La nada amable
Un artículo sobre el ocio a partir de Un mundo feliz, de Aldous Huxley
Cuando hay que modificar o renovar la
doctrina fundamental ,
las generaciones sacrificadas en las que se
opera la transformación siguen siendo esencialmente
ajenas a ella, y a menudo directamente hostiles.
AUGUSTE COMTE,
Llamamiento a los conservadores
El fin no puede justificar los medios,
por la sencilla y clara razón de que los medios
empleados determinan la naturaleza
de los fines obtenidos.
ALDOUS HUXLEY,
El fin y los medios
El hacer y el algo.
El ocio es la madre de la filosofía, eso decía Hobbes. Tomando esta frase podemos creer que el pensamiento humano, las artes y las tecnologías en el hombre nacieron a partir del ocio. Del tiempo, de qué hacer con ese tiempo. Imagino a los primitivos viéndose día tras día recogidos en sus instintos y en el único pensamiento de cazar, recolectar y de realizar sus necesidades fisiológicas, e imagino a uno de ellos comenzando a manipular objetos y comenzando a crear, transformar un algo que iba a desencadenar en las dimensiones que tomaron el arte, la cultura, la identificación del mundo y el todo conocido. Imagino la enseñanza en ese amanecer del hombre, y me veo hoy partícipe de esa creación, me veo individuo, me veo parte de esa línea que comenzó siendo humanizada a partir del ansia de conocimiento y de búsqueda en el contexto de qué hacer con ese tiempo.
Sin tener que meternos en la conceptualización histórica del ocio en profundidad, podemos destacar la Grecia de Sócrates y Platón como la edad dónde nace realmente el pensamiento avanzado y la duda existencial en su mayor apogeo (sin olvidarnos de monoteístas, ni de los mitos). Es ahí donde las claves del pensamiento colocaron unas nuevas piedras para una evolución como la que fuimos llegando hasta hoy, y, sin ninguna duda, no cambiando tanto desde esa Grecia a esta actualidad. Seguimos siendo neo-platónicos con todas sus consecuencias. Seguimos bebiendo de la misma fuente, y de las mismas dudas absolutas, la vida, la muerte, el sexo, la religión el ser y el tiempo.
Las experiencias que me aportó este curso de Animación Sociocultural no me hace un entendido de las formas del ocio, no una entidad, ni un sabio de la concepción del ocio y sus matices. Pero creo, dentro de mis ambiciones, de mis irregularidades y de mis posibles prejuicios que sí que puedo afirmar que el ocio nace para hacer algo con el tiempo que uno no está ocupado. Una definición, tal vez, sin mucha sustancia o con mucha carencia, que realmente describe, a mi entender, la necesidad del hombre de realizar siempre un algo. De intentar aprender a transformar, a especializarse, a crear a partir de ese algo.
El nacimiento, el origen del ocio se puede describir como esa necesidad humana y contextualizarlo en la primera era del hombre. Porque si el ocio desde mi punto de vista es la realización de un algo como necesidad de llenar el tiempo, sólo con el rito, con la representación, con el nacimiento del concepto ya observamos al ocio. Un ocio que no maneja las palabras entretenimiento como nosotros cuando hablamos del ocio actual, pero sí que es un ocio desde el punto de vista que hay una organización, una transformación y una norma escrita o no.
Defender esta postura ya en el principio del trabajo va a ser costoso, defender que el ocio es una necesidad en la época primitiva puede llegar a tener algún desencuentro con autoridades, profesionales y entidades conocedoras del ocio. Aun así, aunque ahora cierre este tema, durante el trabajo comprobaremos las definiciones del ocio y su evolución final a partir del supuesto que plantea Huxley en Un mundo Feliz , colocando a la figura de este magnífico escritor como el enterrador de la concepción del ocio tal como la entendemos.
La intención de defender un discurso como éste también viene dada por la finitud de este curso, y la libertad de opinar más libremente por ser el último trabajo sobre un libro. Sin estos dos factores yo no atribuiría al ocio como una necesidad (no estoy hablando en ningún momento de necesidad jurídica -que por otro lado el ocio está ya reconocido como derecho-, sino de necesidad existencial) tan a la ligera, sino como la definición de manual: “el ocio son las actividades que realizamos en nuestro tiempo libre”. Y a partir de ahí desarrollaría unos matices, sin embargo, ser radical en la primera causa nuclear del trabajo me ubicará en una posición de autocrítica y podré desarrollar más cómodamente mi teoría. Llegando a conclusiones de lo que sucedió, sucede y sucederá (según Huxley y yo).
La teoría del ocio como necesidad (nacimiento del ocio)
Llamamos al ocio a una idea de tiempo, de actividad, de refugio… El ocio de manual está en la órbita moderna, no se puede entender de la misma manera el ocio antiguo de Sócrates y Platón que el ocio moderno y cada vez más individualizado de la actualidad.
Sólo los humanos tenemos experiencias, de ahí nuestra diferencia con los otros mamíferos, tenemos recuerdos abstractos, y gracias a esa experiencia nos insertamos en la realidad, desgarrándonos en esa realidad. La experiencia, el modus operandi del ser humano se basa en ella, en esa vivencia recordada, y de ahí la identidad auténtica, si se me permite esa expresión, auténtica porque es reconocida, mutable, influenciable… pero siempre desde la propia posición, desde la propia experiencia. Esa identidad, esa pregunta de dónde venimos a dónde vamos y por qué estamos nació en el tiempo sin ocupar, en ese otium que comenzó a ser ocupado por nuevos pensamientos, y ese tiempo se convirtió en la necesidad real de reconfigurar y elaborar el ser. El ser como ente unicum, y como ente para evolucionar.
Alejándonos de Grecia, del amanecer del hombre, de todas las siguientes épocas y revoluciones tras esa primera incursión de principio de ocio (y la consecuencia total de su nacimiento) podemos esquematizar en cuatro grandes logros civilizatorios a la sociedad de hoy en día. Con estos logros, que son una prolongación, no una copia, de una de las ponencias más interesantes a las que asistí en mi vida, por uno de los pensadores más influyentes de España, intento darle a la sociedad cuatro puntos positivos (no absolutos), a partir de una barbarie como fue la segunda guerra mundial, y la perfecta consecuencia para conocer las posibilidades de nacimiento del ocio.
1º Desarrollo del conocimiento científico: Desde el palo que sirvió de tiza para pintar el bisonte al micro-chip y la Inteligencia Artificial, la acumulación de pasos gigantescos en la ciencia es algo que no se puede negar de ninguna de las maneras. Sí que podemos, como bien describe Huxley, sentir una amenaza en la increíble velocidad que se está produciendo los avances tecnológicos, en la individualización de estos nuevos conocimientos en el hombre y en la peligrosa obsesión de entender la máquina como posible esclavo. Como primer logro, indudablemente colocaría al desarrollo increíble que ha conseguido llegar el hombre en muy poco tiempo.
2º Desarrollo técnico: A diferencia del primer logro este segundo logro habla del también avance del hombre, pero en un aspecto más técnico, abundantes avances ambivalentes, positivos por una parte como puede ser el atraso de nuestra propia finitud, el alejar cada vez con más facilidad a la muerte por enfermedad o por fin natural, y negativos en la posible utilización como arma destructiva y como estrategia moral o política.
3º La aventura democrática: Por supuesto, dentro del hombre la implantación de que los sujetos dejan de aparecer como súbditos, y el conseguir dejar de ser el sentido de la humanidad algo demonizado e impuesto según clases es uno de los logros más positivos en la historia del hombre. También la democracia ofrece y emana múltiples críticas, pero tras la segunda guerra mundial y el total autoritarismo existente esta aventura democrática dejó uno de los mejores acontecimientos para el porvenir del hombre.
4º El ideal igualitario: Con independencia del concepto es el mayor logro en la era moderna, llegar a conseguir esa independencia en el individuo y esa fuerza para destruir cadenas convierte este cuarto logro en el más fundamental.
Estos cuatro logros, tienen todos sus claro oscuros, ninguno es absoluto, ninguno es perfecto, porque no es lo mismo hablar de ideal igualitario para todos los contextos geográficos por ejemplo, y los individuos que viven en ellos. Por ello estos cuatro logros son también parte de ese pesimismo civilizatorio que denominaba Foucault, esa lucha entre el bien y su reverso oscuro como algo irremediable.
Destaco también que Huxley entierra estos cuatro valores en Un Mundo Feliz, se aleja de éstos para crear valores que sólo fulminan estos avances en el hombre.
Ocio como avance (dualidad):
Teniendo presente que estos cuatro logros fueron los que convirtieron a la sociedad hasta llegar a lo que es hoy ¿cómo describir el principio del ocio? Siendo alumno de un curso de Animación Sociocultural, donde he visto las posibilidades de realizar diferentes tipos de ocio, las oportunidades de empleo en este campo, las innumerables actividades, dinámicas de grupo, de conocimiento del ocio en sí, he llegado a la conclusión, a punto de finalizar el curso, que el ocio es un avance que se podía definir como “neonógstico”, dentro del significado de dualidad de este término, en la sociedad humana. El ocio es una dualidad, y por lo tanto también una posible representación, y por lo tanto en el concepto tradicional de la existencia de un dios malo y uno bueno, de una parte mala y una parte buena.
Antes de crear una hipótesis, una teoría más en este trabajo, quiero aclarar que no me refiero al ocio como figura, aunque el ocio en la antigüedad tuvo a muchos dioses a su lado, sino al concepto de dualidad, hay una parte buena y una parte mala, como lo que fuimos viendo en los cuatro logros civilizatorios ¿qué parte mala puede tener el ocio? Pues es tan sencillo como decir su uso. El uso del ocio es ya en sí una dualidad constante, leyendo Un Mundo Feliz nos damos cuenta de las posibilidades de control, de abducción, que puede provocar en el hombre un ocio como el que describe Huxley. Con esto también quiero decir que un buen uso del ocio traerá muchísimos beneficios a la sociedad. ¿Por qué elegir un término religioso para describir al ocio? El término es una ayuda para entender mi teoría, las dos caras que contiene el ocio son dos caras de una navaja que por un lado tiene flores y por el otro pinchos, pero sigue siendo una navaja. Al seguir siendo una navaja, siempre va a tener peligro. Por ello el uso del ocio es algo que contiene una dualidad que debe de contenerse para no caer en el lado de los pinchos. En el caso de Huxley el ocio sólo existe como derivado de consumismo, y de un carpe diem que hace al hombre caer en un individualismo total.
La nada amable (Profecía de Huxley)
Huxley predijo una nada amable en la existencia de los hombres, y fue de una extraordinaria precisión en sus profecías. La vida del futuro que nos narra Huxley (hay que darse cuenta que el libro fue escrito en 1932) es una vida que tiene muchos lazos de unión con la que ahora nosotros vivimos. La sociedad occidental se fue acercando cada vez más a ese modelo, un control más exacto y de calidad de la procreación, que puede incluso también acabar totalmente disociada del sexo. Siendo con medidas la reproducción de la especie humana en un laboratorio, teniendo total seguridad y fiabilidad genética. Irán desapareciendo, como estamos viendo ya en sociedades orientales ya durante mucho tiempo, las relaciones familiares, las nociones de paternidad y de filiación. Los avances médicos eliminarán las distintas edades, los hombres de sesenta años tienen el mismo aspecto que los de veinte según Huxley, llevando a cabo también las mismas actividades. Cuando ya no se pueda luchar más por la finitud una eutanasia libremente consentida hará que nos vayamos a la muerte con total discreción, sin ningún tipo de drama. La sociedad que describe Un Mundo Feliz es una sociedad feliz, de la que han desaparecido las tragedias y los sentimientos violentos, hay total libertad sexual, no hay nada que nos impida el ser alegres y tener placer. Todos hacen el amor con todos, y cuando brota algo parecido al enamoramiento con su posible consecuencia de tristeza o rechazo se puede tratar con ayuda de fármacos. La química de los antidepresivos y los ansiolíticos ha hecho grandes avances, existirá algo parecido al soma que nos dejará de nuevo tan bien como estábamos antes, “un centímetro cúbico cura diez sentimientos” como dicen en la novela.
En esa nada amable conviviríamos felizmente, automatizados por una mano fantasma que controlaría nuestro todo, desde el sentimiento a todas nuestras conductas y emociones.
(Próximamente, la segunda entrega del artículo)
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Un arranque muy interesante. A ver a dónde nos llevas con la segunda entrega. Otro libro que habla bastante sobre el ocio, y que supongo que conocerás, es Farenheit 451º. Es otra distopía con un enfoque distinto a la de Huxley.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.