AGOLDEPSPAÑAAAAAAAAAAAAAAA

Sacado de "Tanta posmodernidad y tanta hostia ya" del Feisbuc (es mejor que inaxio):

De la identidad colectiva como producto de consumo.

Es muy fácil ser simplementes condescendientes con los cientos de miles de idiotas [no se indigne Vd. aún, ahora explico por qué uso esa palabra] que anoche salieron a celebrar que unos millonarios afincados en su misma polity fueron más rápidos, tuvieron mejor puntería o tuvieron más potra que otros millonarios de la península siguiente según se lee el mapa *como Dios manda*, de arriba a abajo y de izquierda a derecha.

Más relevante, aunque también manido, es recordar a esos enfervorecidos hinchas que la gracia, esa especie de verbena popular colectiva y dicrómica en la que se entretuvieron ayer, nos va a costar a todos los contribuyentes 300 000 leuros por cabeza (por cabeza de millonario), que ellos tendrán patriótico cuidado de cobrar fuera del alcance de las antipatrióticas garras del Fisco.

En el fondo, lo verdaderamente peligroso no es el análisis superficial: lo alarmante no es que la celebración del fútbol, esa apropiación por las multitudes de unos significantes identitarios envenenados (la rojigualda, la identidad nacional española, la unidad de la nación) que no se comprenden en tanto que no se adoptan tras la reflexión. Los verdaderos mecanismos de adopción de esos significantes identitarios son en sí mismos reveladores: las dos lógicas que predominan en el discurso justificativo de los hinchas frente a las críticas, llamémoslas, "ideológicas" son dos:

1) La postmoderna justificación de que el contenido de evasión ociosa que implica es suficiente para dar por buena la validación implícita del contenido político. En el fondo, esta actitud nos remite a una "creación de situaciones" al servicio del orden actual de las cosas, una manifestación más de la creciente *situacionificación* de las formas audiovisuales de operar del capitalismo contemporáneo; participar voluntariamente en las formas materiales en las que opera el sistema, contra el que me posiciono conscientemente, no es contradictorio *porque esas formas materiales me brindan una situación, ficticia pero satisfactoria, que me permite olvidarme de los problemas que me causa el mismo sistema*. Consumo la ficción de felicidad que el sistema genera como antídoto a la infelicidad que el sistema genera.

2) La idea, mucho más burda, de que el fútbol no tiene nada que ver con la política por definición: la largamente observada negación de la política - aquello que Rancière llamó la post-política - que es la huella característica de la política parlamentaria como herramienta institucional del capital global en la postmodernidad.

En última instancia, lo peligroso no es que una sociedad absolutamente desclasada sea capaz de participar de una celebración colectiva de su sometimiento, como la de ayer, asumiendo como propios significantes identitarios a los que se les da el contenido desde fuera, de manera que actúen como cohesionantes externos que faciliten la aceptación de medidas políticas: lo peligroso es que además, estos individuos actúan como el idiota útil (poljeznyj idiot) del capitalismo global, actuando como fuerza de choque cultural de los intereses económicos que les manipulan.

Yo soy español, español, etc.

A ver que simplemente desde siempre los idiotas han aprovechado cualquier excusa para ir de farra, emborracharse y desfasar.

Si normalmente ya lo hacen "porque sí" pues imagínate si es un evento popular del calibre de una Eurocopa de fútbol.

La gente no va a apoyar a la selección, va a unirse a la corriente festiva del momento y punto. 

Hace unos días fue por San Juán, hoy por la Selección y la semana que viene por cualquier otro motivo simple.

Y ya que lo relacionáis con la política y la situación económica actual de España; pues gran parte de los que estaban ahí vociferando en pos de un cambio en el sistema y tal, tan rápidamente se olvidaron de la protesta y se centraron el el fútbol.

Es vergonzoso que haya gente sin criterio que se apunta a lo más candente y luego ni se acuerda porque cambia de chaqueta y de reivindicación social cada 15 días.