Paramamanormal
Mamá desapareció en la sección de congelados. Estuvimos horas llamándola por megafonía, revisando las grabaciones... y nada. Simplemente desapareció y no volvimos a verla.
Años después regresé al barrio. Habían cambiado el supermercado por un centro de espiritismo. Preferí ir al notario a firmar el reparto de la herencia.
El cazafantasmas
No había güija que aguantara aquello. Sentado en medio del hemiciclo, las presencias indignadas giraban en torbellino a mi alrededor: clamando justicia, soplándome el cuello, tirándome del pelo, rasgándome la ropa... No abandonarían el edificio sin venganza.
Convertirme en su paladín me tentó más que transmitir su mensaje.
Con la luz apagada, para ver las estrellas.