Bueno, he terminado. La verdad es que aunque haya estado acuciado por decenas, miles, incluso cienes y cienes de garras, reconozco que me lo he pasado fenomenal. Tanto lobo suelto y yo haciendo de caperucita barbuda ha sido una experiencia memorable. Me he sentido, eso sí, un tanto agobiado por las miles de obligaciones que si no tengo me impongo, pero en cualquier caso, enriquecedor. En el curro alucinaban por la manera de «tomar café» —¡que no me gusta el café, releñes!— o de «echarme un piti» —¡que no fumo, recontras!—.
En fin, me permito hacer unas estadísitcas, si soy capaz. En cuanto a mis propios votos, la nota media es de 4,06 y me temo que padece el «efecto techo», pero es que todos en general me han parecido buenísimos.
—¡Mierda! No soy capaz de pegar una imagen. ¿Alguien me puede ayudar?—
Hoy me he levantado muy en forma y hasta brilla el sol. Preparaos, lobeznos, que el pirata está en el bosque.
Bastante inútil