La fuga
Cinco veces lo intentó, las mismas que la castigamos con cien latigazos. A la sexta las marcas de su espalda llegaban hasta el hueso. El capataz dudó antes de empezar. Ella me miró, desafiante. Lo intentaría de nuevo.
Asentí con la cabeza. Antes muerta que libre.
La familia
Las guerras no entienden de sentimientos. Un día conquistas una colina y otro te encuentras en el fango. Los que estamos en el frente lo sabemos, nuestros familiares no. Por eso, espero a que mamá se recomponga de la muerte de mi hermano para anunciarle la mía.