pues sí, una artículo la mar de interesante y bastante acertado. Aunque para criticar un texto lo ideal sería disponer del conocimiento necesario en forma de obras previas del autor o de otras obras del estilo o de la corriente de otros autores para ser lo más objetivo posible, aunque todo esto es muy difícil, claro, para eso están los profesionales
Herramientas para criticar textos
Breve guía de aspectos a considerar sobre la lectura de textos a los que se quiera realizar una crítica productiva. Espero que complemente al artículo publicado por Alexgodmir y que anime a la gente a dejar más comentarios en la sección de literatura.
Es vital ordenar el pensamiento, especialmente en una actividad como criticar textos de carácter más o menos literario. Es el único modo para que estas críticas revistan utilidad tanto para el escritor y los lectores, como para el crítico. Así, en primer lugar, hay que marcar dos objetivos imprescindibles y, en principio, únicos; por supuesto obviamos a los críticos con oscuras razones adicionales para realizar su trabajo.
Primer objetivo: lectura de la crítica
Aunque parezca un poco ridículo, éste es un punto que jamás debemos perder de vista: nuestra crítica, si no conseguimos que se lea, no sirve para nada.
El primer requisito para conseguir este objetivo es, obviamente, escribirla de un modo correcto. Resulta particularmente fuera de lugar, e incluso irritante, encontrar textos con acrónimos de teléfono móvil en la sección de literatura. Faltas de ortografía, gramaticales y demás gazapos también modificarán el modo en el se recibe nuestra crítica, y nunca de un modo positivo.
En segundo lugar vendría el orden. Una buena estructura de la crítica ayuda a digerirla. Los comentarios deberían estar agrupados por temática y/o seguir un orden lógico -de magnitud, de interés, cronológico, etc.-. Si hablamos de personajes, después de trama, y luego volvemos de nuevo a los personajes restaremos coherencia al comentario y despistaremos al lector dándole una sensación de quejarnos de todo.
La ordenación visual de los comentarios también ayuda. El ideal sería poder intercalar los comentarios, en distinto color, al lado de los apartados correspondientes del texto e incluir un resumen final de los mismos. Esta recapitulación, que es la única accesible en Ociojoven -por suerte- se puede mejorar considerablemente con el sencillo uso de divisiones por párrafos de los distintos puntos a tratar.
El tercer punto es el más peliagudo y el más discutido, aunque en realidad no sea muy discutible. Hay que medir las palabras cuando se realiza una crítica. Insultar, directa o indirectamente, al autor del texto no le incentiva a tomar en cuenta la crítica. Puede usarse como recurso si ésta la dedicamos a sus lectores con el objetivo de denostarle, pero éste no debería ser el caso de un comentario de texto entre miembros civilizados de un foro.
Segundo objetivo: suministrar información útil
Una vez hemos conseguido que alguien se lea la crítica, es necesario asegurarse de que lo que está leyendo sirve para algo. Éste suele ser el punto que desanima a la gente a la hora de escribir sus comentarios, ya que siempre encuentran que su opinión no va a aportar gran cosa. Éste es un claro error, pues no tienen en cuenta que la visión más viciada de un texto, indefectiblemente, la tiene su autor. Por otro lado, siguiendo los puntos que enumero a continuación, no será difícil detectar aspectos sujetos a revisión.
Antes de pasar a dicha enumeración, no obstante, quiero resaltar una herramienta extremadamente útil y que estimula al propio crítico: la precisión. No es lo mismo decir “fabuloso” (bueno con matices de fábula), “extraordinario” (bueno y fuera de lo común) o “insólito” (fuera de lo común). Resulta especialmente interesante usar esta herramienta en los títulos de los comentarios intentando adivinar el efecto en el lector.
Crítica subjetiva
Ésta resulta la más popular y puede resultar muy interesante. La mayor parte de los lectores pueden encontrar aquello que chirría en un relato sin poder explicar por qué. No se deben desdeñar, pero tampoco deben eclipsar el análisis. Hay que distinguir entre “no creo que Malfoy dijese una cosa así porque es noble” y “tus personajes revelan tu desconocimiento del alma humana -o tu machismo latente-”. No es sólo un problema de forma: en uno se adivina un motivo no concretado y en otro algunas neuras personales del crítico.
Muchas veces estas discrepancias entre autor y lector revelan que el primero sabe más cosas de la historia escrita que aquello que refleja el papel -o la pantalla- y, lamentablemente, suele ser por error.
Comentarios sobre el interés o no que reviste un sujeto, o sobre la conveniencia de expresarlo con prudencia, pudor, arrojo, crudeza, etc., serían propios de este tipo de crítica y pueden ayudar a cambiar el enfoque de un texto haciéndolo más adecuado para su lectura.
Crítica objetiva
Ésta debería ser técnica y tener una base lógica que intentaremos diseccionar a continuación mediante los puntos objetivos que deben cumplir todos los relatos racionales.
Coherencia.- la trama, y los acontecimientos que engloba, no deberían presentar contradicciones. Atención con los personajes: desde su individualidad sí que pueden ser contradictorios, pero esto no debe ocurrir por descuido del autor.
Cohesión.- es importante que el relato nos lleve en alguna dirección, aunque ésta sea circular. Si el autor divaga el lector se distrae. Todo lo que ocurre en una historia debe tener un sentido; si no lo tiene es paja, en el mejor de los casos, o trucos sucios para desviar la atención del lector. Tal vez, únicamente, incompetencia.
Ritmo.- es fácil percibir si el relato va demasiado rápido -requiere mayor definición de las cosas y mayor espacio para acontecimientos y/o personajes- o demasiado lento -está sobrecargado de elementos no interesantes para el lector.
Erratas.- por mucho que algunos intenten obviarlo, la ortografía y la gramática existen y no son adaptables a las necesidades propias o a las percepciones sonoras personales. Se puede consultar la página de la RAE para solventar dudas (www.rae.es). Si se quiere ser diplomático, a estos fallos se les llaman “erratas”; si no, se pueden considerar ignorancia o desidia.
Lenguaje.- el uso de un lenguaje rimbombante lastra la lectura si no se usa con propiedad. Este tipo de cosas se pueden señalar, junto con tecnicismos, vulgarismos y vulgaridades, anglicismos y otras particularidades lingüísticas, aunque en muchas ocasiones resultarán subjetivas.
Personajes.- las personas reales no tienen caracteres planos salvo excepciones. Los personajes utilizados en un texto no deberían serlo tampoco salvo excepciones. El desconocimiento del alma humana suele crear personajes foco que no responden a las interacciones con el entorno ni con los otros personajes. Los personajes deben ser espejos, cada uno de su tipo. Si no lo son, se deberá a que el autor no ha contado lo suficiente sobre ellos (subjetivo) o a que son arquetipos (lo cual, si carece de motivo, es un fallo).
Ambientación.- esta parte es la delicia de los estudiantes de historia y de aquéllos que ya han leído mucho sobre el escenario elegido; también es la bestia negra de aquellos que dudan. Lo innegable es que las ambientaciones deben respetarse, y no sólo desde el punto de vista de la coherencia -si ambientas en el lejano oeste y la gente se pelea con katanas tiene que existir un motivo-. Es importante que la tecnología y la mentalidad sean acordes a la época elegida. Es importante que el entorno social y temporal marque a los personajes y la trama. Ampararse en que se escribe fantasía o ciencia ficción sólo pone de manifiesto lo poco que se ha reflexionado sobre la ambientación creada.
Éstos son los puntos que, creo, se deben considerar cuando se realiza una crítica. No son subjetivos o, al menos, no pretenden serlo. Qué es correcto y qué no dentro de cada apartado debe marcarlo el sentido común, las enciclopedias y/o los diccionarios. Se puede filosofar sobre su validez pero necesitamos algunas guías para entendernos entre todos los millones de hispano parlantes.
Querría cerrar el artículo con un último apunte, a modo de aclaración, que me parece importante realizar: las críticas no tienen por qué contener sólo aspectos negativos. Una crítica puede componerse únicamente de hechos remarcables positivos o de una mezcla de ambos. Cuando un crítico no encuentra nunca nada bueno que decir es que tampoco es un buen lector -o realmente tiene muy mala suerte-.
Seguramente me dejo muchas cosas en el tintero, pero espero que una lectura considerando los puntos precedentes permita disfrutar más de los textos y, sobre todo, aprender más de ellos. Como decía Ovidio, “aprender es lo correcto, aunque sea del enemigo”.
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Un texto muy interesante. Lo tendré en cuenta para mis críticas.
Bastante inútil