Maldito eBay y sus propuestas indecentes... Me acaban de llegar estas minis del Warhammer viejuno, que me van a venir de lujo para tener jugadores rarunos de Brutal Ball.
La diablilla de la izquierda es clavada al elfo de arriba y tanto ella como la de en medio dan el pego directamente como jugadores caóticos. La verdad es que son muy chulas. Delgadicas, pero muy chulas.
El demonio de la derecha (o gárgola, no sé) tiene la talla de un enano. Llevaba tiempo queriendo meter algún jugador con alas y creo que este me vendrá de lujo con alguna conversión sencilla (había pensado meterle una hombrera en el hombro derecho, quizás un taparrabos de cota de malla o placas).
Y luego este demonio, que como la foto venía sin escala pensaba yo que sería del tamaño de los otros y es más bien tamaño ogro. Tengo que añadirle un brazo y una mano y pegarle las alas, pero, fuera de eso, lo veo listo ya para jugar.
No sé muy bien qué voy a hacer con el guerrero del caos mutante de la izquierda. Había pensado convertirlo también, pero me da un poco de lástima viendo que la espada está en buen estado. Quizás lo reserve para el HeroQuest. Ya veremos.
El caso es que he acabado con estas minis porque pensaba aprovechar los gastos de envío de otra puja (el hombre lobo mutante de la primera edición) y me he quedado solo con ellos XD Al mismo tiempo, han sido una grata sorpresa.
La verdad es que la colección ha crecido una pasada estos últimos tiempos. Es todo culpa de eBay y esas ofertas que no puedes dejar pasar por si acaso... Por suerte, gasto poco en ropa...
Mola. Está bien pensado.
En los '90 me quedé con las ganas de comprarme el equipo de elfos oscuros, y así voy, aprovechando cuando puedo pillarme algunas minis por ebay. Siempre son más bonitas en la memoria, pero reconozco que es como una sobredosis de nostalgia cuando le pongo la mano encima a una de estas maravillas que salían en el manual.
ps.- los elfos oscuros eran más canijos en la segunda edición que en la tercera. Por suerte, no se nota mucho.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.