Ayer estábamos viendo un reportaje sobre una mujer de vikingo que se había independizado y montado su vida en Islandia durante las primeras colonizaciones escandinavas. Había elementos chulos en el reportaje, pero también detalles que adolecían de un presentismo manifiesto. Sobre todo en cuanto a relación hombre / mujer, daba la impresión de que los historiadores entrevistados eran incapaces de salir de la mera proyección del modelo actual sobre una visión del "pasado bárbaro".
A mí "detalles" como que trece mujeres reclamaran tierras a su nombre me parece que va más allá de la mera "aventura personal" de unos carácteres fuertes, como el hecho de que hayan encontrado dos mujeres enterradas solas en un barco. Me da la impresión de que hace falta un fenómeno social más amplio para respaldar algo así. Lo digo porque se presentaba casi como un episodio de la doctora Quinn, cuando yo le veo más relación, por ejemplo, con las viudas que en el Caribe se vestían de hombres y se mantenían al frente de los negocios de sus difuntos.
La cuestión que me suscita es ¿qué se supone que tiene que hacer un historiador frente a datos "aberrantes" así, que contradicen la idea preconcebida? ¿Se mantiene un esquema comparativo aunque se tambalee para digerir la anécdota, se abre una teoría nueva, etc.? Yo es que nunca he pasado por una facultad Historia y todo lo he ido aprendiendo a base de leer a historiadores, pero me llama la atención que sean tan críticos con algunas cosas y luego se cuelen otras así. ¿Falta una formación interdisciplinar?
Los datos sólo pueden ser "aberrantes" cuando no encajan lógicamente con otros sucesos cercanos, vamos, si no hay una sucesión causal que te permita plantearlos.