Un relato muy original no solo por el escenario, sino también por esa posesión imperfecta e inesperada. Quizás no demasiado fosco y, sin duda, toda una crueldad después de una convocatoria de Dark Space Opera, pero con una prosa así se perdona todo. Me gusta cómo envuelve la narración y cómo se entremezclan las perspetivas. Quizás se hubiera podido acentuar el carácter alienígena del simbionte, pero este tipo de cosas no son sencillas de resolver ni siquiera si te pones purista (o quizás particularmente si te pones purista).
En definitiva, muy buen trabajo.
Si tuviera que elegir trece relatos entre los presentados al certamen para publicar una antología sobre posesiones, éste entraría en mi lista de ocho relatos seleccionados de forma directa tras la lectura de todos ellos.
Encaja en el tema de la convocatoria, y lo hace con una historia que si bien no es nueva en general sí es única entre los relatos presentados, está escrito con enorme sensibilidad, ofrece una gran ambientación llena de melancólica saudade y una pátina poética atractiva. Su fuerza comercial es notable porque sería natural que este relato terminase entre los candidatos al Ignotus, y luego quién sabe si entre los nominados o incluso algo más, lo que le daría mucho más valor a la antología.
Es cierto que fuera de esta convocatoria no haría pensar en posesión y sí en una relación simbiótica, es cierto que tiene varios detalles para corregir, es cierto que la transición narrativa parásito-huésped a veces no es completamente fluida, es cierto que puede repetir recursos y es cierto que cuesta ver lo fosco. Pero para mí, además de entrar en la antología, debe ser uno de los que suban al podio del certamen.
Un gran relato.
★★★★★
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