Después de más de lo mismo (el nuevo MoH y Black ops) que me parecieron totalmente prescindibles, pasé al Enslaved: Odyssey to the west, el último juego de Ninja Theory y vaya si ha valido la pena.
No tengo ganas de escribir una parrafada de análisis así que diré que lo único malo que tiene es la duración (unas 8-9 horas en dificultad normal) de resto es un juego muy recomendable. Lo mejor que tiene es la interacción entre los dos protagonistas, Trip y Monkey, jamás había visto una relación tan bien armada en un videojuego. El motion-capture es sublime y el voice-acting perfecto (como en Heavy rain o Mass Effect) y eso ayuda a creerse todo lo que pasa entre los protagonistas.
El juego se encarga de ir cambiando de ritmo constantemente entre batallas, plataformas y puzzles, lo que lo hace entretenido de principio a fin y jamás aburre. El sistema de batalla no es tan profundo como en un beat 'em up pero funciona y las batallas son vistosas y agradables (como por ejemplo en el Batman: Arkham Asylum).
Para resumir, Enslaved es como Uncharted pero cambiando las armas de fuego y su respectivo sistema de juego por un báculo y un sistema de batalla cuerpo a cuerpo. Es espectacular, es cinematográfico y es un excelente juego, lástima que no sea tan rejugable como Uncharted pero es una experiencia que todo videojugador debería tener, es un juego distinto, que apuesta por contar bien una historia sin arriesgar la jugabilidad y que lo hace bien. Aquellos que tanto se quejan que esta generación no ofrece nada nuevo deberían darle una oportunidad a este juego, es algo diferente y gratificante, se nota la mano de Andy Serkis (el que hace de Gollum), todo lo que ha aprendido y hecho en el mundo del cine lo ha logrado plasmar en este juego (es el director), jamás unos personajes de videojuegos se sintieron tan humanos como en Enslaved, resulta curioso que la mejor cualidad de este videojuego sea su narrativa, algo de lo que siempre adolece este medio...
Mmmmm, pero a mí me han dicho que es extremadamente fácil, Tan fácil que se te quitan las ganas de seguir jugando. ¿Cuánto hay de verdad en eso?