Se llama conciencia
Se aserró el tórax y sonrió triunfal: allí estaba el polígrafo para marionetas. Lo desconectó y mintió feliz, pero al convertirse en niño se sentía mal al engañar. Ahora tendría que buscar el polígrafo que venía con su alma humana.
Cazavampiros
Su arma es la mentira.
¡Brutos! ¡Salvajes! No comprendeis mi sublime arte.