Sin remedio
Por más que lo intentaba, no conseguía calzar esa enorme bola azul: si ponía una cuña por poniente, se caía por levante; si sujetaba el sur, se desmandaba el norte. Abandonó su propósito cuando comprobó las fugas que tenía y las goteras que había provocado en el universo.
Nos hemos visto obligados a eliminar el microrrelato de Fronkonstín, y con él mi valoración y todos los comentarios que hacían referencia a los dos relatos. Fronkonstín ya había colgado otro relato previamente en otro desafío. Ya me parece a mí demasiado despiste para un concursante solo...
Por lo tanto, queda disponible este desafío para otro contrincante.
Pido disculpas por no haberme dado cuenta antes.