Rawhide, por los Blues Brothers

Una recomendación doble: la canción, por lo imborrable de su inesperada huella, y la película al completo, una obra maestra que representa bien una época (persecución automovilística incluida)

Había oído hablar mucho de los Blues Brothers, y conocía algunos de sus temas, incluso sin saberlo, de oírlos en fiestas y en garitos. Sin embargo, no ha sido hasta hace poco que, por fin, he visto la mítica película que protagonizaron en 1980. Fue una experiencia insólita, no sólo por el reparto de excepción que llena el filme con enormes artistas y músicos de fama mundial (que no voy a enumerar por no chafarle la sorpresa a quien, como yo, se lance sin mucha información a su visionado), sino también por el absurdamente acertado guión.

Entre persecuciones, intrigas salidas de madre, episodios psicodélicos y otros que parecían extraídos de una película moralizante de Disney, los momenos estrella, como no podía ser menos en un musical, eran, a pesar de todo, los números musicales. Entre ellos, que los hay de muchos tipos, y a cual mejor, uno en particular me dejó una honda huella, y es el que os presento a continuación: Rawhide (la canción en sí empieza hacia el minuto 1:20). El motivo es simple: bajo la capa de humor ácido del momento, muestra amor por la música, y es lo que hace que incluso con el tono paródico que le dan a este tema clásico de country la cosa funcione, y mucho. Son estos detalles los que, a mi parecer, muestran a los grandes músicos, a esos artistas que se enfrentan a cualquier canción y hacen que brille... con su estilo propio.