Sta. Sirena. Permitame invitarla a lo que guste como anticipo a la acaparadora victoria que su desafío está imprimiendo en mis carnes.
Acérquese sin miedo, pescado no como, ni vivo ni muerto.
Acepto la invitación, aunque hasta que no esté el último voto dado no las tengo todas conmigo, amigo plumífero. Me acerco sin miedo pero tenga usted cuidado con mi cola que, como verá en mi foto, tiene dientes y muerde.
Muerde usted por arriba y muerde usted por abajo. Aunque desconozco las costumbres alimenticias de las sirenas, se me está antojando una compañia peligrosa...
¡Me quedo entonces!
Pavi quiere saludar a los nuevos. Qué gusto da ver unas justas tanto concurridas. Pronto, Pavi colgará una clasificación provisional.
Ahora... Tijeras, bisturí, hilo, gasas, absenta. Perfecto, Pavi está listo.
Y vosotros?
Ya estoy salibando Sr. Juez Largo.
Canela, picotéame los dedos a modo de aperitivo antes de que me anestesien con absenta, te dejo.
Sta. Liminiade, le agradezco el ofrecimiento, sin embargo voy a marcarlos solo con un suave picotazo y a esperar. Sepa que prefiero la carne cuando menos, anestesiada, y si está cocinada con una reducción de absenta aun mejor.
Me dijeron que por aquí había carne fresca.