Locke & Key: Bienvenidos a Lovecraft
Reseña del cómic de Joe Hill y Gabriel Rodríguez publicado por Panini
Estamos ante un cómic indispensable para los amantes del género de terror. Locke & Key: Bienvenidos a Lovecraft mezcla con gran acierto muchos elementos de distintas corrientes de la narrativa de horror para crear algo nuevo y quizás más potente todavía. Tenemos, cómo no, las casas encantadas, como pone de manifiesto la propia portada, y guiños al horror cósmico, patentes en el mismo nombre de la propiedad donde transcurre la acción, y también terror de psicópatas, e incluso reminiscencias del terror cinematográfico, occidental y oriental.
En Locke & Key: Bienvenidos a Lovecraft se dan cita el terror fantástico y el terror realista, el contemporáneo y el clásico, todo sin que se vean las costuras y a un ritmo envidiable que muestra que Joe Hill no solo domina el terreno y lo conoce, sino que tiene pulso suficiente para combinarlo para sacar su propia receta.
En esta hay un elemento que, a mi parecer, es el que hace que el cómic funcione tan bien: el retrato de los personajes. Protagonistas y secundarios, todos están diseñados con cuidado y disfrutan del suficiente trasfondo. No es que la historia se demore para que tengamos una visión exhaustiva de sus vidas, sino que cada viñeta está plagada de significado, cada centímetro cuadrado del cómic está explotado a fondo para que la historia gane en riqueza y profundidad.
Hill combina con maestría los saltos temporales (que distan mucho de ser simples flashbacks que vienen al rescate de un hilo narrativo perdido: se imbrican con la narración con una fuerza rara vez vista en un cómic o incluso en una película) y los cambios de foco para que la historia fluya y vaya completando un puzle cada vez más inquietante y terrible. En Locke & Key: Bienvenidos a Lovecraft se palpa el fatalismo y hasta la última página no sabe cuán terrible va a ser la tragedia. Porque, eso queda claro desde el principio, va a haber tragedia. Es algo que se intuye tanto como que nada es accesorio en sus páginas.
Este cuidado trabajo narrativo encuentra su reflejo perfecto en los dibujos de Gabriel Rodríguez, que vienen coloreados por Jay Fotos. El artista no solo es capaz de captar la esencia de cada personaje (desde Sam Lesser, el muñeco diabólico, a la herencia de fenotipo en la familia), sino que además consigue que esta muestre sus matices y sus cambios, lo que hace que nos enfrentemos a personajes muy vivos.
Y casi como personajes deberíamos considerar la propia “casa de las llaves”, el marco de la mayor parte de la historia y, sin duda, uno de los motores de la narración. Ahí, de nuevo, encontramos todo el encanto de las historias de terror clásicas actualizado a la cercanía contemporánea, lo que aumenta la carga psicológica del cómic y le permite explorar nuevas dimensiones.
En definitiva: indispensable para los amantes del terror. Una novela gráfica (o miniserie, o arco argumental cerrado, como queráis llamarlo) sencillamente magnífica. Y parece que tendrá continuación.
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Así es: Juegos mentales. La he leído y también es magnífica.
Hay una versión alternativa de esta reseña de Locke and Key en OcioZero.
Buena reseña, Anne ;)