Altos valores éticos
El dolor es una respuesta evolutiva que mejora la supervivencia. Sin él, no apartaríamos la mano del fuego o no cuidaríamos de nuestras heridas. Podemos decir, en conclusión, que sentir dolor alarga la vida.
La tortura a mis víctimas de violación es, así, moralmente encomiable.
De nada.
Te veía muy solo, Ferchuancho, así que he venido a meter cucharada.
La palabra sigue siendo nada.
Antisocial convencido
Desesperado, me asomo a la nada tras el remolino de mi taza de café expreso. Mejor eso que el todo de un bar repleto de correveidiles.
Rumorología
Que dice la Juani, la cuñada del de la pollería, que te han visto con la mujer de Manolo el fontanero, que ahora mismo estás con ella en el piso de Marijose, y si no es porque te estoy viendo aquí, te juro que me lo creo, cabronazo.
Eterno retorno
-Eran exactamente como los demás piratas, sólo que atacaban a quien les decía el gobierno.
La maestra suspiró ante las miradas de incomprensión de sus alumnos.
-A ver si así lo entendéis, ¿habéis oído hablar de la ley Sinde y de la división informática del FBI…?
Gracias, Casquillo, yo también espero tus micros cada mañana, a veces se me encasquilla el micro, pero al final siempre lo saco. Saludos
Sigue siendo FBI
Mala elección
Parecía el robo perfecto: un anciano en el mostrador y un montón de joyas a la vista. Entré amenazando con mi pistola de pega. Maldita suerte la mía, el viejo resultó ser un ex FBI que me desarmó y me partió la nariz en un pispás.
A toda velocidad.
Hizo tanto el zángano a lo largo de su vida que cuando quiso darse cuenta ya lo estaban enterrando.
Ausencia
Las hijas del sepulturero entretienen las tardes tratando de adivinar quién es quién bajo su universo enterrado. A don Marcial Hontanares le imaginan un bigote poblado y voz de ministro antiguo; a doña Beatriz de Honrrubia, cabello lacio y voz de pito. Donde dice “Mamá”, adivinan galletas de canela.
La hora chanante
—Desde que las probó que se encuentra así de rara.
—¿Qué le diste?
—Canela.
—Pero, si eso es veneno.
—No, es canela.
—No, veneno.
La hora chanante
—Desde que las probó que se encuentra así de rara.
—¿Qué le diste?
—Canela.
—Pero, si eso es veneno.
—No, es canela.
—No, veneno.
Que conste que es un homenaje a esa pandilla de gambiteros de Muchachada Nui, antes hora chanante y ahora Museo Coconut. ¡Qué grandes son!
El cortesano.
Disfrutó de la esposa, la comida, y el vino del rey; siempre con cierto miedo. Sin embargo jamás fue descubierto.
Murió, por motivos ajenos, envenenado en su casa.
Nunca pudo imaginárselo, al fin y al cabo ¿quién querría matar a un humilde y honesto político?
El político
Por un error de imprenta, el programa electoral llegó en blanco a los buzones. Por un error de su garganta, el político se quedó mudo en mitad del debate.
Por tal muestra de sinceridad, el pueblo le dio la mayoría absoluta.
Estupidez
Todos hacían lo que decían que hiciésemos: ¿Dónde va la gente? donde va Vicente.
Y, cual horda de zombis, la rima total nos invadió.
Guerra de mundos
Los marcianos invdieron la Tierra a principios de siglo. Para evitar el pánico, los diarios y medios de la época se inventaron lo de los virus. Hoy los marcianos nos gobiernan, pero todos lo han olvidado.
EL PRECIO DEL OLVIDO
Entonces jamás se acordaban de mí. Y ahora tampoco, pero lo que antes era tan molesto en cambio, en estos momentos, me regocija. Funciona, pero para eso los descuartizé.
Anatomía escolar
Los dedos, ordenados por parejas de mayor a menor —insiste la maestra con un gesto de su mano izquierda—; las vísceras en general, agrupadas por sistemas y aparatos; y no, Manolín —grita de nuevo—, ya te he dicho que comer ojos no va a mejorar tu vista.
Sentimiento en fuga
No lo vi venir cuando llegó. No le esperaba. Y, cuando se fué, sólo quedamos nosotros dos entre las sábanas.
Casualidad
Se hundió bajo las sábanas. Dormiría. Quizás eso le haría olvidar. Justo en el momento en que la vecina ponía a toda potencia la música: "Soy un tonto enamorao, soy un tonto enamorao". Venga a sonar el estruendo, que volvía a reírse, machacón. Odió esa cancioncilla como al peor enemigo.
Súplica
El anciano se arrodilla frente a él, con los ojos cansados y enrojecidos por el llanto. Su voz quebrada repite cada noche lo mismo:
- ¿Me devolverás algún día a mi hijo?
El mar siempre responde con el susurro de las olas.
Último viaje
El barco en llamas se mecía en las olas con su funesta carga. El bárbaro observaba con enorme tristeza cómo el Sol del atardecer alumbraba al navío que se consumía con su amada pirata como único pasajero. La vida no volvería a ser lo mismo sin ella.
La princesa bailaba con el demonio, alejándose más y más de la luz.
Se sentía arrastrada por un irracional frenesí pasional.
Cuando se quiso dar cuenta ya era demasiado tarde, y se había convertido en la reina de las tinieblas.
Reducto de maldad
Es sólo un punto oscuro. Un pequeño reducto de maldad alojado junto al corazón. Encadenándote a las tinieblas por el poco tiempo que te queda por vivir.
El Soldado
Al viejo, cuando recordaba su pasado, sólo le venían imágenes de esa violenta guerra: había matado, robado, violado y asesinado, entre otras atrocidades. Cierto día, al final de su existencia, su primera nieta lo abrazó y exclamó “¡Te quiero yayo!”. Entonces le entraron ganas de vivir.
La noche vive
La noche tomó forma corpórea, absorbiendo la energía de todos aquellos que dormían en ese momento.
Apocalipsis
La última imagen que captó su retina fue una inmensa deflagración. Después, el mundo dejó de ser mundo.
Las cosas en su lugar
Me propuse ubicar a cada uno de mis amantes en cajas, para despejar la mente. Fue fácil con uno, con otro, pero cuando llegué a él, no pude. Estaba esparcido por todo mi mundo. Imposible reunirlo. Desaparecería hasta el aire que respiro.
Plagio
Como en la secreta hermandad de Akenatón, reunida para ingerir ceremoniosamente cerebros preclaros, adquiririría la excelencia robando ideas y textos. Engullir cerebros sangrientos, empero, nunca fue garantía de éxito, y el espejo le dejaba cada mañana sin aliento, al repetir: "cabeza hueca, no tienes originalidad, ni talento"
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Impertinente
¿Qué buscas en esta relación?, le preguntó ella con azoramiento y repentino rubor, pero él, loco, sabía que si dejaba de ser tan curioso aquella amistad podría durar toda la vida. Al ratito, efectivamente, ella estaba gritando, pero no de dolor
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