Digo yo que habrá que hablar de la huelga general convocada para el 29 de este mes. Queda una semana y no se trata de algo que ocurra a menudo.
¿Es oportuna? ¿Vosotros qué opináis?
Digo yo que habrá que hablar de la huelga general convocada para el 29 de este mes. Queda una semana y no se trata de algo que ocurra a menudo.
¿Es oportuna? ¿Vosotros qué opináis?
La huelga la veo muy necesaria, no solo por el paso atrás que suponen los recortes sociales y la cobardía gubernamental, sino por la incompetencia y mala fe de Gobierno, especuladores, mercados... que nos han llevado a esta situación; y por el agotamiento del propio sistema, el cual es una falsa democracia en la que las decisiones importantes no las tomas las personas elegidas en las urnas. Espero que la huelga sea masiva porque cada día se hacen más necesarios impulsos que lleven a un cambio gradual.
Totalmente de acuerdo con Sagan. Creo que es indispensable que haya huelga, pero, sobre todo, que la población se sienta implicada en lo que está ocurriendo. Si la propia población no se convierte en una fuerza activa, mal vamos.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.
Llega tarde. En buena y unica medida por unos sindicatos "de mayor representatividad" que sabemos a lo que juegan.
HOLA HOLA MIS DRUGOS
El problema es que percibo el mismo descontento hacia el gobierno que hacia los sindicatos. Ha calado muy hondo la idea de que los sindicatos persiguen sus propios intereses, tanto particulares como partidistas. Parece como si los sindicatos fueran a la huelga con desgana porque una huelga contra un gobierno del PSOE es antinatural aunque ese gobierno aplique medidas más duras de las aplicadas en su día por el PP, todo gracias a esta incapacidad de autocrítica de la izquierda.
Desde luego, algo falla en una sociedad democrática cuando los sindicatos y los partidos políticos tienen una valoración ciudadana tan baja.
Quizás habría que revisar el sistema de partidos, el sindical, y la financiación de ambos, pero antes me gustaría aclarar que recurrir a las comparaciones con otros países, aunque puede ser útil, puede ser tramposo: Tenemos culturas sociopolíticas distintas, y mientras que en otros países la gente está más dispuesta a rascarse el bolsillo a la hora de financiar asociaciones de proyección social, en España hasta está bien visto escaquearse de pagar impuestos.
Solharis dijo:
El problema es que percibo el mismo descontento hacia el gobierno que hacia los sindicatos. Ha calado muy hondo la idea de que los sindicatos persiguen sus propios intereses, tanto particulares como partidistas. Parece como si los sindicatos fueran a la huelga con desgana porque una huelga contra un gobierno del PSOE es antinatural aunque ese gobierno aplique medidas más duras de las aplicadas en su día por el PP, todo gracias a esta incapacidad de autocrítica de la izquierda.
Siento autocitarme de nuevo, pero esa cantinela sobre la poca beligerancia de los sindicatos hacia el gobierno socialista ya la traté en mayo de 2009 en la medida que merecía. Resumiento, no era cierto, no a tenor de los precedentes; y cuando se ha producido el viraje de la política gubernamental es cuando los sindicatos han desenterrado el hacha.
Sagan, la huelga general no es el único instrumento que tienen los sindicatos.
Sin embargo, si tiramos de hemeroteca, vemos como han sido mucho más agresivos con el Gobierno del PP que con Zapatero. El año pasado ayudé a unos chicos de 19 años con unos comentarios de recortes de prensa de hace unos años, y se veía como Rato se excusaba en la situación internacional para una desaceleración, siendo mucho más criticado.
Se pudo haber criticado la política económica del Gobierno cuando bajar los impuestos era de izquierdas, y se pudieron criticar las medidas de ayudas lineales... pero no se hizo.
Pregunta: ¿A alguien le parecería mal que, en lugar de dotación directa, hubiese una casilla en la declaración de la renta para mandar un porcentaje a la financiación de sindicatos?
Yo lo que haría es retirar subvenciones a los sindicatos. Pero también a patronal y partidos políticos (y a la iglesia, of course ).
Ricky, no se si recuerdas el idilio que vivieron PP y CC.OO. de la mano de José María Fidalgo.
Yo lo que haría es retirar subvenciones a los sindicatos. Pero también a patronal y partidos políticos (y a la iglesia, of course ).
Empezar a hablar de retirar subvenciones es una tremenda demagogia.
Retirándole las subvenciones a los partidos nos metemos en un modelo a la americana, donde las grandes empresas financian las campañas electorales y yo no diría que es gratis. Y, obviamente, sólo podían hacer campaña los que fueran ricos por su casa.
Ricky, no se si recuerdas el idilio que vivieron PP y CC.OO. de la mano de José María Fidalgo.
Siguiendo tu lógica, les montaron una huelga general, y no sólo eso... si no que los denunciaron por manipular la información, ergo, no era una situación idílica.
Siento autocitarme de nuevo, pero esa cantinela sobre la poca beligerancia de los sindicatos hacia el gobierno socialista ya la traté en mayo de 2009 en la medida que merecía. Resumiento, no era cierto, no a tenor de los precedentes; y cuando se ha producido el viraje de la política gubernamental es cuando los sindicatos han desenterrado el hacha.
Posiblemente tengas razón y no sea un problema específico de falta de acción contra los gobiernos de izquierdas sino un problema mucho más general.
El problema es que los sindicatos sólo actúan con firmeza cuando se trata de defender intereses de gremios y no cuando se trata de defender los derechos de la mayoría. Hemos visto a loos sindicatos defender a capa y espada los intereses de los trabajadores del Metro, de los pilotos, de los mineros... Espero solidaridad por parte de los trabajadores que tienen más fuerza de negociación.
Tarde y ahora pretenden ir de duros, los cojones. Pero habrá que apoyarla, a ver si hay algún cambio. Aprovecharla para pegarles a los jefazos, como cuando a Fidalgo.
Seria muy bueno que la gente que trabaja dejara su egoismo aparcado durante un dia y se solidarizara con los desmepleados.
Lo que pasa que se ve claramente que la huelga va a ser un fracaso. Para que tenga verdaderas consecuencias deberian de no acudir a sus puestos de trabajo un buen tanto por ciento de la poblacion, pero por lo que se ve la gente no tiene ninguna intencion de protestar por la actual situacion laboral y prefiere seguir con los pantalones bajados no vaya a ser que les quiten su sueldo mileurista.
España esta atontada y mas pendiemnte de la vida de la Esteban que de los verdaderos problemas importantes.
Todo tiene su fin
Ricky dijo:
Empezar a hablar de retirar subvenciones es una tremenda demagogia.
Retirándole las subvenciones a los partidos nos metemos en un modelo a la americana, donde las grandes empresas financian las campañas electorales y yo no diría que es gratis. Y, obviamente, sólo podían hacer campaña los que fueran ricos por su casa.
Que ese modelo ya exista demuestra que no es demagogia. Di si acaso que no te gusta o que no es tu modelo. Tu propuesta de incluir una casilla en el impreso del IRPF también podría ser considerado como demagógico.
Ricky dijo:
Siguiendo tu lógica, les montaron una huelga general, y no sólo eso... si no que los denunciaron por manipular la información, ergo, no era una situación idílica.
Yo hablaba de huelgas generales, y es evidente que dentro de ese marco la parcialidad que se les señala no es tanta. La "situación idílica" (nótense las comillas) se dio hasta que dejó de darse, igual que ahora.
Que ese modelo ya exista demuestra que no es demagogia. Di si acaso que no te gusta o que no es tu modelo. Tu propuesta de incluir una casilla en el impreso del IRPF también podría ser considerado como demagógico.
El modelo de partidos sin financiación estatal es, de hecho, preexistente... También lo es el que los políticos trabajen gratis (en la República romana era un honor). En ambos casos, no obstante, hablar de quitarlos alegremente y sin reparar en las consecuencias es demagógico.
¿La propuesta de la casilla también? Puede ser. Pero al menos la voy a argumentar: Nuestro actual modelo sindical de que los condiciones conseguidas se apliquen a todos los trabajadores, estén sindicados o no, lo que provoca que haya pocos incentivos a sindicarse. Por eso se ha optado por la financiación pública. Retirarles la financiación es prácticamente hacerlos desaparecer.
Si el actual sistema no gusta, y de hecho, hace que unos pilares de la sociedad democrática sea puesto en duda, el sistema de financición más parecido es el de la casilla en el IRPF.
Otro tipo de cambios ya requerirían un cambio a fondo en el sistema sindical. Hay países donde se financian de otro modo, en efecto, pero allí la legislación laboral y el papel de los sindicatos son distintos.
Ya que sacas el tema del ecologismo (en el enlace del post#16, ya casi al final), natxo... ¿cómo ves el asunto del carbón astur-leonés?
Aquí lo que la gente no entiende es que defender intereses gremiales es muy diferente de defender los intereses de la mayoría de la sociedad. Los "servicios mínimos" en este caso deberían limitarse a aquellos imprescindibles para no poner a nadie en peligro. Más allá de eso se están fijando unos servicios mínimos que son claramente abusivos e intolerables que dejan la huelga en nada.Con que haya servicios médicos, de seguridad y de urgencias debería bastar.
Ir a la huelga con servicios mínimos del 50% es tontería. En la práctica es tanto como decir que existe el derecho a la huelga pero que es el gobierno el que decide en qué medida.
Dado que en España el derecho a la huelga es puramente teórico, me parece que los sindicatos deberían estudiar otras alternativas. Pero, claro, aquí todo el mundo mira por su propio interés en esta sociedad de individualismo y libertinaje.
A propósito de eso que comentas, Solharis, aún comentaba hoy cómo en determinadas empresas un mismo puesto de trabajo puede tener condiciones distintas. Cosas como entrar antes o después de que se renegocie el convenio, o el que, en el resultado de una fusión, se haya entrado por una u otra.
¿No es injusto que, por el mismo trabajo, tener distinto trato?
Sobre servicios mínimos, de vergüenza. Y peor aún en las autonomías del PP: ahí demuestran su verdadero obrerismo.
Si te interesa mi opinión sobre el carbón asturleonés primero decir que no estoy al tanto de la situación más que lo que dice la prensa. Y por otro decir que las decisiones ya están tomadas: se va a desarticular sí o sí, más por economía que ecologismo. Es cuestión de tiempo, recortes en ayudas, nula rentabilidad, etc.
Los mineros, pescadores o agricultores tendrán que ir reconvirtiéndose. De todas maneras, haya cambios estructurales en la economía o no los haya, primero hay que defender la existencia del planeta en sí, como dice Taibo. Los pescadores cada día peor, y para no palmar pasta se dedican a sobornar a los biólogos que regulan el tamaño y demás. Los agricultores además de cultivos antiecológicos son otro sector que vive de subvención (y nadie les critica) y para rematar hacen competencia desleal a países pobres.
Siento personalmente más simpatía por pescadores individuales, mineros o jornaleros que por un terrateniente subvencionado por Europa, un armador o la empresa explotadora de minas. Sí, se verán afectados, sobre todo aquellos que como los mineros se llevaban hasta hace poco un buen y merecido sueldo. Los que no cobren tanta pasta, sólo tendrán que cambiar de sector, obreros precarios y dependientes del Estado de bienestar como el resto seguirán siendo. Sin embargo tengo poca o ninguna simpatía por el pequeño empresario subvencionado o el agricultor que lucha por ser gran empresario o por no ser proletarizado. Qué quieres que diga: es el mercado, idiota! Los impuestos y la productividad del grueso de la clase obrera no debería sostener esos sectores por muy estratégicos que sean.
Citando a Carlos Marx:
Pero, en general, el sistema proteccionista es en nuestros días conservador, mientras que el sistema del libre cambio es destructor. Corroe las viejas nacionalidades y lleva al extremo el antagonismo entre la burguesía y el proletariado. En una palabra, el sistema de la libertad de comercio acelera la revolución social. Y sólo en este sentido revolucionario, yo voto, señores, a favor del libre cambio.
Saqué lo del carbón porque parte de la oposición al decreto está compuesta por los que se adaptaron a cumplir al protocolo de Kyoto y ahora se ven perjudicados... pero bueno, esto es tema para otro hilo.
Yo tengo la impresión de que la huelga va a ser un fracaso total. La gente tiene miedo, y se agarra a su puesto de trabajo como si le fuera la vida en ello. Si esto arroja una cifra ridícula de huelguistas la huelga será contraproducente y el gobierno se creerá reespaldado, y nos será citado hasta la saciedad en el la próxima campaña electoral.
¡Derrota tras derrota hasta la victoria final!
Que a estas alturas del baile unos sindicatos apesebrados y totalmente desprestigiados con son UGT y CCOO convoquen una huelga presuntamente contra quien les da el alpiste, es algo que mosquea lo suyo. Que, encima, el propio Gobierno, contra quien (teóricamente) se va hacer la huelga, se convierta en gestor de la misma, es algo ya que suena a verdadera tomadura de pelo.
A UGT y CCOO les importan tres pimientos las reinvindicaciones de trabajadores, jubilados, el paro del 20%, la ruina total del País y demás zarandajas, lo que realmente les importa es seguir manteniendo sus prerrogativas. Últimamente se ha hablado mucho de cómo unos sindicatos que a penas representan a una pequeña parte de los trabajadores tengan semejantes subvenciones, que qué es eso de los famosos "liberados" cuyo número se mantiene en el mas absoluto de los secretos, que a dónde van a parar los miles de millones de euros de los llamados "cursos de formación", para qué sirven y quien controla ese dinero.
En cuanto al Gobierno, tampoco ve con malos ojos esta huelga que encauzándola convenientemente hacia las Comunidades en las que gobierna el PP, principalmente Madrid hasta puede obtener su rendimiento . Se trata ya de una huelga política en la que los trabajadores que la secunden actuarán de ingenua comparsa.
Que es necesaria una huelga general no cabe ninguna duda. Hace años que es necesaria. Huelga General SI, pero NO bajo la directriz de estos sindicatos. De convocarse al margen de ellos la participación sería masiva, mientras, en éstas circunstancias, la apatía es total por la desconfianza, y si algún seguimiento medianamente aceptable pueda tener se va a deber mas a la coacción pura y dura de los llamados piquetes "informativos" que a otra cosa.
http://www.abc.es/20100925/espana/amenazan-parar-madrid-buenas-20100925.html
Que estamos en una situación económica, de desempleo, de mamoneo, de sueldos de mierda, de hipotecas exageradas e inhumanas y de recortes que clama al cielo, es bien cierto, que se necesita apretar tuercas al inútil gobierno que tenemos (y a la oposición, ya de paso), pues también.
Pero la mayor suspicacia generalizada que rodea esta huelga es la de que, uno no sabe bien hasta que punto va a salir a defender los derechos de los trabajadores o a los propios intereses del sindicato (que han estado, durante estos años, terriblemente pasivos -por no decir que tocándose los cojones- ante las alarmantes cifras de paro y los recortes, pero, lo que son las cosas, cobrando del gobierno).
Cuando lo hablas con la gente, muchos no parece que lo tengan muy claro...hace unos años, si se hubiera convocado esta huelga general, iría hasta el apuntador, ahora, pues como que parece que llega tarde, mal y con sospechas.
“Quien vence sin obstáculos vence sin gloria”
Valientes hipócritas. Asco me dan, tanto como el resto de políticos de este mísero país o más.
La importancia de la huelga general
VICENÇ NAVARRO
Agradezco a la dirección de Público que me permita adelantar esta semana la columna que escribo cada jueves en este diario con la finalidad de alentar al lector a que se sume a la huelga general, un evento de extraordinaria importancia, con amplias repercusiones sobre el bienestar de la población en España y, muy en particular, de sus clases populares. El establishment español (las instituciones, fuerzas políticas, grupos empresariales y financieros y mayores medios de información que dominan la vida política, económica, financiera y mediática del país) está imponiendo unas políticas con el objetivo último de disminuir los salarios de los trabajadores y recortar la financiación del ya poco desarrollado Estado del bienestar (el gasto público social por habitante continúa a la cola de la UE-15, el grupo de países de la UE más próximos a nosotros por su nivel de desarrollo económico). La única diferencia entre los distintos sectores del establishment es la intensidad de los recortes. Las derechas en la oposición reclaman incluso más recortes. PP, CiU y PNV están pidiendo más reducciones del número de trabajadores en los servicios públicos del Estado del bienestar –sanidad, educación, servicios domiciliarios, escuelas de infancia, entre otros– en el país que tiene menos empleados públicos de la UE-15 (el 10% de la población adulta, comparado con el 15% en la UE-15 y el 25% en Suecia). Nunca antes durante la democracia el Estado del bienestar y la calidad de vida de la población habían estado tan amenazados. No hay duda de que estas políticas afectarán negativamente a la gran mayoría de ciudadanos y a sus descendientes.
El establishment español es consciente de que estas medidas son impopulares, pero las defiende como necesarias y como las únicas posibles, indicando que no hay alternativas. Se necesitan –dice tal establishment– para calmar a los mercados financieros, que compran la deuda soberana española. Y hemos visto la visita del presidente Zapatero a Wall Street (el centro financiero de EEUU) como un acto de vasallaje a la banca estadounidense, para asegurarles que será duro y no vacilará en imponer medidas impopulares al pueblo español. Y así lo han promovido los medios de mayor difusión, al subrayar que tales medidas son la medicina amarga necesaria para salvar al paciente (la economía española). Y toman como prueba de recuperación los débiles indicadores de un minúsculo crecimiento económico.
Estas explicaciones son erróneas. En primer lugar, el mayor problema que tiene España es el desempleo, el más elevado de la UE-15. La cifra de desempleo (el 19% de la población activa) es conocida. Pero la que no se conoce es que el 46% de la población empleada tiene miedo a perder el puesto de trabajo. De ahí que el criterio de evaluación de las políticas públicas debiera ser su capacidad de creación de empleo. Y las políticas de austeridad del gasto público están destruyendo empleo.
El problema económico al que España se enfrenta se debe a la disminución de las rentas del trabajo como porcentaje de la renta nacional durante estos 15 años, con el consiguiente endeudamiento de las familias. Al colapsarse el crédito, se creó el enorme problema de la falta de capacidad de consumo, cayendo la demanda en picado y disparándose el desempleo. Y, por otra parte, el enorme crecimiento de las rentas del capital, facilitado por los comportamientos especulativos de la banca, determinó una serie de burbujas –la última, la inmobiliaria– que, al estallar, crearon el enorme problema de la falta de crédito. Los siguientes datos sintetizan esta realidad. Entre 1995 y 2005, los costes laborales en España aumentaron sólo un 3,7%, cinco veces menos que la media de la UE-15, del 18,2%. Mientras, las empresas españolas vieron aumentar sus beneficios netos un 73% (más del doble de la media de la UE-15, un 33%), siendo las empresas bancarias españolas las que tenían y tienen más beneficios de la UE-15 y, a la vez, las que dificultan más el acceso al crédito.
Esta polarización de las rentas ha creado un grave problema de demanda, consecuencia de la enorme disminución de la capacidad adquisitiva de la población y la escasez de crédito, problemas que requieren una expansión muy notable del gasto público en creación de puestos de trabajo (muy en particular en las áreas deficitarias de empleo, como son los servicios del Estado del bienestar) y en nuevas industrias como las verdes y ecológicas. El problema que dificulta la aplicación de tales políticas expansivas es que, como consecuencia de la enorme reducción de impuestos de estos últimos 20 años, que ha beneficiado a las rentas del capital y rentas superiores, el Estado está también profundamente endeudado. Esta disminución de los impuestos es una de las causas de que disminuyeran los ingresos al Estado –pasaron de representar el 41% del PIB en 2007 al 34% en 2009– y de que crecieran el déficit y el endeudamiento públicos. Ahora bien, estas políticas fiscales regresivas pueden y deben corregirse. Expertos del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) han calculado que el Estado podría ingresar 38.000 millones de euros fácil e inmediatamente (una cantidad mayor que la conseguida con los recortes de derechos) corrigiendo algunas de estas medidas regresivas sin tocar el bolsillo de la mayoría de la ciudadanía.
En lugar de ello, el Gobierno ha hecho unos retoques claramente minúsculos sin mostrar ninguna voluntad de corregir la polarización de las rentas. Y los partidos conservadores están incluso pidiendo mayores recortes de impuestos en favor de los ricos. Tales políticas, además de ser profundamente injustas, son contrarias a las que se necesitan para salir de la crisis. Nunca un país ha salido de una gran recesión siguiendo políticas de austeridad en el gasto público.
De ahí la enorme necesidad de que la población se movilice en contra de tales políticas. Y puede cambiarlas. Así ocurrió en la Unión Europea cuando el establishment europeo había propuesto alargar la semana laboral a 65 horas. Las movilizaciones pararon aquella directiva. Y lo mismo ocurrió en España. Las huelgas generales anteriores pararon reformas negativas y estimularon el crecimiento del gasto público. Y lo mismo puede y debe ocurrir ahora.
Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Public Policy
en The Johns Hopkins University
dice ciertas verdades como puños.
HOLA HOLA MIS DRUGOS
Es tremendo que alguien mencione lo de las subvenciones a los sindicatos y calle ante las subvenciones a los partidos políticos. ¡Si hasta pactan entre ellos el sueldo que les vamos a pagar! Pero no, los malos son los sindicatos... Qué manera de tragar propaganda tienen algun@s...
Varagh dijo:
Pero la mayor suspicacia generalizada que rodea esta huelga es la de que, uno no sabe bien hasta que punto va a salir a defender los derechos de los trabajadores o a los propios intereses del sindicato (que han estado, durante estos años, terriblemente pasivos -por no decir que tocándose los cojones- ante las alarmantes cifras de paro y los recortes, pero, lo que son las cosas, cobrando del gobierno).
Ya he explicado más arriba que en materia de huelgas no se han comportado de forma muy diferente a otras ocasiones. En cuanto a recortes, precisamente han reaccionado cuando se han producido, porque antes no los hubo. Y cobrando del gobierno como cobran los partidos, que son los que forman gobiernos que luego son incapaces de generar empleo. Alucino, vuelvo a decir, con el modo en que se señala a los sindicatos mientras se absuelve (y no lo digo por tí) a los políticos...
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En teoría, la huelga es por dos motivos: El giro en política económica hacia la austeridad presupuestaria y la reforma laboral.
Sobre lo primero, ya lo hemos comentado varias veces: el momento de protestar fue cuando empezó la recesión y se estaba incurriendo en déficit público para orientar cómo se gastaba, o incluso más aún, cuando se estaban bajando los impuestos (ahí natxo tiene razón al repetir que el Estado ha renunciado a ingresar por debajo de sus posibilidades, y yo añado que ahí el PSOE es cuando empezó a renunciar a sus ideología y se pasó al liberalismo). ¿Ahora? Ahora seguir endeudándose es entrar en un círculo vicioso.
Sobre lo segundo, ahí sí hay algo por lo que protestar... pero debería haber sido más rápido y contundente, no convocada con antelación al contenido para realizarla bastante después.
De todas formas, me gustaría traer a colación dos temas relacionados de los que se habla últimamente:
El primero, la falta de una ley de huelga y el establecimiento de servicios mínimos.
El segundo, el modelo sindical y sus alternativas. El otro día en El mundo traían un pequeño reportaje sobre los sindicatos en países de nuestro entorno. Sabía que en Alemania tenían unos sindicatos fuertes con presencia en los consejos de administración de las empresas, pero me quedé de piedra al saber que allí no hay un SMI regulado, y que la legislación laboral nace, esencialmente, de lo que negocian los sindicatos. Pero bueno, sobre la mesa, los problemas de siempre: baja afiliación y legitimidad democrática y acusaciones de burocratización.