Criar gallinas
Reseña del libro de Catherine Dupin publicado en la colección C'est malin poche
No he sido nunca un gran aficionado a los libros prácticos, no por prejuicios, sino porque no tengo ese reflejo de buscarlos para resolver nada. Con la llegada de Internet, aún me parecía menos probable recurrir a ellos. Sin embargo, cuando hace unas semanas se nos metió en la coscorronera que podía ser una idea (magnífica) tener gallinas, no pude resistir la tentación de pillarlo. Ahí, junto a la caja registradora de una tienda de cosas de jardín, parecía una mezcla incómoda entre la respuesta a nuestras plegarias y el gadget que no va a valer para nada. Supongo que incluso después de leerlo, las opiniones sobre a qué categoría pertenece no tienen por qué ser unívocas.
Élever des poules (lo que vendría a ser Criar gallinas) es un libro simpático que recoge mucha información práctica con humor. Es más una guía que un ensayo sobre el tema. Empieza por plantear cuestiones sin duda banales pero determinantes y obligadas antes de decidirse a tener gallinas, sea en un jardín, sea, como se ha convertido en una moda en París, por lo visto, en un balcón o el patio de luces de un inmueble. Empiezo ya por aclarar que es un libro francés 100%, así que algunos aspectos, como los legales o el apartado el dedicado a las gallinas autóctonas, igual no son válidos para otros países.
Luego, nos da muy buenas pistas, desde una estimación del espacio que van a necesitar las gallinas, a cuántas es una buena idea comprar o adoptar al principio, pasando por qué razas existen y cuáles son sus características (este es el capítulo que más interesante me ha parecido), qué tipos de enfermedades y dolencias pueden tener, cuál es el funcionamiento básico de una gallina y un huevo, e incluso algunas recetas en torno a estos últimos. Nada del otro jueves, pero todo bien explicado y recopilado.
Los consejos para montar un gallinero, por ejemplo, son un buen comienzo, o las explicaciones sobre la comida que ingieren y las necesidades de agua y polvo. No hay nada que no te pueda contar alguien que tenga ya gallinas, claro, ningún misterio a descubrir, pero en una sociedad con cada vez menos contacto con el mundo rural, en el que desembarcamos algunos algo oxidados, no viene mal.
El estilo de Catherine Dupin es ameno, divertido y ligero. Explica las cosas con claridad y buen humor, con muchos guiños a los neorurales, lo que hace que el libro (que no llega a las doscientas páginas escritas bien gordo) se lea de una sentada. Creo que, sin dejar de ser un gadget que se puede sustituir por unas cuantas lecturas por la red, es un buen gancho para mentalizarse de que sí, puede ir en serio lo de las gallinas. En ese sentido, funciona bien también como regalo. La experiencia con la realidad ya la contaré en otro artículo, si eso.
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