Se adelanta la navidad, señores.
Sí, tal como lo digo. Aquí se presenta hoy un servidor para ejercer de Papá Noel y regalaros ni más ni menos que las claves del éxito literario.
Bueno, no todas las claves, sólo una. Pero seguro que suficiente para lanzar a uno al estrellato, al que mejor sepa aprovechar el chivatazo. Bueno, quizá no al estrellato del todo, digamos que para “asomar la cabeza”, que ya es. O a lo mejor sólo para que su novela añada ceros a su tirada y presencia en puntos de venta, que se multiplique como los panes y los peces y se desborde sobre las mesas libreras. O no, no lo sé, supongo que dependerá de cada uno. El caso es que yo lo suelto y aquí paz, y después gloria.
Para los que ya hayan desistido de buscar un nuevo giro al género zombi, que quizá vean el mercado demasiado saturado o simplemente no les atraiga el tema lo suficiente como para lanzarse a escribir una novela del palo, aquí traigo los dos temas estrella que, según las fuentes de las que he tirado, coparán las listas de éxito a medio plazo. ¿Preparados para memorizar? Ahí va: Apocalipsis con invasión extraterrestre y Apocalipsis con ángeles que más parecen demonios que la imagen beatífica que tiene el común de los mortales.
Como se ve, el tema del Apocalipsis permanece, pero la Z irá mutando a las dos mencionadas. De Apocalipsis va la cosa. Esto al parecer lo dicta un estudio según el cual la crisis, la inseguridad laboral y otros problemas derivados, hacen que te sientas tan angustiado que, en lugar de coger la novela que te apetece leer para divertirte, vayas corriendo a por esa obra que, además de divertirte, te angustie un poco más, por si no tenías suficiente. Algo así como que nos va a dar coraje que los personajes lo pasen bien si nosotros tenemos problemas en el curro, o que, ya que a nosotros nos trae de cabeza la hipoteca, pues que a ellos se les acabe el mundo. En fin, el mal de muchos que consuela a los tontos, parece.
Esa es la necesidad del Apocalipsis de marras. Ahora vienen las especificaciones, el adorno del pastel, el quid de la cuestión, a lo que le vamos a dar un millón de vueltas a ver si somos capaces de hallar el próximo enfoque, la próxima variación, el próximo formato o lo que sea con lo que intentemos que la nuestra no sea una novela más dentro de las muchas con genotipo similar.
La de los extraterrestres me la contaron en una de estas charlas en las que unos cuantos soñadores con ilusiones de escritor nos confabulamos para, si no dominar el mundo, al menos copar las listas de ventas (¡que tiemblen el Brown y la Rowling!). El que la contó lo sabía de buena tinta y, como es normal en estos casos, la teoría ya había pasado la prueba del algodón que se estila cuando hablamos de tendencias: es lo que está pegando en EE UU, se están haciendo películas y series. A mí ya me constaba lo del remake de “V”, pero al parecer hay más. En este caso, si el Apocalipsis lo imponía la crisis, lo de los invasores extraterrestres está relacionado con ciertas palabras del doctor Hawking avisando de que, si algún día se presentan aquí, hay más posibilidades de que se parezcan a los de “Independence Day” que al bueno de E.T. Se supone que pronto llegarán las series y las películas, la gente andará como loca en busca de un extraterrestre cabroncete que echarse al magín, y los que sean más listos o más rápidos tendrán ya en su disco duro la novela con la que satisfacer la demanda de las editoriales y los lectores. Así que ya sabes sobre qué tienes que escribir. Y ojo, tiene que ser un Apocalipsis en toda regla, no vale salirse por la tangente como el maestro Wells e inclinar el marcador a favor de los terráqueos por un quítame allá esos microbios. No, tienen que ganar los malos, los bichos verdes y con malas pulgas. A recordar: la gente está agobiada, necesitan que los agobien un poco más; pon tu granito de arena, hombre, qué más te cuesta.
El otro adorno posible para nuestro Apocalipsis de éxito, lo de los ángeles también con malas pulgas, lo saqué de palabras de una señora de apellido Lara y que no sé qué habrá estudiado pero es directora de unas cuantas de editoriales y líneas de tal, todas a la sombra de la omnipotente y omnipresente Planeta. Buen pedigrí para una información acerca de estos temas… ¿o simple propaganda para darle más bombo al libro que presentaba? Yo no sé qué pensar, aunque algo me mosquea el que, precisamente hace poco, resulta que vi una película actual, “Legión”, y el tema iba por ahí… El caso es que los escritores que quieran atender a este chisme que os traigo deben empaparse bien de angelología (estudio de los ángeles), y al parecer ya de ahí tendrán mucho que sacar, porque por lo visto la imagen seráfica que tenemos de estos seres está más que suavizada (la autora de éxito en las listas norteamericanas cuyo libro se estaba promocionando es una auténtica erudita del tema, al parecer). También habrá que meter en la trama algo de carnicería y de acción en general (la película mencionada es pura acción, con gente poseída por ángeles subiéndose por las paredes y el techo o transformándose y atacando, ángeles guerreros con armaduras y espada ígneas… puro espectáculo), y, cómo no, el Apocalipsis. No vale con que Dios dé un puñetazo en la mesa y los ángeles bajen a darnos unas cuantas collejas; el mundo se tiene que acabar (ya sabes, lo de la hipoteca). Lo que no sé de esto de los ángeles es de dónde sale. Creo que mencionaron algo así como que era una especie de chovinismo apocalíptico que hace que la gente, después de tanto darle vueltas al calendario maya, quiera conocer la versión patria del fin del mundo, la judeocristiana.
Bueno, pues ya está dicho. Ahora sólo es cuestión de que los que se lo crean se pongan a ello cuanto antes. Aunque, ahora que lo pienso, esto se publicará dentro de más de un mes, quizá por entonces ya empiece a ser tarde… En fin, es igual, que cada cual escriba lo que quiera, que atienda a lo dicho o no lo haga. Por mi parte yo me pondré con lo que ya tenía pensado escribir, que lo que quiero es divertirme.
Yo esto de las modas y los "chivatazos" vox populi no me lo creía mucho hasta que he asistido al tema de los zombis, sobre el cual supe (y no me creí del todo) antes de que se desatara. Supongo que son inercias de mercado como otras cualquiera, y he de decir que lo de los ángeles y los demonios lo había oído ya (del Apocalipsis marciano no tenía idea alguna).
El caso es que la novela de fantasía que tengo prevista para el año que viene lleva un apocalipsis de por medio, demonios
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.