Invitaciones a premios literarios

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A mí me invitaron a un premio literario: a participar, quiero decir, no a ir a la entrega de premios

Es vox populi que los organizadores de premios literarios en algunos casos invitan a autores a que se presenten. Es algo que llevaba oyendo desde hacía años cuando recibí, precisamente, una invitación a participar en uno. Con una obra en concreto. No tengo ningún problema en decirlo así, con todas las letras.

Más vergonzoso resulta decir que no gané el concurso. Me hubiera venido muy bien la pasta, qué demonios, pero, al menos, la experiencia me vale para escribir este artículo con conocimiento de causa.

Alguno estará pensando que debo ser tan malo escribiendo que no gano los premios ni por encargo. Otros, que el tipo que me invitó al premio era un cabrón de mucho cuidado. Bueno, pues ni una cosa ni la otra.

Las invitaciones a participar en determinados premios literarios se hacen por un motivo banal: asegurarse un mínimo de calidad en las obras participantes. Si tienes que dar el premio, porque las bases no permiten declararlo desierto, es natural que te preocupe que no llegue material lo suficientemente bueno como para salir airoso del proyecto. Eso para empezar.

En segundo lugar, si el premio implica la publicación de la obra, al editor en cuestión puede interesarle editarla a través del premio. De este modo, el patrocinador cubre, al menos, la parte de los derechos de autor de una determinada parte de la tirada. No es algo desdeñable con lo fácil que darse un batacazo en este gremio.

Todo esto no tiene nada de particular, a mi parecer, ni es tampoco reprobable. En este sentido, sé por lo que fui invitado al premio que comentaba: porque al editor le había gustado mi obra, que yo le había remitido por otros cauces, como un autor más, porque no le conocía de nada, y se dijo que era un buen modo de publicarla en las mejores condiciones posibles. Si conseguía ganar el premio, tendría para empezar la recompensa monetaria, que era superior a cualquier adelanto que hubiera podido esperar, y para seguir la promoción derivada del galardón, que dicen que ayuda a las ventas (de esto, ni idea, lo confieso). Si lo perdía, como fue el caso, tampoco se cerraba ninguna puerta: la posibilidad de publicar seguiría (y sigue, de hecho) allí.

Ya sé que es más interesante pensar en conciliábulos e intrigas cortesanas, pero la realidad es mucho más prosaica. Si no hay contraindicación en las bases (directa no la hay nunca: el conflicto sería si es obligatorio presentarse bajo pseudónimo y quien invita está en el jurado), la práctica no es solo legal sino, hasta cierto punto, conveniente.

Puede sonar mal, pero yo lo veo así. Hay que tener en cuenta que los motivos son, a priori, buenos: conseguir más calidad en la convocatoria; yo, desde luego, no podía aportar “nombre” ni tampoco fui invitado por relaciones ni contactos, de los que carezco. De hecho, es un poco absurdo no hacerlo. A mí no se me caerían los anillos por invitar a alguien a participar a un Calabazas en el Trastero si sé que tiene un buen relato de la temática en curso o me temo que vayamos a hacer corto de material de calidad. Aunque luego te arriesgues al papelón de no poder dar el premio al invitado.

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jane eyre
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Pues yo, lo siento, pero no lo veo honesto.  Vale que se lance la lista de correo de la convocatoria anterior para recordarlo, pero de ahí, a seleccionar una obra determinada para que participe... Prefiero que se dejen de verdades a medias y pongan en las bases que pueden dejar el premio desierto. Y después nos quejamos de la de susceptibilidades que levanta esto de los concursos...

 

 

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Patapalo
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Prefiero que se dejen de verdades a medias y pongan en las bases que pueden dejar el premio desierto.

Pues supongo que habrá premios que no se podrán declarar desiertos por convenios con el patrocinador. Y también hay autores que prefieren no participar en premios que pueden quedar desiertos porque tienen la impresión, precisamente, de que si existe la posibilidad es para no dárselo a nadie desconocido.

Por no hablar del esfuerzo que supone montar un premio literario, ya no solo por la cantidad de lecturas, sino también por los asuntos administrativos y tiempo en general que consume. Como para no querer que, al menos, la obra seleccionada sea lo mejor posible.

Yo veo razonable que se busque la máxima calidad dentro de la normativa del concurso. Lo que no entiendo es por qué dices que no es honesto y que son medias verdades. Explícate un poco más, que sabía que este tema iba a ser polémico

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Hombre, de entrada veo normal que aflore la susceptibilidad. No será la primera vez que siento que algún relato mío "podría ser que quizá pudiera o pudiese ejem ejem"... ser tratado en inferioridad de condiciones en algún concurso (aunque sea entre amiguetes, da igual si te juegas algo o no pero es humana la sensación de decepción y justa ira contra el infiel que no valora tu arte )...así que si luego te enteras de eso de las invitaciones, pues no es difícil mosquearse un poco.

Pero de todas formas, inicialmente no veo mal que se invite a un autor a participar, siempre que haya un compromiso de absoluta objetividad e imparcialidad a la hora de juzgar los textos, que a fin de cuentas es lo que cualquiera espera de un juez. Doy por hecha la intencionalidad de ese compromiso, aunque a ver quién es el guapo que garantiza nada cuando la subjetividad es la base de una resolución.

 

"Nunca tantos, debieron tanto absolutamente a nadie"

Ser Huinston Chungchil

 

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Doy por hecha la intencionalidad de ese compromiso, aunque a ver quién es el guapo que garantiza nada cuando la subjetividad es la base de una resolución.

Bueno, eso ya depende de los jurados. En Calabazas, por ejemplo, los jueces pidieron que el coordinador remitiera los archivos de los relatos sin más, de tal forma que no vieran de qué direcciones de correo electrónico provenían (luego, el autor puede decidir firmar o no sus relatos, pero en el propio archivo). Yo sé, por ejemplo, que tiendo a juzgar con mayor dureza a la gente que conozco, porque me espero más de ellos, y sé que gente como a Canijo que le pasa lo mismo. A otros les pasará al contrario. No es un tema sencillo.

De todas formas, creo que esto son cosas que se ven a la larga. Cuando un concurso lo gana siempre gente de la casa, pues es más fácil que afloren malestares.

(Por cierto, en el Calabazas, excepto en la primera convocatoria, no se han hecho invitaciones, que bastantes relatos se han recibido por su propia dinámica).

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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jane eyre
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Que conste que ni siquiera hablamos de la invitación a un autor, si no de la invitación a un autor para una obra concreta y eso es demasiada especificación para mi gusto. Ya no es que no me parezca honesta la invitación en sí, es que encima, no sé hasta qué punto es ético dirigir esos contenidos de esa manera. Vale que un concurso se monte esperando un tratamiento concreto del tema, una calidad suficiente y todo lo que se quiera, pero creo que decirle a alguien: manda esto que está en linea de lo que buscamos, me parece "direccionar" más de lo correcto.

 

Y ahora voy con lo de verdades a medias: Ante un concurso en el que una de sus bases reza: La entidad convocante se reserva el derecho a invitar a participar a la obra concreta de cualquier autor que estimemos se ajuste a los requerimientos del certamen. ¿Cuántos de aquí mandariamos algo?

No discuto la calidad de los relatos invitados pero, si hubieses ganado ¿te sentirías ganador de un concurso?

 

 

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No discuto la calidad de los relatos invitados pero, si hubieses ganado ¿te sentirías ganador de un concurso?

Bueno, el concurso del que hablo no era de relato. Lo curioso es que si lo hubiera ganado en su momento, seguramente no me hubiera sentido tan satisfecho. Si lo ganase ahora, sí, porque ya he visto que una cosa es que una persona implicada en el concurso (ni siquiera sé en qué medida) crea que tu obra merece la pena y otra cosa es que vayas a ganar.

Es por este motivo que he escrito el artículo. Creo que se confunden churras con merinas en este tema.

Que conste que ni siquiera hablamos de la invitación a un autor, si no de la invitación a un autor para una obra concreta y eso es demasiada especificación para mi gusto. Ya no es que no me parezca honesta la invitación en sí, es que encima, no sé hasta qué punto es ético dirigir esos contenidos de esa manera. Vale que un concurso se monte esperando un tratamiento concreto del tema, una calidad suficiente y todo lo que se quiera, pero creo que decirle a alguien: manda esto que está en linea de lo que buscamos, me parece "direccionar" más de lo correcto.

 ¿Por qué no es ético? Me parece que lo enfocas al revés: los concursos no se hacen para que los autores estén felices y vivan bien. Los concursos se hacen para atraer a los autores a participar porque tienen algo (obras literarias de un determinado tipo) que los promotores del concurso quieren premiar por diversos motivos (conseguir lectores, conseguir reconocimiento, fomentar la cultura, etc.).

Si montas un premio de novela, por ejemplo, el prestigio de tu premio va a depender de muchos factores (dotación económica, cantidad de participantes, calidad de la obra premiada, etc.). El responsable del premio, que no tiene ni por qué formar parte del jurado, tiene la responsabilidad, valga la redundancia, de que todo salga lo mejor posible. Si conoces una obra que encaja con el premio, ¿por qué no la invitarías a participar? (Si eres el promotor).

Y ahora voy con lo de verdades a medias: Ante un concurso en el que una de sus bases reza: La entidad convocante se reserva el derecho a invitar a participar a la obra concreta de cualquier autor que estimemos se ajuste a los requerimientos del certamen. ¿Cuántos de aquí mandariamos algo?

El número de gente que mandaría algo si existiera una cláusula así no tiene nada que ver con que una cosa sea o no una verdad a medias, así que no has respondido a mi pregunta.

Ahora te contesto yo a la tuya: creo que, más o menos, la misma. Yo llevo año oyendo que el Premio Minotauro es un tongo, pero eso no me impide intentar participar (algún día llegaré a tiempo a la convocatoria). Los autores deciden por muchos motivos por qué participar en un concurso. Unos cuantos criterios, a vuelapluma: el montante del premio, la facilidad de participación, la dinámica, ninguno, el prestigio del galardón, a bulto...

Eso sí, es una creencia personal. A mí una cláusula clara, aunque sea redundante, no me inclina la balanza a un lado o a otro. No digo que a todos les pase lo mismo.

Tengo una pregunta. A tu parecer, ¿es mejor que el premio quede desierto que se lo lleve un autor invitado (que sería, en cierto modo, el mínimo a superar)?

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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jane eyre
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Contesto primero a tu última pregunta (que después dices que no las contesto ). Sí, creo que, si sus bases no avisan de esa intencionalidad, es mejor que lo dejen desierto.

¿Por qué no es ético? Me parece que lo enfocas al revés: los concursos no se hacen para que los autores estén felices y vivan bien. Los concursos se hacen para atraer a los autores a participar porque tienen algo (obras literarias de un determinado tipo) que los promotores del concurso quieren premiar por diversos motivos (conseguir lectores, conseguir reconocimiento, fomentar la cultura, etc.).

A ver si con un ejemplo me explico mejor. Ya he comentado que recibí una propuesta de "coedición" para una novela corta, bien, supongamos que en la próxima convocatoria recibo un correo invitándome a presentar esa obra. No me parecería honesto ni ético ya que el concurso pasaría a ser un mero paripé. Si tienen la capacidad de editar una obra porque creen en ella no entiendo que la manera de hacerlo sea a través de un concurso, lo siento, pero no es que entiendo por la palabra concurso ni por la palabra editorial.

Si conoces una obra que encaja con el premio, ¿por qué no la invitarías a participar? (Si eres el promotor).

Sencillamente porque si trascendiera que la obra ganadora ha sido invitada directamente, me cargaría el prestigio que busco para mi concurso.

 

El número de gente que mandaría algo si existiera una cláusula así no tiene nada que ver con que una cosa sea o no una verdad a medias, así que no has respondido a mi pregunta.

He dicho verdad a medias por ser políticamente correcta (pa una vez que lo intento...). Si lo hacen sin avisar, considero que están mintiendo a los autores. Lo de suavizar la expresión ha sido por otorgar el beneficio de la duda ante la supuesta ecuanimidad que tú has contado. Si hubieras ganado hubiera dicho directamente que venden una mentira en vez de una verdad a medias, y vuelvo a repetir que no hablo de tu calidad como autor sino de la de ellos como organizadores de concursos.

 

Y para terminar: si el ganador del minotauro del año pasado confesara que le dijeron qué obra presentar ¿cambiaría tu opinión?

 

 

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Contesto primero a tu última pregunta (que después dices que no las contesto ). Sí, creo que, si sus bases no avisan de esa intencionalidad, es mejor que lo dejen desierto.

¿Por qué es mejor y por qué deberían avisar? ¿Quieres decir que los miembros de la organización, si tienen constancia de la existencia de una obra que se adecúa al concurso, se tienen que morder la lengua y no decirle que participe al autor? Que el premio quede desierto no beneficia a nadie. Es más, los premios que quedan desiertos tienden a cancelarse con el tiempo porque el trabajo invertido en ellos no obtiene una contrapartida. ¿Eso es bueno? ¿Para quién?

A ver si con un ejemplo me explico mejor. Ya he comentado que recibí una propuesta de "coedición" para una novela corta, bien, supongamos que en la próxima convocatoria recibo un correo invitándome a presentar esa obra. No me parecería honesto ni ético ya que el concurso pasaría a ser un mero paripé. 

Mal ejemplo, Jane. En una "coedición" estás pagando para que la obra se publique. Si pagas por participar en un premio, mal, muy mal. Eso quiere decir que lo único que busca el organizador del premio es que la gente pague, no encontrar buenas obras. Ya, desde este punto, el ejemplo no tiene nada que ver con lo que hablamos.

Obviamente, pagar para que te den un premio no es que esté mal: es una estafa. Todo en un caso así es un paripé.

Si tienen la capacidad de editar una obra porque creen en ella no entiendo que la manera de hacerlo sea a través de un concurso, lo siento, pero no es que entiendo por la palabra concurso ni por la palabra editorial.

Porque así tienen un refuerzo: de marketing, por el premio, y en metálico, por el patrocinador. En mi caso, como ya he dicho, lo primero que me cambiaba como autor era el adelanto, que venía sustituido por el premio en metálico. Al editor, ver cubiertos los derechos de autor de un determinado número de ejemplares. Es para eso para lo que sirven los patrocinadores.

Sencillamente porque si trascendiera que la obra ganadora ha sido invitada directamente, me cargaría el prestigio que busco para mi concurso.

Eso es porque equiparas una invitación a que el premio esté adjudicado, y son cosas muy distintas. Por eso no se especifica tampoco algo así en las bases de las convocatorias: no hace falta y, además, hay gente que lo malinterpreta.

 He dicho verdad a medias por ser políticamente correcta (pa una vez que lo intento...). Si lo hacen sin avisar, considero que están mintiendo a los autores.

¿Por qué consideras que están mintiendo? Si se ajustan a las bases, no hay ninguna mentira.

Lo de suavizar la expresión ha sido por otorgar el beneficio de la duda ante la supuesta ecuanimidad que tú has contado. Si hubieras ganado hubiera dicho directamente que venden una mentira en vez de una verdad a medias, y vuelvo a repetir que no hablo de tu calidad como autor sino de la de ellos como organizadores de concursos.

Jane, relee lo que has escrito porque no tiene ningún sentido. Primero, no se trata de supuestos, sino de hechos: hubo una invitación y el premio lo ganó otro. Puedes considerar que no es extrapolable, que miento yo o que es una excepción, pero no es una supuesta ecuanimidad: al jurado, manifiestamente, no le mediatizó que mi obra estuviera invitada. Igual no lo sabían siquiera.

Segundo, las cosas no pasan a ser verdad o mentira a posteriori en función del resultado. Que yo no ganase prueba que la condición "invitado" no implica "ganar el premio", ergo, no marca el resultado del concurso. Si hubiera ganado no tendríamos esta prueba, ni yo hubiera escrito el artículo. Es lógica proposicional básica.

Y para terminar: si el ganador del minotauro del año pasado confesara que le dijeron qué obra presentar ¿cambiaría tu opinión?

No, no cambiaría de opinión. Tengo la viva impresión de que hay gente a la que animan a participar en el Minotauro, y sospecho (a juzgar por un incidente de un blog hace un par de convocatorias) que también hay gente que ya tiene un contrato con Minotauro de publicación y que le dicen que primero manden primero la obra al certamen.

Esto no quiere decir que sea imposible ganar el Minotauro. Quiere decir que no lo ganarás porque seas el único en presentarse, sino que tendrás que ganar, por lo menos, a algunas obras que se presentan y que ya han gustado a los editores.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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¿Por qué es mejor y por qué deberían avisar? ¿Quieres decir que los miembros de la organización, si tienen constancia de la existencia de una obra que se adecúa al concurso, se tienen que morder la lengua y no decirle que participe al autor? Que el premio quede desierto no beneficia a nadie. Es más, los premios que quedan desiertos tienden a cancelarse con el tiempo porque el trabajo invertido en ellos no obtiene una contrapartida. ¿Eso es bueno? ¿Para quién?

Aplicando esa lógica tampoco estaría mal otorgar los premios a dedo siempre y cuando se haga en nombre del bien del concurso, claro... Y también sería ético lo que has contado de minotauro (que me ha dejado conlaspatascolgando). Pues lo siento, pero que después de firmar un contrato se haga pasar a la obra por el concurso me parece DE VERGUENZA.

Mal ejemplo, Jane. En una "coedición" estás pagando para que la obra se publique. Si pagas por participar en un premio, mal, muy mal. Eso quiere decir que lo único que busca el organizador del premio es que la gente pague, no encontrar buenas obras. Ya, desde este punto, el ejemplo no tiene nada que ver con lo que hablamos.

Me he debido explicar mal. No me refería a pagar por concursar, sino a que la obra invitada fuera la que estaban dispuestos a coeditar anteriormente: una obra que ya conocían y que se supone tuvo valoraciones positivas, osea, estaría en lo que buscan los organizadores.

Porque así tienen un refuerzo: de marketing, por el premio, y en metálico, por el patrocinador. En mi caso, como ya he dicho, lo primero que me cambiaba como autor era el adelanto, que venía sustituido por el premio en metálico. Al editor, ver cubiertos los derechos de autor de un determinado número de ejemplares. Es para eso para lo que sirven los patrocinadores.

Pues seré muy cabezota, chico, pero lo sigo viendo un paripé muuu gordo

Eso es porque equiparas una invitación a que el premio esté adjudicado, y son cosas muy distintas. Por eso no se especifica tampoco algo así en las bases de las convocatorias: no hace falta y, además, hay gente que lo malinterpreta.

No equiparo, pero esa posibilidad existe y es real. En el caso de que ganara el invitado y trascendiera se acabaría el prestigio. Y, claro, no se pone en las bases porque puede malinterpretarse, pobreciiiiitos. Es como si se permitiera que se presentara el único juez pero no se pone en las bases por si se malinterpreta, claaaaaaro. La culpa es del protoescritor con la cabeza llena de pájaros que ve conspiraciones contra su arte

¿Por qué consideras que están mintiendo? Si se ajustan a las bases, no hay ninguna mentira.

Vale no digo mentir ¿cómo se llama la ocultación de la verdad? Si no lo ponen a las claras es por algo, y yo sigo pensando que es por la cantidad de gente que saldría en desbandada.

Primero, no se trata de supuestos, sino de hechos: hubo una invitación y el premio lo ganó otro.

¿Quién te dice que el que ganó no fue invitado también? Sí, soy muy mal pensada, lo sé.

Tengo la viva impresión de que hay gente a la que animan a participar en el Minotauro, y sospecho (a juzgar por un incidente de un blog hace un par de convocatorias) que también hay gente que ya tiene un contrato con Minotauro de publicación y que le dicen que primero manden primero la obra al certamen.

 

Lo dicho: DE VERGUENZA

 

 

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Aplicando esa lógica tampoco estaría mal otorgar los premios a dedo siempre y cuando se haga en nombre del bien del concurso, claro... 

No, para nada. Otorgar un premio a dedo es hacerlo sin valorar las obras, ergo no puede ser bueno para el concurso, ergo no tiene absolutamente nada que ver.

Tener más obras, sobre todo obras válidas, para un concurso aumenta la calidad mínima del mismo. Otorgar premios a dedo, no.

Me he debido explicar mal. No me refería a pagar por concursar, sino a que la obra invitada fuera la que estaban dispuestos a coeditar anteriormente: una obra que ya conocían y que se supone tuvo valoraciones positivas, osea, estaría en lo que buscan los organizadores.

Las obras que se llevan a coedición no tienen valoraciones ni positivas ni negativas: una coedición implica pagar por ver tu texto publicado. Por eso el ejemplo es malo.

Una cosa es que valoren tu trabajo y lo vean premiable. Otra cosa es que el premio lo pongas tú de tu bolsillo. Eso sí es un paripé.

Pues seré muy cabezota, chico, pero lo sigo viendo un paripé muuu gordo

Pero no dices por qué. Yo te señalo los puntos por los que, racionalmente, esta práctica resulta beneficiosa. Si hay beneficios, hay un motivo para hacerlo.

No equiparo, pero esa posibilidad existe y es real. En el caso de que ganara el invitado y trascendiera se acabaría el prestigio.

¿Por qué? Porque equiparas una cosa con la otra.

Es como si se permitiera que se presentara el único juez pero no se pone en las bases por si se malinterpreta, claaaaaaro. La culpa es del protoescritor con la cabeza llena de pájaros que ve conspiraciones contra su arte

No tiene nada que ver, Jane, una cosa con la otra. Las bases permiten todo lo que no prohiben. Y si no lo prohiben es por algo. Las bases de algunos concursos piden anonimato, otras no. Eso no hace que las que no lo piden estén diciendo verdades a medias o engañando a los participantes.

Del mismo modo, algunos concursos, sobre todo los que tienen premio en metálico, especifican que los miembros del jurado y en ocasiones la familia y los empleados no se pueden presentar, y también es por un motivo que tiene que ver, precisamente, con los patrocinadores: estos no ponen el dinero para que se lo lleve el jurado o su cuñado, sino para que sirva para captar a buenos autores y buenas obras. (Ya lo del jurado único que dices no se le ocurre ni al que asó la manteca: nadie en su sano juicio valora sus propias obras).

Por esto mismo no hay ninguna cláusula que impida a nadie a invitar a autores u obras concretas (a menos que se exija anonimato) a la hora de participar en determinados concursos: porque el objetivo es conseguir una obra de calidad. Ahí es donde las invitaciones no son solo lógicas sino necesarias.

Lo que pasa, Jane, es que tú crees que todos los concursos deberían ser para descubrir nuevos talentos, pero no es así. Cada concurso tiene su función. Si no quieres participar en un concurso en el que se puedan invitar a autores, participa únicamente en convocatorias en las que se exija anonimato. Está todo en las bases.

Vale no digo mentir ¿cómo se llama la ocultación de la verdad? Si no lo ponen a las claras es por algo, y yo sigo pensando que es por la cantidad de gente que saldría en desbandada.

Puedes pensar lo que quieras, pero no es ninguna ocultación de la verdad. Esto es como cuando me preguntan si en el Calabazas pueden participar argentinos (que me lo han preguntado al menos veinte veces, y sí, siempre argentinos). ¿También tendríamos que ponerlo a las claras?

La verdad es que un concurso presenta en las bases lo que no se puede hacer: presentar un relato sin datos, superar una determinada extensión, firmar la obra, etc. Depende del concurso y del objetivo, pero hay una cosa impepinable: en las bases de un concurso no puedes poner todo lo que se puede hacer por una simple cuestión de espacio. Si ya a la gente le cuesta leerse las bases normales, como para extenderlas con todos los casos posibles.

¿Quién te dice que el que ganó no fue invitado también? Sí, soy muy mal pensada, lo sé.

¿Y qué más da? El hecho objetivo del que hablo en el artículo es que el motivo de invitarte a un premio no es dártelo, sino contar con tu obra como participante.

Ahora, mis preguntas, que no me contestas, compañera:

¿Por qué es mejor dejar el premio desierto que dárselo a un autor?

¿Quieres decir que los miembros de la organización, si tienen constancia de la existencia de una obra que se adecúa al concurso, se tienen que morder la lengua y no decirle que participe al autor?

Es más, los premios que quedan desiertos tienden a cancelarse con el tiempo porque el trabajo invertido en ellos no obtiene una contrapartida. ¿Eso es bueno? ¿Para quién?

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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¿Por qué es mejor dejar el premio desierto que dárselo a un autor?

A ver capitán esa es una pregunta demagógica y totalmente fuera de contexto Yo digo que, ante la posibilidad de que le den el premio a una obra concertada, sería más honesto que lo dejaran desierto porque las presentadas no alcancen el nivel. Como verás, hay una sutil diferencia XDDD

¿Quieres decir que los miembros de la organización, si tienen constancia de la existencia de una obra que se adecúa al concurso, se tienen que morder la lengua y no decirle que participe al autor?

Sí.

Es más, los premios que quedan desiertos tienden a cancelarse con el tiempo porque el trabajo invertido en ellos no obtiene una contrapartida. ¿Eso es bueno? ¿Para quién?

Más demagogia (o falta de especificación ). Yo no hablo de los premios en general, sólo del caso que ponemos como ejemplo. Y en este caso, sigo pensando que prefiero un premio desierto a que "dirijan" esa calidad necesaria. Existe la posibilidad de que gane un invitado y eso es indiscutible, cosa que no significa que lo gane por el hecho de ser invitado peeeeero repito que se arreglaría poniendo claritas las bases ¿para quién sería bueno? para todo aquel participante que, de saber esa claúsula, no mandaría texto.

 

No equiparo, pero esa posibilidad existe y es real. En el caso de que ganara el invitado y trascendiera se acabaría el prestigio.

¿Por qué? Porque equiparas una cosa con la otra.

A ver,  la posibilidad existe y es en esa posibilidad en la que yo pensaria si tuviese que salvaguardar una imagen. Recuerda que esto viene de la pregunta: "Si conoces una obra que encaja con el premio, ¿por qué no la invitarías a participar? (Si eres el promotor)."

Vale que mi ejemplo del juez ha sido una caca y muy exagerado, pero anda que el tuyo del tonto de turno que pregunta en el calabazas jajajajja En serio, una cosa es que la gente no lea las bases o no se moleste en entenderlas (en todas las nacionalidades entran tooooodas las nacionalidades) y otra que se omita algo que se lleva a la práctica y que puede condicionar muy mucho la participación.

Y esto... de mi opinión sobre el Minotauro no me has dicho nada

 

Y ahora a los mirones que estais leyendo calladitos  ¿no teneis nada que decir?¿me entiende alguien??? ¡¡¡Refuerzos!!! jajajjajajaja

 

 

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A ver capitán esa es una pregunta demagógica y totalmente fuera de contexto Yo digo que, ante la posibilidad de que le den el premio a una obra concertada, sería más honesto que lo dejaran desierto porque las presentadas no alcancen el nivel. Como verás, hay una sutil diferencia XDDD

No, no, compañera: yo hablo de cuestiones prácticas. Es mejor que un premio se lo den a un autor. Eso no tiene nada de demagogia: es de sentido común. Y no hablamos de una obra concertada: hablamos de una obra invitada, que es muy distinto. Y lo que tú propones no tiene nada que ver con ser honesto, sino con dar buena imagen.

Un jurado demuestra su honestidad votando a las obras que se lo merecen, no preocupándose del qué dirán.

Patapalo: ¿Quieres decir que los miembros de la organización, si tienen constancia de la existencia de una obra que se adecúa al concurso, se tienen que morder la lengua y no decirle que participe al autor?

Jane: Sí.

Flipo. Flipo en colores.

Más demagogia (o falta de especificación ). Yo no hablo de los premios en general, sólo del caso que ponemos como ejemplo. Y en este caso, sigo pensando que prefiero un premio desierto a que "dirijan" esa calidad necesaria. Existe la posibilidad de que gane un invitado y eso es indiscutible, cosa que no significa que lo gane por el hecho de ser invitado peeeeero repito que se arreglaría poniendo claritas las bases ¿para quién sería bueno? para todo aquel participante que, de saber esa claúsula, no mandaría texto.

No, compañera: la que hace demagogia eres tú. En primer lugar, nadie ha hablado de dirigir obras. De lo que se habla es de saber de la existencia de una obra que encaja con el concurso y de invitarle a participar. No hablamos ni de pedir una obra por encargo ni de dar el premio a los invitados. Lo metes todo en el mismo saco y no es lo mismo.

¿Y por qué sería bueno para la gente no enviar un manuscrito a un concurso que puede ganar?

Vale que mi ejemplo del juez ha sido una caca y muy exagerado, pero anda que el tuyo del tonto de turno que pregunta en el calabazas jajajajja En serio, una cosa es que la gente no lea las bases o no se moleste en entenderlas (en todas las nacionalidades entran tooooodas las nacionalidades) y otra que se omita algo que se lleva a la práctica y que puede condicionar muy mucho la participación.

No estoy hablando de ningún tonto de turno: hablo de más de una veintena de participantes que, como tú, dan por sentadas cosas que no salen en las bases.

Y esto... de mi opinión sobre el Minotauro no me has dicho nada

Es tu opinión, qué quieres que te diga A mí el Minotauro ni me va ni me viene particularmente: es un concurso al que todavía no he conseguido enviar nada porque siempre me lío con una cosa o con otra y, además, no conozco sus entresijos. Lo único que digo es que me parece natural y razonable que si tienen contactos con autores que consideran solventes (como obviamente tienen) les inviten a participar para asegurarse un mínimo de calidad en las convocatorias. Ojo, que eso no quiere decir que alguien como yo, a quien no conocen de nada, no pueda ganar o al menos quedar de finalista. No sería el primero.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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