Pues eso, que os dejo el local abierto para que os desnudeis, baileis o hagais lo que os plazca. Porque pocas máscaras se ven por aquí y los que deberían quitársela seguro que no lo hacen.
Yo, ya sabeis, soy yo. Bueno también fui nadie. Y el Chipi de la toguita sin estrenar aún me anda dando la barrila todo enfadado porque cree que el puesto se lo ganó él.
Expectantes quedamos todos...
Parece que nadie se anima a abrir el baile, así que, con el afán de protagonismo que me caracteriza, salto a la pista, en realidad no soy un dragón, ni un lagarto...
A fuerza de pintar con los dedos su sangre se tornó acuarelas y un manto de grafito envolvió su corazón multicolor.
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