XIII Calabazas en el Trastero: Supersticiones

Yo sigo esperando al gato

Afirmativo, el gato está en el tejado. Cambio.

El jurado tuvo muchas discrepancias sobre qué era y no superstición, pero ese aspecto de que la superstición no tiene efectos directos, sino que es más insidiosa, no se comentó abiertamente. Sin duda es un elemento interesante.

Muy completa e interesante la reseña. Coincido en algunas apreciaciones, en otras no tanto, como es natural. Es enriquecedor, en cualquier caso, ver los distintos puntos de vista.

De eso se trata, claro. Yo hablo desde mi punto de vista, que no es ninguna verdad absoluta. Y, sobre todo, desde mis sensaciones. Intento no quedarme en el simple "me gusta" o "no me gusta", y añadir motivos; siempre desde el respeto al autor y su trabajo. No pretendo ir impartiendo cátedra, y es posible que haya cometido más errores que aciertos en mis interpretaciones. 

Así que si he metido la pata, u ofendido a alguien, vayan mis disculpas por delante. 

Muchas gracias por la reseña, Mediterráneo. Cada vez que entro en CulturaH me pongo colorado. ¡Menuda alegría que te haya gustado el relato! Respecto al resto, son impresiones muy parecidas a las que a mí me dio la lectura.

En cuanto  a Espina de Cristo, me parece una gran utilización de los elementos fantásticos o sobrenaturales para encarnar sentimientos y sensaciones, en este caso, el rencor y la incomprensión de la  identidad familiar, con un, necesario,  resquicio para la superación y la esperanza. Muy atmosférico y, mas que onírico, pesadillesco.   Un final demoledor para la antología.

Enhorabuena.

Me sumo a la duda de Pavi.

Ojalá sea pronto, la imagen de una editorial pequeña depende mucho de su web .

Saludos,

Entro

Al hilo de dónde comprar el volumen, yo antes veía los Calabazas de forma más o menos habitual en algunas librerías y tiendas de cómics de Madrid, pero de un tiempo a esta parte no los veo ya nunca. ¿Ya sólo es por encargo y si no a través de Internet?

Reseña trabajada Mediterráneo. Se agradece que la gente dedique su tiempo a comentar los relatos, sobre todo en mi caso que he salido bien parado, jejeje.

 Cuando me llegue mi ejemplar me impondré hacer lo mismo.

Pues aún no... Espero que a alguien más le haya pasado... :(

Pues ya he pensado que lo más probable es que haya habido un problema en el envío (ya ha habido un vecino del portal que se ha quejado de sustracciones en los buzones). Si veo que no me llega, me lo compraré, que me gustaría tenerlo.

Mi relato es Limes Germanicus.

Yo espero que no Si no te llega esta semana, mándame un email y te lo mandamos de nuevo -a poder ser a una dirección alternativa -. Por suerte, los envíos no se extravían con frecuencia, pero se dan casos, sí.

Y gracias Entropía por el comentario. Me gusta que te guste :)

Hola, un saludo para tod@s.

Soy Javier Vivancos, autor de ¡No espulgues!, y aunque hace mucho que no participo en el foro, me apetecía dejaros una reseña de la antología, puesto que no tengo un blog dedicado a reseñar, así que creo que este es el mejor sitio para dejarla y seguir enriqueciendo la misma. Sois libres de compartirla donde os plazca.

¡Gracias!

RESEÑA DEL ESPECIAL #13 DE CALABAZAS EN EL TRASTERO DEDICADO A LAS “SUPERSTICIONES”

 

Trece relatos para el especial número trece dedicado a las supersticiones; el colmo habría sido que la edición saliese en un martes 13... Pero ¿sabe el lector lo que se va a encontrar en esta antología de relatos? Pues trece visiones oscuras y muy dispares sobre esas creencias extrañas aparentemente alejadas de la razón, sobre esos temores y rituales con los que pretendemos alejarnos de todo mal. Sí, supersticiones, que aún hoy en el siglo XXI han encontrado la forma de pervivir en nuestras mentes, aunque sea en forma de... historias como estas.

 

Fernando Lafuente ya se ha encargado de elaborar una gran introducción para este especial dedicado a las supersticiones. A mí se me ocurre añadir que detrás de cada superstición subyace un motivo, en algunos casos con un poso de verdad. En ocasiones se trata de un intento de confundir e incluso demonizar algo, como sucede con el número 13, tan asociado a la “mala suerte”, cuando precisamente es un número positivo, transformador, creador... Un número, en definitiva, que alguien ha querido suprimir sistemáticamente de nuestras vidas para... Bueno, para ocultar la verdad.

 

Así que fijaos en todo lo que podéis descubrir tras una simple historia supersticiosa. ¿Estáis preparados?

 

- En “El inquilino”, Raelana Dsagan utiliza como excusa la figura del gato negro para crear una historia sobre prejuicios y temores que no queremos reconocer en nosotros mismos, que solo vemos en los demás, gente inculta y supersticiosa... Con un estilo sin florituras, en cuatro pinceladas desarrolla una historia dilatada en el tiempo sin apenas detalles. Pero mientras que en otros relatos de la autora este estilo funciona realmente bien (en el especial Monstruos de cine, por ejemplo), en El inquilino creo que lastra el resultado, que se me queda con demasiadas expectativas no satisfechas.

 

- “Las funestas obsesiones de capitán Ahab” nace de las teclas de Juan Ángel Laguna Edroso, quien nos invita a disfrutar algo así como de un extra del DVD de la película Moby Dick, todo ello muy bien ambientado y entroncado con el tema de la antología. El relato te transporta con virtuosismo a una versión muy oscura de la historia de Melville, si bien el porqué sucede lo que sucede en la escena final a mí personalmente se me escapa y me deja con un (funesto) interrogante.

 

- “Arúspice”, de Aitor Solar es el relato que me ayudó a entrar verdaderamente en la antología y a apreciar el buen hacer que esta destila en general. En este relato lo que comienza como una aparente crítica a videntes tipo línea 806 acaba dando un giro casi inesperado con mucha mayor riqueza y contenido que la mera confrontación entre la razón y la superchería. Y es que cuando uno se encuentra en una situación extrema, ha de abrir su mente a todas las posibilidades, en este caso a la fuerza...

 

- Y luego llega el “Dos de marzo de 2013”, una fecha que para el autor, Jorge Asteguieta Reguero, da muy mala suerte, sobre todo al protagonista de la historia, inmerso en una ruptura sentimental y en un cambio de vida. Claro que para descubrir cómo ha llegado a tener tan trágico final, hay que ir atrás en el tiempo... Un buen relato con un mejor estilo de narración.

 

- “Limes Germanicus”, de José Chica Calaf le da un toque histórico y épico al relato, en un ambiente tétrico muy logrado que además aporta una visión alternativa a la Historia de la Roma antigua tal y como la cuentan los libros, y desde luego aprovecha bien uno de los aspectos que tanto juego dan en las historias sobre supersticiones: que si hay que evitar algo porque trae desgracias, pues por si acaso... ¡no lo hagas!

 

- “La cajita”, de José Alberto Arias Pereira, te remueve las entrañas. En el género de terror hay un tipo de historias que pueden producir malestar, y si eso se considera un logro, desde luego hay que aplaudir al autor, que en torno a un accidente doméstico con bebés de por medio te lo hace pasar realmente mal en una delirante narración repleta de “y si hubiera hecho esto...”.

 

- “Hasta que se descubra la última carta”, de Óscar Pérez Varela, es otro relato bien ambientado que aporta riqueza y diversidad a la antología. Es una aventura sin demasiadas pretensiones introduciendo algunos nombres femeninos conocidos del siglo XVIII, convertidos aquí en heroínas y... algo más.

 

- Miguel Martín Cruz y Gema del Prado Marugán son los autores de “Un ligero toque de infortunio”, que nos invitan a una investigación detectivesca con un inicio que reproduce bien otro aspecto clásico en la temática de la superstición, como es la confrontación entre un creyente y alguien que hace el papel de escéptico. Sin embargo, en este relato el personaje del policía se muestra demasiado ambiguo en este sentido, y la idea se desaprovecha en una confrontación final quizá más apropiada para otro formato más extenso.

 

- “Los arcanos del Lubricán”, de José L. Baños, es una de esas historias en donde todo al principio es muy misterioso y raro para la persona que llega por primera vez a un pueblo, aunque con un argumento más original de lo que suele ser habitual bajo esta premisa. La pega del relato es que me dejó con hambre, me dio la impresión de que había algo más que contar, que el conflicto no está bien explotado.

 

- “Sentencia Nº 107 / 12”, de Alejandro Valiente Lourtau, es un relato con un formato muy original (una sentencia judicial) que representa fielmente esa dualidad superstición-razón... ¡y además a favor de la primera! A pesar del mérito de hacer atractiva una historia escrita en un formato que invitaría al sopor, el contenido de la historia no me terminó de cautivar.

 

- “¡No espulgues!” es mi relato sobre espejos rotos, sociedades secretas, casas antiguas y tetas operadas. Como una peli de serie B de un Wes Craven amurcianado...

 

- “El espejo se rajó de parte a parte” de Andrés Díaz Hidalgo también va sobre espejos. Este comienza con fuerza, la historia se muestra inquietante desde los primeros compases, pero la cadena de sucesos va demasiado rápida y pierde fuelle. Hay espacio al final para una pequeña sorpresa que anima el relato.

 

- Y José Luis Cantos cierra meritoriamente la antología dejándonos un buen sabor de boca con su “Espina de Cristo”, un relato en donde lo mejor es que logra que una planta nos dé verdadero mal rollo, que transmita más (escalofriantes) sensaciones que los personajes mismos. Si bien la temática “supersticiones” queda aquí desdibujada y los conflictos del protagonista son algo confusos para mi gusto, el conjunto está dotado de una gran ambientación y contribuye a que la antología, con sus virtudes y sus menos virtudes, nos deje con una sonrisilla de satisfacción y a la espera de la siguiente.