La casa de las sombras
Reseña de la novela de Robert Liparulo publicada por Edebé
Esta novela de Robert Liparulo es la primera parte de una serie titulada Dreamhouse —La casa de los sueños, denominación que se explica en cierto momento del libro—, y es algo que se nota desde los primeros compases, para bien y para mal. En primer lugar, por el ritmo pausado de la trama: si bien no paran de ocurrir cosas y el dinamismo prima, queda claro desde el arranque que se trata de una siembra a largo plazo. Incluso el capítulo de arranque, un evidente gancho a media res, no va a ser más que ligeramente aclarado en las páginas de La casa de las sombras. Por supuesto, el cierre de la novela queda en suspenso, más como si hubiera terminado un largo capítulo introductorio que un libro independiente.
El lado positivo es que el tempo está muy conseguido. El autor no se precipita a la hora de presentarnos los personajes, los escenarios y los acontecimientos y esto es algo que redunda muy favorablemente en el suspense. Aunque al final la cosa se vaya decantando hacia la fantasía y muy posiblemente las aventuras, el terror y la inquietud son dos ingredientes principales en la novela. Y Liparulo los utiliza con mucho acierto. Se nota que conoce los resortes que hacen funcionar las casas encantadas y, sin dejar de lado su objetivo final —que se adivina ambicioso— de crear un universo propio en torno a esta en particular, consigue manejar al lector a su antojo a través de noches tenebrosas, pasillos laberínticos y viejos misterios familiares.
En cuanto a la prosa, de nuevo una de cal y otra de arena. La traducción de esta edición, sin llegar a ser mala, acumula unos cuantos defectos que deslucen bastante el resultado final y que podrían haberse solventado con una corrección de estilo: mal uso de los adverbios, exceso de literalidad en algunas traducciones, problemas de concordancia, repeticiones innecesarias de términos y sujetos, uso inadecuado de posesivos... Es algo que acusarán más los adultos —sobre todo aquellos con conocimientos suficientes de lengua— que los lectores jóvenes, pero no deja de poner la lectura por detrás de obras de autores españoles que podemos encontrar en el mismo catálogo —por ejemplo, Los sin miedo o La criatura del bosque—.
Al mismo tiempo, Liparulo tiene un gran sentido narrativo. Transmite rápido, sitúa con acierto en los escenarios, domina por igual las escenas de acción y las descriptivas, introduce recursos literarios con sencillez... es decir, es un autor solvente que maneja bien la narración a lo largo de toda La casa de las sombras.
En cuanto a la trama, cabe señalar que nos encontramos ante un libro de integración de elementos clásicos: de momento tenemos la casa encantada como eje central y pronto se van revelando referencias a algunos “monstruos” típicos —y propios del folclores estadounidense—. Estos se van vistiendo con capas sucesivas de elementos fantásticos que abren el planteamiento inicial pero no de un modo disperso, sino para desarrollar más el concepto inicial. ¿A dónde nos llevará? Todavía es pronto para saberlo.
En definitiva, la serie Dreamhouse arranca con los suficientes elementos a su favor para ganarse a los lectores jóvenes y con algunas aristas que merecería la pena pulir.
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¿Ya te has querellado con el que tradujo el título por el hurto o qué? xDD
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