Un melancólico vals sonaba en el viejo piano al fondo de la sala. El aire estaba cargado, y los demonios que se encontraban allí hablaban lenguas muertas, mientras jugaban a algún macabro juego con cráneos humanos.
-Odio su olor, maldita sea, esto ha cambiado mucho desde la última vez que vine. -Susurró Viejo a su compañero mientras caminaban hacia la barra.
-Tranquilo, este es el lugar más seguro del Infierno, créeme. Fíjate, mira bien de qué están hechas las paredes.- Dijo Purulento señalando a las paredes de la taberna.
-¿Huesos? ¿Huesos humanos? Purulento, se puede saber dónde me has traido. Este sitio...- En ese momento Viejo se percató de que no sólo habían demonios allí, sino, también humanos como ellos. También cayó en la cuenta de que la siniestra melodía que sonaba desde el oscuro rincón, era obra de un esqueleto, con ropajes del siglo XII que parecía disfrutar con cada acorde que tocaba.
-Así es, son huesos, pero no todos son humanos, hay también huesos de demonios, y de otras criaturas incluso más antiguas. Dijo Purulento.
En ese momento llegaron a la barra. Un hombre de casi dos metros de altura, y de unos ciento treinta kilos, estaba tras ella. En uno de sus hombros, un extraño círculo con misteriosos símbolos, y frases en latín estaban tatuados en un color rojo sangre. Levaba una camisa sin mangas, de color rojo y en su cinturón colgaba un libro parecido al de Purulento, aunque más pequeño y antiguo. Terminó de colocar algunas jarras, de limpiar un poco aquí y allá y entonces, un estruendo en una de las mesas. Dos demonios habían empezado a pelear, probablemente por alguna discusión, y ahora estaban cara a cara, cada uno mostrando sus colmillos, y balbuceando conjuros en aquella espantosa lengua. Sus manos comenzaron a brillar, y un olor a azufre comenzó a poblar el ambiente. El tabernero se quedó quieto de repente.
-Maldita sea, cuidado Purulento, lo he visto muchas veces, son conjuros letales, si te tocan lo más minimo te desintegran.. Dijo Viejo preocupado por su amigo, mirando cauteloso a aquellos demonios.
-Tranquilo, no te dije que este es el sitio más seguro del infierno. Pobres infelices. Dijo Purulento riendo.
-¡¡¡NADIE SE PELEA EN MI TABERNA!!! - En ese momento el corpulento tabernero estaba saltando sobre la barra, pasando al lado de Purulento y Viejo que ahora sentados en un taburete alto, miraban atentos el transcurso de los acontecimientos.
-Ham pechado el sambgre zutia - Balbuceó una de los demonios cuando una lanza de hueso le atravesó la garganta. Todos los clientes miraban sin darle mucha importancia, salvo nuestros compañeros, que estaban atónitos ante tal muestra de dominio de la nigromancia. Había creado una lanza de hueso a partir de lso fragmentos que formaban el suelo.
Ahora Turk, el tabernero, agarraba al otro demonio por el cuello, y lo levantó hasta que sus pies no tocaban el suelo y dijo:
-Está muy clarito en la puerta, lo siento, eras un buen cliente. - Dijo mientras aumentaba la presión, hasta que un CROCK dejó patente que el demonio estaba muerto, pues había aplastado todos los huesos de su cuello. - Malditos novatos.- Dicendo esto cogió los dos cuerpos sin vida y los arrojó hacia el techo, y con un chasquido de sus dedos, decenas de manos de hueso, los cogieron y los cuerpos fueron absorbidos por la taberna. Segundos después sus rostros decoraban una de las columnas que sostenian el techo.
-Veo que sigues siendo implacable, Turk. Dijo Purulento sonriendo.
En ese momento el tabernero se dió la vuelta y miró a sus dos nuevos clientes, se limpió las manos con un paño y luego dijo:
-Hombre, hacía ya unos días que no te dejabas ver el pelo, ¿que tal por ahí arriba Purulento? y tú, tu cara me es familiar, seguro que he visto a algún que otro demonio con un retrato tuyo.
-Este es Eleazar, aunque nosotros le decimos Viejo, es un amigo.
-Encantado, Turk. Soberbio eso que has hecho con los demonios. -Dijo el Viejo mientras seguía con la mirada al tabernero que se dirigía a su lugar tras la barra.
-Bueno, tengo normas, y el que no las cumple me lo quedo, así de simple. Si peleas aquí, acabarás absorbido por mi taberna. Simple y efectivo. jejej ¿ Qué vais a tomar? Tú lo de siempre ¿no Purulento?, ¿y tú?- Mientras hablaba ya había servido dos vasos de agua a nuestros compañeros y un vaso de leche fría para Purulento.
Purulento no pudo evitar sentir algo de vergüenza al ver la cara con la que lo miraba Viejo, que no daba crédito.
-¿leche? Podía comprender que no te gustase el whiskey pero...que bebas leche...jajajajaj quien lo diría. Dijo Viejo riendose.- A mi ponme un whiskey, por cierto, ¿y este agua?
-Agua bendita, siempre que un humano viene se la sirvo y si no la bebe lo echo y PUNTO. ¿ha quedado claro?. Bueno -dijo calmándose un poco- Discúlpame, tengo hoy un mal día. Pero es que hace un tiempo, vinieron unos demonios "disfrazados" de humanos y se pusieron a liarla, mataron a bastantes buenos clientes, y pese a que luchamos durante varias horas, consiguieron escapar. Créeme si se beben eso, se derretirán sus entrañas, pero a un humano normal no le pasará nada.- Dijo mientras servía el whiskey de Viejo y se ponía comodo tras la barra para charlar con ellos.
-Bueno, ya está, jejeje estaba fresquita, además es reconfortante saber que no soy un demonio ni él tampoco. Bueno, cuéntame, eres nigromante como Purulento, pero, ¿por qué aquí?, ¿por qué una taberna en el infierno?
- Vendí mi alma, quería conocimiento para descifrar este libro- dijo mientras daba algunos golpecitos al libro que llevaba colgado- y cuando acabó mi tiempo, me trajeron. Una vez aquí, el demonio con el que hice el pacto se confió y le maté. Luego encontré este lugar, una pila enorme de huesos cerca del mercado de almas. Así que ya ves, fabriqué este lugar. Nigromancia pura. Cada hueso lleva grabado un conjuro y atado un pedazo de mi alma. Como ves hay miles, millones de ellos. Si sabes algo de magia sabrás que con eso lo que consigo es hacer una resonancia dentro de estas paredes amplificando mis poderes cada vez que activo uno de esos conjuros. Bueno, dejemos esta lección de historia sobre nigromancia y contadme ¿qué hacéis por aquí?.
-Bueno, digamos que yo he vendido mi alma muchas veces, a muchos demonios, y parece que alguien esta ansioso por tenerla a toda costa.- Dijo Viejo dando otro sorbo a su whiskey.
-Típico, jejejeje aquí casi todos vendimos nuestra alma a cambio de algo. Ves a ese de allí, al tuerto, dicen que vendió su alma a cambio de un ojo, pero le estafaron. Le dieron un ojo ciego, así que pasó años estudiando nigromancia y artes oscuras y se hizo cazador de demonios. Se arrancó el ojo para invocar a quien le timó y acabó con su vida. Desde entonces viene aquí de vez en cuando, a desconectar del trabajo ya sabeis, es algo estresante ser un cazador de demonios.
-Oye Turk, tienes una habitación para nosotros, creo que pasaremos bastante tiempo aquí abajo, y necesitamos un sitio seguro donde dormir.- Dijo Purulento amigablemente.
- Claro dadme un segundo y os hago una.- Un chasquido de los dedos y un crepitar sonó en la parte trasera.Una puerta se abrió en la pared de huesos.- Listo. Tomaos el tiempo que necesiteis, no os voy a cobrar, bueno sí, os cobraré, pero no como al resto, sólo os pediré una cosa...
-Dispara - Dijo Viejo.
-Algo se cuece ahí fuera, lo he notado, contadme cualquier cosa que descubrais meintras esteis aquí, en este lugar la información es poder.- Dijo el tabernero guiñándoles un ojo.
Ambos asintieron.
Entonces Viejo y Purulento entraron en la habitación, y se tumbaron a descansar.
-Y pensar que en el mundo exterior sólo habrán pasado unos minutos desde que me desvanecí....- dijo Viejo apesadumbrado.
-Lo sé, pero descansa, tenemos que buscar a alquien que sepa como sacarte de aquí. Pero eso será mañana. Dijo Purulento mientras cerraba los ojos.
-¿Con que me estas diciendo que hay una aldea cerca de aquí?-preguntó el enano mientras un campesino que hablaba en argot afirmaba.
-Pus si señoo,vuesa merced debería sabé que pilla aqu'al lao y lus comerciantes nu se pasan mucho por aí ,sería el lugar perfecto p'acerse rico.
El enano terminó de hablar con el campurrio y subió las escaleras hacia su habitación con dos monedas dibujadas en los ojos.El enano abrió la puerta y vió a Julián durmiendo y a Guillaume pensativo.
-¡¡¡¡¡Hora de levantarse señoritas!!!!!!!
Julián se levanto asustado y entonces le gritó al enano
-¡¡¡¡¡¡¿Pero es que quieres matarnos del susto?!!!!
El enano lo miró sonriente y dijo:
-No, simplemente que necesito a alguien que me acompañe a la aldea de aquí al lado para comprar unas cosas y ponerme a vender en medio de la plaza.
-No cuentes conmigo, estoy pensando una cosa muy importante-dijo Guillaume
-¿Y es que el dinero no es lo suficientemente importante?
-No es tan importante como esto, te lo aseguro
-Entendido entonces humano número dos te ha tocado
-Solo 4 minutitos más
-¡¡¡Ni uno solo más, no ves que se me pueden adelantar!!!!
Entonces Julián se levantó de la cama y siguió al enano a los establos, dónde cojieron a la mula y al caballo.En medio del camino Julián preguntó al enano:
-¿No crees que deberíamos haberles dejado una nota?
-Bah!! tonterías, soy comerciante cuando no vean mi mula sabrán a donde he ido.
-Tu sabrás lo que haces
Veiinte minutos más tarde se encontraban en la aldea, Zurdrojt cogió a su mula y empezó a montar el escaparate descargando varios utensilios de cocina, joyas para los nobles, algunas armas y varias plantas exóticas de más alla del óceano.La población se acercó al comerciante rápidamente y Zurdrojt se puso a vender como un loco.De repente apareció un hombre extraño y le dijo:
-¿Disculpe cuanto pediría por esas hierbas de ahí?
-Depende de la cantidad.Pongamos mil monedas de oro.Vayase amigo no creo que valla a pagar eso ni con el sueldo te todo un año-el enano empezó a reirse
-Creo que si puedo-el hombre soltó una bolsa delante de sus ojos y el enano empezó a envolverle las hierbas
Cuatro horas más tarde Julián se reunió con el enano, mientras el enano recogía sus mercancías y contaba el oro y los nuevos objetos que había conseguido.
-¿Qué tal tu paseo por el pueblo?-Dijo Zurdrojt
-Bien, he visto un montón de lugares y he hablado con varia gente de las tierras y su gente,y tu ¿Qué tal el negocio?
-He vendido un montón de cosas, pero lo mejor ha sido cuando un tipo me ha comprado unas hierbas por 1000 monedas de oro,¿no se como puede haber gente que compre unas hierbas por 1000 monedas de oro?,bueno al menos me deshice de esas hierbas misteriosamente mágicas que no me servían para nada.
-¿Quién era ese hombre?
-Ya sabes, el tipo ese que vino ayer a la taberna
A Julián se le volvió pálido el rostro y dijo:
-¡Rápido debemos volver a la taberna!
El enano lo metió todo en un saco,hizo un nudo , lo colgó de la mula y se montó en ella.Poco más tarde se encontraban galopando a toda prisa hacía la taberna con una mueca de extrañeza en la cara del enano" O este tipo está loco o aquí está pasando algo fuerte"
Panchicicimo XD