"La Taberna...La Taberna" dijo Lahire.
Recordó el primer momento, La Taberna le había cambiado de forma...a la de un viejo. ¿Porqué había hecho eso La Taberna? Era claro, a La Taberna no le gustaba su presencia, no había que pensarlo demasiado. Pero era claro que Pil, le había llamado.
Mientras veía a Pilpintu fallecer, recordó a la madre de ella. Bella como siempre.
Coon pronunció algo...
- Esta taberna es mía. Lo mío no es tuyo. Lo tuyo a la tuyo- Dijo cabizbajo, entre llanto y rencor.
Ham comprendió que Coon estaba completamente desquiciado por la muerte de Pilpin. Decidió salir por unos instantes...pero la Taberna le volvió a atacar, reduciendo su forma, golpéandole, e incluso cambiándole de forma de nuevo.
Entonces finalmente supo, que no era La Taberna sino Coon a través de La Taberna. Y algunos instantes antes, Jane.
"Esta Taberna se alimenta de sus almas, de sus emociones, de su poder"...pensó Ham. Me intentaba consumir entonces.
Finalmente afuera...espero en el Bosque Oscuro. Hasta recuperarse un poco del ataque de La Taberna.
Coon, salió entonces. Miró fijamente hacia donde se encontraba Ham. Los demás esperaron, salvo el Viejo.
- Aquí está, junto a mí, Pilpin-Dijo Coon
- ¿Qué deseas Coon?-
- Pilpin desea saber qué ocultas bajo tus ropas.-
El rostro de Ham, se veía entre sombras.
- Esta es tu verdadera forma- Inquirió Coon
- Así es. No tengo cuerpo. Esa fue mi maldición -dijo Ham
Una mano salió de entre las sombras. Entregando un sobre, Ham dijo...La primera hoja estaba destinada a mí, pero las 2 últimas son para Pilpintu.
Ham, habló sobre el poder de La Taberna. Sobre lo que él creía como actuaba y sobre el destino de su propietario.
- Eso ya lo sabía. Deberías viajar en el pasado y ver lo que te falta por saber- Dijo, Coon.
- .... No me hace falta Coon, yo también estuve en tu pasado...bajo distintas formas. Te he observado. Y justo como antes, has intentado echar una de mis formas...En aquél entonces, me disfracé de Mago, de Ladrón, de Bardo. Recuerdo una pelea. De pronto me lanzaste un hechizo y me convertiste en polvo -
- Tal como ahora, no has cambiado nada- Eres un chiquillo consentido.
- Mi poder, no va ligado a mi edad. Ya deberías saber que no soy rival para Richard. No me place enfrentarlo, a decir verdad. Pero amaba a la madre de esta mujer (Pilpin) y estoy dispuesto a enfrentarme a quien sea ¡INCLUSIVE A TI COON! con tal que ella y su taberna gozen de la Felicidad que siempre quise tener-
Pilpin, permaneció pensando en porque La Taberna haría eso...
- Es mi taberna, mis reglas..Mi taberna, mis reglas- Repitió Coon. - MI Taberna, mis reglas -
_Lo siento Coon, pero tuve que hacer esto. Para permitirme la entrada en La Taberna. Me he metido en tu mente. Mientras esté afuera de La Taberna podré tomar un aspecto más o menos normal. Pero mientras permanezca dentro de ti, no podrás hacer nada. Hacerlo te costaría la vida.- Sentenció Ham
Unas sombras oscuras se metieron dentro de la boca de Coon, mientras este continuaba diciento..."Mi taberna..."
Cuando éste despertó se dio cuenta de lo sucedido.
- ¡¡NO!!!, gritó- ¡Esto no puede ser!, ahora tengo a este malnacido dentro de mí.
Intentó con todas sus fuerzas, evadirlo...pero fue en vano. Comenzaba a sangrar de todas partes, de la nariz, de los ojos, de los oídos. Un fuerte dolor de cabeza, le invadía si deseaba expulsarlo...hasta querer darse de golpes en la pared e incluso, no pudo evitar soltar una lágrima de tan terrible dolor.
Cuando entraron. Todos esperaban expectantes.
Coon, sólo dijo:
- Continuemos. El Vampiro viene conmigo-
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El viejo, guardo el sobre que le entregara Ham. Para abrirlo en ese momento o talvez nunca.
Los demás se alistaron a la empresa encomendada por Devan.
Subí el último de todos. Por algún motivo, había perdido peligrosamente el control. Me había dejado atrapar por las artes oscuras de Ham. Un fallo que no volvería a cometer. Cuando entré en la estancia pude oler la muerte. El cuerpo de Pil yacía inerte sobre la cama. Durante unos instantes, me conmoví. Las lágrimas corrían por el rostro de Jane y el Viejo es esforzaba por ocultar su pesar. Respiré hondo y me dí cuenta. Pil estaba allí, podía oler su magía. Su espíritu, su forma astral mejor dicho, seguí entre nosotros, en esa habitación. Aún no estaba todo perdido. Sin embargo no podía permitir en mi conciencia que Ham siguiera en la Taberna. No me creía ni una sola de las palabras que salían de su boca, por muy antiguo que fuera su poder y existencia. Aunque fuera uno de los primeros vampiros, incluso el primero, su naturaleza le exigía ciertas restricciones. Una de ellas, solventaría el problema sin enfrentamientos. No era el momento para luchar con nadie.
- Coon - dijo Jane - Pil ha...Pil ha...- el llanto entrecortaba su voz.
- Pil ha muerto - lo dije lentamente, con calma y solemnidad en la voz.
- Ham - dije - Pil fue como una madre...No, Pil fue mi madre desde que tengo recuerdos. Y esta mi casa. Ella ha muerto y por lo tanto esta morada me pertenece a mi ahora.
- No lo hagas - dijo Ham adivinando mis intenciones.
- Oh, sí - dije - si lo hago - hice una pausa - Ham, la Taberna ha cerrado, este es un domicilio particular y tu no eres bien recibido. Considera retirada tu invitación.
El cuerpo de Ham comenzó a echar humo y a retorcerse. Entre gritos y sollozos se lanzó hacia la puerta y al atravesar el umbral se escuchó un fuerte ruido. Ham chocó contra el suelo. Se había debilitado hasta el punto de mostrar su forma original. Un viejo saco de piel y huesos de más de diez mil años. Se rehizo un poco, volviendo a cambiar de forma, aunque ahora su aspecto no era tan juvenil y medía varios centímetros menos. Intentó volver a entrar pero un destello y el mismo sonido de antes le empujaron de espaldas contra el suelo de nuevo. Yo le miraba desde el umbral. No me divertía, ni enfurecia ni tan siquiera me daba pena. No sentía nada mirando a aquel ser.
- No se te ocurra volver - dije.
Ham se deshizo en una nube negra y se internó en la espesura del bosque, justo al tiempo que el sol comenzaba anunciar el alba.
Cuando estube seguro de que Ham no estaba cerca, me dirigí a Roxane.
- Bien Roxane - dije - se que puedes verla ¿dónde está?
- Detrás de la barra, como siempre - respondió Roxane.
- Hola Pil - dije - espero que tengas algún plan porque no me agradaría nada que tu muerte fuera definitiva.