Cómplice
EL GPS habla. Viene preinstalado con una dulce voz femenina. “Coge la siguiente salida, cariño”. “Despacio, no corras, que no tenemos prisa”. Antes de llegar a casa, me dice: “Gira a la derecha y aparca en el descampado”. Yo obedezco encantado. Dos hombres comienzan a aporrear el cristal.
Grrroohhhhhhmmmm...Grenon gustar micro humano gafotas sobre todo romper cristal
Palabra: cristal
Tardes de lluvia
Horada la lluvia el cristal en mi ventana. Golpean sus gotas tu tumba improvisada y lava mis manos de sangre y tierra. En la calle la gente corre a refugiarse sin saber de quién.
En clave
Ti nos ha sorprendido a todos anunciando que tiene novia y que abandona el grupo. Y ante la pregunta de si se ha olvidado definitivamente de Ene y de su enorme…, nos ha contestado: «sí en to. Ahora soy mu macho». Creo que su padre le escuchaba hablar.
Guauu, me encanta
La palabra es quién
Quién eres
Me pregunto lo mismo cada noche al despedirnos, que quién eres. Que cómo has aparecido y me llenas la vida de historias. Que si príncipe, pirata, o cuentista. Y no quiero ver que solo te inventé para mí.
Mi firma
Enfrento el bosque y pienso: Qué bonito, un cuadro. Sólo hace falta que alguien lo firme, y ése seré yo. El tiempo es bueno, seco. Y ventoso, el mechero se me apaga. Otra mirada en torno, nadie. Las pastillas han prendido, me apresuro. Pronto esto será un infierno.
Un par de hielos
Este calor seco me incita a creer en Dios. Maldito infierno el que me toca cada verano. Camarero, póngame dos hielos en la infusión de mi suegra, a ver si se atraganta.
Heimlich
Su cara ha pasado de ese amarillo pálido tan habitual en él a un rojo muy tenso.
Por suerte, un estudiante de medicina con los conocimientos necesarios pasaba justo en ese momento.
Mientras efectúa la maniobra un perdón enorme, lleno de espinas, asoma, casi con timidez, entre sus dientes.
Cuenta
Tres perdí contra un cántaro que como del cielo cayó sobre mí. Dos, por defender la honra de mi buena mujer. Cuatro arrancome un barbero. Otros dieron en bailar antes de ir cayendo de uno en uno. Dos restan, señor, torcidos, como torres en ruinas de una antigua muralla.
Vacaciones
La de Lugo, las de Ávila...esas estaban demasiado cerca, así que siguió mirando el panfleto y decidió que se iría mucho más lejos. Fue así como se le ocurrió viajar a lo grande y alejarse del campo de batalla. Se despidió discretamente y se marchó a China.
Vida de saldo
Trabajaba en el bazar de unos compatriotas, dormía en el sótano y soñaba con volver a su país con los bolsillos llenos. Sus ilusiones murieron en el pasillo de los cuadernos cuando la vieron esconderse uno entre la ropa. Mientras, su madre espera impaciente la carta prometida.
¿Concertado?
Con tres años su padre pactó con el carnicero el futuro matrimonio de sus hijos. Su madre, criada en occidente, se negó en redondo. No llegaron a conocerse.
20 años después un hijo de carnicero conoce en la universidad a una preciosa muchacha de su mismo pueblo.
Pueblo fastasma
Hace años que en las cigüeñas ya no anidan en la chimeneas de la iglesia, las fachadas de las casas se han desconchado y nunca hay niños jugando los parques. Aunque a veces, cuando el viento corre por las calles, los columpios oxidados chirrían.
Inquilinos
Somos una pareja discreta. En aras a la tranquilidad de los propietarios solo salimos de noche, con las cadenas bien engrasadas. La culpa la tienen ellos, por mantener en el desván del castillo esos viejos somieres chirriantes. Y mi dulce Victoria, que gime desbocada cuando le hago el amor.
Beberte, amor
—Pero mira que eres tonta —dijo arrancándose las tiras de cinta adhesiva—, ¿es que quieres atraparme con esto?
Ocupado en sacarse una última espiral, no notó su notable alteración. Una aguja le traspasó el ombligo.
Su aberrante boca de avispa bebía.
Declaración
Bebía sin parar, y cuando no, me ponía la mano encima, a mí y a quien tuviese delante, eso lo recuerdo bien. Y también lo que solía decirme: «bebo a tu salud». Y es por ella que siento haberme olvidado de lo que le eché a su botella.
Mi anfitriona
Me paré a admirar su vitrina, una extensa colección de botellas vacías: borgoñona, renana… Sobresalía la de mi tierra, una menuda botella de Franconia de cuello corto, planita y redondeada.
—Falta una… —callé ante su sonrisa. La desaparición de una joven jerezana era portada en todos los periódicos.
Reciclando
Todos los periódicos del hospital acababan en la planta de psiquiatría donde eran reciclados en capirotes, sombreros de almirante o gorros de Napoleón.
Décimo Dan
Y cómo podría ser tú, cariñosa, y yo mismo a la vez. Coronado con mi caperuza de papel, la mano entre las ropas, voy pasillo arriba pasillo abajo maquinando.
La multicefalia simultanea no se adquiere, en las microjustas, hasta el décimo Dan.
Roto
Poseía los diez dan, había ganado miles de competiciones —incluso una medalla olímpica—, era capaz de romper bloques de acero en sus exhibiciones y de aguantar golpes de maza. Era el mejor y el más fuerte, pero desde que le abandonaron no es más que una patética piltrafa.
Campeona
Ganó el décimo dan en un combate irreprochable. Se inclinó ante su maestro y, segura al fin de la victoria, arremetió contra él a patadas y puñetazos rompiendo todas las reglas. Quedó hecho una piltrafa. Por doce años de vejaciones, de exigencias, de "solo para demostrarme que me quieres".
Vacaciones truncadas
Supe que no me amaba el día que le pregunté que con qué parte de sí misma me quería y, lejos de llevarse la mano al corazón, se tocó la frente. El resto lo conservo, pero esa parte desafecta la enterré bajo un metro de arena de playa.
Naturaleza salina
Ya se lo dijo la matrona, que si daba a luz en la playa podía salir sirena. Y ella con sus cuentos de juventud, que nada le hacía más ilusión. No imaginó a la niña de piernas regordetas y resbaladiza cara de anguila.
Error de interpretación
—¡Qué anguila! —exclama la mesera antes de volver junto a los fogones, después de servirme otro plato de carne guisada.
Mientras engullo con éxito un trozo de carne acompañado de pan oigo el murmullo de su hijo:
—¡Gula, madre, gula!
Días de sol
Jugaban alegres formando una gran ronda, sin sospechar que a lo lejos, sentado cómodamente en una banca, el lobo ya los había estado observando.
Desencuentro
Lo noto. Me estás observando. Al pasar delante de ti, te sonrío y tú me devuelves la sonrisa. Te pregunto: "¿Qué miras?" Pero antes de contestarme, me estás preguntando lo mismo. Te digo: "A ti qué te importa". Entonces, nos vamos. Cada uno por un lado del espejo.
Desencuentro
Lo noto. Me estás observando. Al pasar delante de ti, te sonrío y tú me devuelves la sonrisa. Te pregunto: "¿Qué miras?" Pero antes de contestarme, me estás preguntando lo mismo. Te digo: "A ti qué te importa". Entonces, nos vamos. Cada uno por un lado del espejo.
Plas plas plas
La palabra es espejo
Reflejo rebelde
Me pongo ante ti y sonrío, tú me devuelves un bostezo; me pinto la raya del ojo, tú me reflejas pintándome los labios; te voy a devolver porque no funcionas. ¿Lo ves? el único que ha levantado el dedo corazón eres tú.
Tu regalo de aniversario
Fibra natural, resistente pero con la suavidad necesaria, lana. Un color intenso como la pasión que alguna vez sentimos, rojo. Las agujas más bien finas, para conseguir un punto apretado y que la bufanda se ciña bien a tu cuello cuando llegue el momento.
OcioZero · Condiciones de uso
En clave
Ti nos ha sorprendido a todos anunciando que tiene novia y que abandona el grupo. Y ante la pregunta de si se ha olvidado definitivamente de Ene y de su enorme…, nos ha contestado: «sí en to. Ahora soy mu macho». Creo que su padre le escuchaba hablar.
Busco la suerte y si la encuentro, me la quedo.