¿Dónde os sentís más a gusto? Ambos nos trasladan a la imaginación del escritor, a sus personajes, a su mensaje. Sé que hay historias que visten mejor un cuento que una novela, o que una historia pierde peso si se trata de forma directa, sin ramificaciones, pero ¿qué os divierte más? y sobre todo ¿por qué?
En mi corta experiencia solo he jugueteado con el trazo corto, con el tiro de flecha como decía Quiroga. El cuento redondo o circular, inacabado, con flecos, reflexivo, con moraleja, por diversión... He disfrutado y no pienso darle de lado, pero me asusta un poco lanzarme a algo más arácnido. Trazar una tela de entramado donde varias historias converjan y se anuden, manejar las situaciones y a un ejército de personajes poseídos por sus caprichos.
¿Cuento o novela?
En mi caso, depende de la temporada. Hay momentos en los que me llama escribir relatos (he pasado varios años así) y hay momentos en los que me apetecen formatos más largos (ahora estoy en novela corta - novela media). No sé muy bien a qué responden mis preferencias en un momento u otro, pero sí que son, desde luego, experiencias muy distintas. En una novela hay una inmersión importante, sobre todo en mi caso, que con los relatos no trabajo en continuo más de un par de días. Una novela es como una carrera de fondo: tienes que estar muy seguro de que el objetivo que tienes en mente es el que deseas y, sobre todo, que tienes tiempo y ganas para pasar tanto tiempo en el camino. Además, aunque la cantidad de relatos que podríamos escribir en una vida parece ilimitada (o al menos abrumadora), la de novelas no. Así, con estas, termino por pensármelo más, me suele dar más reparo empezarlas, quizás también porque tengo al menos media docena que se han quedado estancadas por el camino, alguna después de escribir una tercera parte.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.