Demonio de libro
Reseña de la última novela del genio del terror Clive Barker.
He de reconocer que, probablemente, mi reseña para con esta novela sea de todo menos objetiva, puesto que Barker es uno de mis autores favoritos. Hellraiser es probablemente la obra maestra de este autor, pero para nada le desmerecen otros títulos como pueden ser Los libros de sangre.
Hace tiempo hice la reseña de otro libro de este autor: El juego de las maldiciones, con lo que supongo es absurdo, y redundante, hablar de la sencillez y del estilo directo que caracterizan a sus obras, así como el terror e incluso el erotismo (bueno, en esta novela no hay apenas connotaciones eróticas) que suelen desprender todas sus creaciones. El universo onírico en el que suele meternos es el ejemplo perfecto de cómo el propio miedo puedo volverse fascinante e, incluso, atrayente.
En este caso, Barker vuelve a superarse a sí mismo con un argumento muy original. El libro está endemoniado, y su morador, un ex habitante del séptimo círculo del infierno, se encuentra atrapado entre sus páginas, y será el encargado de contarnos su vida, y cómo pasó de estar en el séptimo círculo a las páginas del libro que ha caído en nuestras manos. En resumidas cuentas, es la autobiografía de un demonio, obviamente contada en primera persona, allá por el siglo XV.
La novela en sí no es una novela de terror, o al menos yo no la definiría así, ya que reconozco que El juego de las maldiciones, por ejemplo, cumple mejor la tarea de no dejarnos dormir como debiéramos por si Mamoulian —el malo malísimo de esa novela— se aparece en nuestras pesadillas, o peor aún, entra en nuestra habitación y nos produce alucinaciones alimentadas por nuestros más hondos miedos, que este libro. No. No es una novela de terror. Es simplemente eso: la autobiografía de un ser atormentado que, además, se mostrará y comportará como tal a medida que vaya contándonos su historia.
Personalmente, he de decir que me ha encantado, y me lo leí rapidísimo, gracias a su lectura fácil y a la originalidad del argumento. Además, hay varias cosas que llaman la atención del libro para bien (también hay alguna -una- que me llamó la atención para mal, y que pasaré a comentar en breve), como es el hecho de que el infierno está descrito y pincelado tal y como lo dibujó Dante en su mente: círculos concéntricos en los cuáles, cuánto más abajo estés, de peor calaña eres. Además de su ambientación histórica, ya que la novela se desarrolla alrededor de la época en que uno de los grandes inventos de la humanidad cobró vida, y que alcanza, de hecho, el momento culminante cuando este invento aparece.
Ahora, el único “pero” que he encontrado a la novela, y que, además, creo que es la primera vez que al escribir una reseña le pongo alguna pega a un libro, es su traducción. Reconozco que soy muy malo para los idiomas, y estoy convencido, porque lo estoy, de que es muy difícil traducir a un autor con estilo propio, a otro idioma, sin, de alguna manera, tergiversar su manera de escribir. Pero aun así hay cosas y cosas. En inglés, para dar más énfasis, se usan adverbios como “really”, pero en castellano soy incapaz de imaginarme una conversación en la que la persona con la que hablo me diga: “Oh, amigo, me encuentro realmente bien”. Y a los cinco minutos de conversación de nuevo… “Sí, realmente la odiaba.” Y me ha llamado la atención bastante, probablemente porque el libro haya quedado traducido de una manera demasiado literal. Reconozco que jamás me había fijado en estas cosas, y ni siquiera me había planteado lo difícil que puede hacerse traducir bien una novela sin cargarte la esencia y el estilo de un autor.
En resumen, me parece un libro ameno, recomendable y muy original, que probablemente guste a los que busquen eso entre las tapas de una novela. Y como contra, lo dicho: quizás, sólo quizás, la traducción haya quedado demasiado literal.
Autor
Clive Barker nació en un pueblo cercano a Liverpool, en 1952, donde estudió Filosofia y Letras. Polifacético artista, ha hecho sus pinitos tanto en el mundo del relato corto, como en la novela, cine, pintura o escultura, siempre basándose, eso sí, en el género del terror y la fantasía. Con un carácter bastante excéntrico (¿hay algún genio que no lo sea?), en seguida consiguió el apoyo de uno de los grandes de este género, como es Stephen King, el cual quedó maravillado por la crudeza del conjunto de relatos recopilados en una de las primeras obras de Barker: Books of Blood (Libros de Sangre), del que dijo que viendo el trabajo de Barker, daba la sensación de que el resto de autores del género llevaban dormidos diez años.
Sus obras, en general, están dotadas de una fuerte carga de erotismo, violencia, terror… y sangre, alcanzando el punto culminante con su aclamadísima obra Hellraiser, adaptación de su novela corta The Hellbound Hearth, donde gente que busca emociones fuertes terminará recurriendo a unos extraños marcianos llamados “cenobitas”, que prometen algo así como el “placer eterno” y que nos harán pasar momentos increíblemente aterradores y en ocasiones, hasta desagradables. Pero además de haber creado esta genial película, Barker es la mente que también está detrás de otro de los clásicos del género de terror: Candyman, dónde un hombre de raza negra nos hará la vida imposible en cuanto digamos su nombre una serie de veces delante de un espejo.
Otras obras de Barker, son: El juego de las maldiciones y los Books of Blood y The Hellbound Hearth, Sortilegio, The Great and Secret Show y The Thief of Always.
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Pinta muy bien el libro, compañero. Me lo apunto, junto a otros de Barker. A mí me gustó mucho El ladrón de días (The thief of always), que leí en adaptación en cómic. Los libros de sangre, en cómic, también me gustaron mucho, pero nunca lo he degustado directamente.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.