Schadenfreude (La furia)

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Reseña del fix-up de Óscar Pérez Varela publicado por Almuzara

Esta obra se llevó el V Premio de Literatura de Terror Villa de Maracena. Aunque se le podría sacar punta por el aspecto terror —encontramos en ella más horror que terror propiamente dicho y, sobre todo, buenas dosis de novela negra—, lo que sí tengo muy claro es que se merecía el galardón. No sé si este en concreto, que no leí las demás obras presentadas, pero sí un premio, en cualquier caso. ¿Por qué? Porque a diferencia de gran parte de la producción literaria actual, en Schadenfreude (La furia) no se escribe por escribir. Es una obra que, a degüello, ha venido a hablar de algo.

Ese algo, que sin duda está relacionado con el título —Schadenfreude es una palabra alemana que evoca la alegría que suscita el fracaso ajeno—, lo tenemos a la vuelta de la esquina, al pie de nuestras propias calles. Óscar Pérez Varela, aka Crocop, no nos lleva de viaje a lugares remotos, sino que nos hace mirar con mayor atención lo que nos rodea. No se trata solo del acertado retrato de algunos rincones sórdidos de nuestra sociedad, como esos bajos fondos de chabolas que son el paraíso y el infierno de los toxicómanos, sino de la radiografía del alma humana.

Los personajes que desfilan por Schadenfreude (La furia) a medida que ven sus vidas entrelazadas están muy bien perfilados, no solo a nivel visual, sino anímico: cada capítulo relato es un viaje a la psique de un protagonista, con lo que todo el prisma cambia; un viaje al meollo del espíritu humano, lo que supone la baza más potente de la antología – novela.

Incluso el efectismo, sin duda presente aunque solo sea por lo chocante y extremo de algunas tramas, termina por revelarse bien sujeto. Si bien propicia las únicas fisuras palpables —como el pasaje del chat de la actriz porno amateur, que sin llegar a ser impostado, tiene ecos de ejercicio estilístico—, no llega a eclipsar el fondo. No hay que llevarse a engaño: aunque este retrato costumbrista dista mucho de la llamada corrección política, tampoco deja que esta distancia lleve la voz cantante. Esto tiene más de la Comedia Humana de Balzac que de Pulp-Fiction, aunque emparente con ambas tanto como con los relatos de ahorcados de Daniel Defoe.

Óscar Péreza Varela, en definitiva, no pierde de vista que esto es narrativa. Schadenfreude (La furia) es cruda, pero no amarillista. Tiene pasajes que revolverán las tripas a muchos lectores, pero van en una dirección. El mecanismo de relojero que se pone a dar campanadas en el cierre de la obra así lo atestigua. Eso sí: si alguien quiere llegar a escuchar estas, conviene que se ponga el cinturón de seguridad. Va a encontrarse con una prosa trepidante, con unas historias implacables incluso cuando no corre la sangre, con un vistazo al espíritu humano que da que pensar.

En definitiva, Schadenfreude (La furia) es una obra que va a pecho descubierto. Quizás tenga un punto kamikaze, pero, desde luego, no vano.

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Crocop
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Muchas gracias por tu reseña mr. Patapalo. Es todo un honor para mí que un autor como tú comente mi primer libro publicado. El segundo  será mejor, aunque quizá, siga teniendo el "punto kamikaze" de inmolarse en las palabras. ¡Me encanta esa expresión!

Con tu permiso, la utilizaré de cuando en cuando.

 

Un abrazo.

Ferrum ferro acuitur

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Patapalo
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Crocop dijo:

Con tu permiso, la utilizaré de cuando en cuando.

Toda tuya, compañero. La verdad es que da gusto cruzarse obras así cuando lo que prima es la sensación de una producción en cadena gris. Me gusta eso de que cada obra tenga que contar.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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