Una recomendación doble: la canción, por lo imborrable de su inesperada huella, y la película al completo, una obra maestra que representa bien una época (persecución automovilística incluida)
Félix Royo presenta, por medio de ocho piezas postneoclasicas y ocho microrrelatos (evocaciones), una obra basada en el cuento de terror "El niño que bailaba bajo la Luna" de Juan Ángel Laguna Edroso, y en las ilustraciones de Jean Gilbert Capietto.
Reggaeton. ¿Reggaeton? Sí, reggaeton alternativo, dice la Wikipedia, y debo decir que no me esperaba algo así, la verdad. Una de las canciones que más me han impactado en los últimos tiempos y de las pocas que me han puesto la carne de gallina.
Un tema desgarrador, crudo e inusual dentro del panorama del rock nacional que aborda problemas sociales. Desde que me fijé en su letra, no he podido borrarlo de mi memoria.
No voy por el lado agorero de preguntarse cuánto tiempo nos queda de cine tal y como lo entendemos hoy día, sino de plantear cuál será la duración de las películas del circuito "estándar" dentro de unos años.
Corría el año 1998 cuando escuché la primera versión de esta canción (destacar que existen dos versiones de la misma realizadas ambas por Kepa Junkera).
Seguramente con Bohemian Rhapsody Queen inició uno de los estilos de rock más curiosos e interesantes (desde mi humilde punto de vista): el rock sinfónico.