll y Míster Hyde, o Frankenstein, pero seduce.
¿Obras que le podrían hacer sombra de la misma época o incluso anteriores? Seguramente a puñados. Pero no creo que el factor "hombre" fuera el más determinante, porque también eclipsó, como ya he mencionado, a LeFanu o a Polidori.
Me apunto esos títulos, que seguro que me van a molar.
ps.- dentro de un siglo se preguntarán qué demonios pasó con El código DaVinci
Puede ser cuestión de fechas, sí, pero el caso es que cuando indagas en la literatura gótica la mayoría de artículos le ponen como precursor, y a su novela como la más característica. También es cierto que una vez se pone una etiqueta es muy raro que se revise, y aún más que se cambie por completo.
Y respecto a Stoker, del resto de su obra no conozco nada, o sea, que no opino de él como autor. Lo que me sorprende de Drácula, además de su éxito comercial, que debió de ser importante desde el momento mismo de publicarla, es la buena (por no decir estupenda) consideración que tiene entre los amantes del género, compitiendo con otras cuantas novelas y relatos de signo sobrenatural de parecida época (incluso anteriores), como algunas que tenían por protagonistas fantasmas o espectros, muy en boga en esos años. Lo mismo digo de Otra vuelta de tuerca.
Investigando mis «Espectrofilias» he ido dando con varias novelas cortas, escritas por autoras, que pienso que le podrían haber hecho seria competencia pero que cayeron en seguida en el olvido y casi hasta nuestros días no han sido rescatadas. Al contrario de lo ocurrido con «Drácula». Hablo de novelas cortas como (aquí respondo a Lord Ruthven) Un fantasma enamorado, Vernon Lee, 1886; La puerta abierta, Margaret Oliphant, 1882; Monsieur Maurice, Amelia B. Edwards, 1873 o La casa deshabitada, Charlotte Riddell, 1875. Aunque esta última me parece lograda solo a medias, porque no consigue sacudirse del todo el tono un tanto cómico con el que empieza, y que le resta buena dosis al suspense del final.
Por otra parte, y ya que yo considero que el «color» principal de la novela de Stoker es el romántico (al menos dos tercios del libro se ocupan de la añoranza de Mina por su amado, de lo que este la ama y se acuerda de ella, de su noviazgo, compromiso... del de su amiga Lucy. De la buena mujercita en que se convierte Mina y cómo el matrimonio ayuda a Jonathan...), en este campo la competencia es aún mayor. El tratamiento de los personajes y sus pasiones son más acertados y más profundos en obras como Cumbres Borrascosas o Jane Eyre, que, por cierto, tiene sus buenas dosis de suspense, aunque no se trate de nada sobrenatural.
Aunque es cierto algo que señala Cruz Diablo, acerca de la influencia de las distintas épocas en las obras de su propio tiempo, algo que me temo que yo tiendo a olvidar de vez en cuando. Los valores de las novelas dependen mucho del momento histórico y social en el que fueron escritas. Pero, por eso mismo, las novelas de las Brönte fueron más rompedoras. De hecho, fueron criticadas en su época (y sin saberse aún que eran mujeres, lo que da para otro debate) por falta de sutileza y contención, por mostrar burdamente, a juicio de sus coetáneos, las pasiones humanas y no guardar recato en cuanto a los sentimientos femeninos. La de Stoker es, en todos esos aspectos, más convencional y «más adecuada». De ahí quizá su mayor e inmediata aceptación.
http://literatura-con-estrogenos.blogspot.com
https://n9.cl/2c5ng