OZ entrevista a los autores de Tim Burton: Diario de un soñador
Hoy tenemos con nosotros a David G. Panadero y Miguel Ángel Parra los autores de Tim Burton: Diario de un soñador, una obra sobre el popular cineasta publicada por Ediciones Jaguar
David G. Panadero (Madrid, 1974) es periodista y escritor. En las más diversas manifestaciones de la cultura popular y el ocio encuentra su especialidad. Ha ejercido la crítica de cine y literatura en diversos medios –Gigamesh, Stalker, Bibliópolis, Pasadizo– y ha publicado diversos libros, debutando con Dark City. Mientras la ciudad duerme (2000). Junto con Miguel A. Parra ha escrito los ensayos Ed Wood. Platillos volantes y jerseys de angora y Tim Burton. Diario de un soñador. Además, ha dirigido el magazine gratuito Pause. Con todo, su gran debilidad sigue siendo la novela negra. Dentro de este campo dirige la colección de novelas “Calle Negra” para La Factoría de Ideas, y es conferenciante en diversas universidades españolas y actos culturales, a la vez que edita y coordina Prótesis. Publicación consagrada al crimen, su proyecto más personal –y visceral–, con el que ha contribuido al resurgimiento de la novela negra española.
Miguel Ángel Parra (Barcelona, 1978) es aficionado a las artes escénicas y escritor. Su pasión por el teatro y el cine le han llevado a la escritura y realización de diversos cortometrajes, performances, vídeo-clips y montajes escénicos. También ha sido jurado y colaborador del Festival de Sitges y dirigido varios eventos culturales, como la exposición dedicada al veinte aniversario de La bola de Cristal en la Ciudad Condal. Colabora de forma regular escribiendo críticas y artículos para diversas revistas y páginas web relacionadas con el mundo audio-visual, las artes escénicas o el cómic. Entre sus publicaciones se encuentran los libros: The Rocky Horror Picture Show. 25 años de culto (Midons, 2000), Mort. La obra (Gigamesh, 2002), adaptación teatral del best-seller del famoso novelista Terry Pratchett y junto a David G. Panadero, Sam Raimi. De la transgresión al neoclasicismo (Calamar Ediciones, 2004), Ed Wood. Platillos volantes y jerseys de angora (T&B Editores, 2005) y la primera y segunda edición de Tim Burton. Diario de un soñador (Ediciones Jaguar, 2005 y 2008).
Lo primero que me gustaría preguntaros es ¿cómo decidisteis embarcaros en un proyecto así? ¿De dónde surgió la idea de escribir Tim Burton. Diario de un soñador?
Miguel Ángel: La verdad es que fue un encargo por parte de la editorial Jaguar. Fue a ellos a los que inicialmente ofrecimos el libro que nos acabaría publicando T&B ese mismo año: Ed Wood. Platillos volantes y jerseys de angora. El caso es que a Jaguar no le interesaba la edición de ese título, pero les gustó mucho nuestro trabajo, sobre todo el capítulo dedicado al “Ed Wood” de Tim Burton. Gracias a eso, y a una serie de casualidades nos encargaron Tim Burton. Diario de un soñador.
El trabajo en equipo siempre es peculiar, y más abordando un proyecto de estas dimensiones. ¿Cómo os organizasteis para confeccionar el libro? ¿Alguna anécdota curiosa?
Miguel Ángel: Aunque algunos capítulos están escritos casi al noventa y nueve por cien por uno de nosotros, nos repartimos el trabajo de un modo sencillo. Mientras uno (Miguel Ángel) se dedicaba más a la parte biográfica y anécdotas de rodaje, el otro (David), se ocupaba más de la parte de crítica cinematográfica seria… aunque no demasiado, porque somos algo gamberros.
David: Como anécdota curiosa, te podemos contar que en algunas partes del libro, cuando estábamos ya algo cansados de escribir, nos repartíamos el trabajo de la siguiente manera: Miguel ponía las consonantes y yo las vocales.
Una de las primeras cosas que llama la atención es el subtítulo "Diario de un soñador". ¿Qué os motivó a elegirlo?
David: Con ello quisimos establecer un homenaje a Lord Dunsany y sus Cuentos de un soñador. El cineasta de Burbank tiene mucho que ver con este escritor británico, por su ruptura con la realidad y la exaltación de los sueños. Pero quisimos que en nuestro título figurase la palabra “diario” porque el cine de Tim Burton es muy testimonial. Aunque hable de diversos monstruos –bio-exorcistas, murciélagos, marcianos–, sus películas acaban transparentando, y se nota que está muy presente la personalidad de Burton. Es un cineasta que se implica mucho en sus películas y se identifica con los personajes, por eso estamos seguros de que si escribiese una novela, emplearía la primera persona, como en los diarios.
Una cosa que me resulta muy curiosa en Tim Burton es cómo mantiene su sello personal sin sacrificar el lado comercial de sus obras. ¿Cómo creéis que ha conseguido capear las exigencias de Hollywood para llegar a este punto?
Miguel Ángel: Sin duda, como todos los directores y productores contemporáneos, gracias a la recaudación de taquilla. No olvidemos que Burton dirigió Batman, la película más taquillera de la historia en su momento. Cierto es que, más tarde, ha sufrido bastantes batacazos comerciales (que no artísticos) en su carrera, pero gracias a Batman, Eduardo Manostijeras o a esa máquina de merchandising llamada Pesadilla antes de navidad, Burton puede permitirse ciertos caprichos y licencias artísticas como Sweeney Todd, de la misma forma que Steven Spielberg puede permitirse una Lista de Schindler después de hacer un taquillazo como Parque jurásico.
David: Diría que Burton mantiene su sello personal a pesar de las exigencias de Hollywood, porque es precisamente ese sello lo que vende. Ha trascendido los medios audiovisuales para ser un punto de referencia dentro del mundo del diseño, y buena parte del actual cine fantástico es burtoniano. Incluso, está demostrado que cuando a Burton no lo integran en un proyecto tan personal –pienso en El planeta de los simios–, el público acaba sintiéndose decepcionado. Nosotros exponemos en el libro que es una cinta de acción y ciencia ficción bastante correcta. Si la hubiese dirigido cualquier otro, seguramente habría sido aplaudida, pero al estar detrás Burton, el público le exige su recital de siempre. Así que Tim Burton vende por ser Tim Burton, y como el público conoce su sello a la perfección, no le transige una infidelidad.
Burton consiguió insospechados éxitos de taquilla con sus primeros estrenos, como comentáis en el libro. ¿Diríais que es un autor que sabe cómo conectar con el público o que conecta, más bien, porque no se preocupa de ello?
Miguel Ángel: Más bien lo último, es decir, Burton hace un cine alimentado de sus gustos y manías personales, un cine que a él le gustaría ver; de hecho, como mencionamos en el libro, sus películas son un continuo homenaje a films e incluso obras de teatro que este vio de niño. Por suerte, tiene un público fiel e incondicional que comparte sus gustos.
David: Eso es. Burton gusta, porque apela continuamente a la complicidad del espectador. Baraja unas referencias visuales muy concretas. Por eso, quien comparte sus gustos, no tarda en entrar en el juego, reconocer guiños y homenajes, o incluso, sentir una nostalgia compartida por el cine de antes.
Un punto llamativo de sus películas es que recurre a la fantasía sin cortapisas, algo que aun a día de hoy, sobre todo en ciertos ámbitos, sigue resultando chocante, como de género menor. ¿Creéis que se está formando una nueva generación de espectadores que ha roto ese vínculo entre fantasía y juventud o infancia?
Miguel Ángel: Ese fenómeno queda patente en muchos otros ámbitos, no es exclusiva del cine de Burton. Tan solo hay que fijarse en las series de animación o las colecciones de cómic que se publican actualmente. Gran parte de ellas están dirigidas a un público adulto, algo impensable tan solo hace un par de décadas.
David: Por otro lado, la generación que se crió en los setenta con comics Marvel, discos de los Clash y películas como La Guerra de las Galaxias, anda ya por la cuarentena, ¡y no renuncia a las viejas aficiones! Esa generación, en la que nos incluimos, ha tenido una educación fundamentalmente audiovisual, y todo ello crea costumbres que nunca desaparecen. Sin embargo, nuestros padres, nuestros abuelos, se criaron con transistores y novelas de kiosco. Ellos enfocaban el ocio de otra manera. Es normal que cada época, por sus características, condicione los gustos de la gente.
A este respecto me resulta muy curiosa Big Fish, donde Burton parece pasar al otro lado del espejo e incluso huye de sus rostros fetiche para realizar la película. ¿Hay algo de cierto en esta impresión? ¿Creéis que Burton pretendía marcar una diferencia clara entre su mundo onírico y el real?
Miguel Ángel: Aunque no estemos muy de acuerdo en lo de que no utiliza a su cuadrilla de habituales, ya que en el film aparecen Helena Bonham Carter, Danny DeVitto o Deep Roy, sí es cierto que Burton separa claramente los dos mundos. Dándole al mundo real un aspecto muy austero artísticamente, casi de telefilm, que contrasta a las mil maravillas con el del mundo fantástico, al que retrata a través de ese prisma particular al que nos tiene acostumbrados, aunque esta vez de un modo más colorista si cabe. Porque aunque parezca una contradicción, en el mundo de Burton se juega mucho con el color.
Sobre mundos creados hay una pregunta espinosa pero inevitable: después de años aseverando que Burton reinventó Batman, y muy particularmente Gotham, ¿en qué lugar quedan sus películas tras el impactante regreso del Caballero Oscuro estos últimos años?
Miguel Ángel: Pues ambos autores estamos de acuerdo en una cosa que probablemente hará rasgar las vestiduras de gran parte del respetable. Es cierto que el Batman de Burton puede que haya quedado algo acartonado para los tiempos que corren, pero sin embargo, el de Christopher Nolan es excesivamente real, y al menos nosotros, para este tipo de género, preferimos el cartón. Un exceso de realismo le quita toda la gracia.
David: Resulta muy llamativo que en los últimos años aparezcan tantos cineastas queriendo dar cartas de nobleza al cine de superhéroes, otorgándoles un tratamiento intelectualizado, intentando dotarles de una trastienda sociológica. La mayor parte de las veces, acaban patinando, pues si bien intentan escapar del pintoresquismo del cine de “musculosos con mayas”, acaban cayendo en contradicciones. Por ejemplo: despojan a Batman de su aire romántico y teatral para insertarlo en una Gotham que parece filmada por Scorsese. Todo escrupulosamente realista. Y luego le dotan de gadgets increíbles –como el adherente en el avión–. Tim Burton tuvo el acierto de cultivar este cine sin tapujos, centrándose más en la aventura que en un mal concebido realismo.
Mars Attacks!, El Planeta de los Simios... Da la impresión de que cuando Burton ha buscado un blockbuster -o se ha interpretado que buscaba uno- el resultado no ha cuajado. ¿Incompatibilidad con las grandes masas?
Miguel Ángel: Recordemos que Mars Attacks! fue un fracaso principalmente porque se estrenó junto a Independence Day, que era un film de temática similar, como todos sabemos. Luego, en el circuito de alquiler, la cinta funcionó bastante bien, ya que por fortuna, actualmente las películas no mueren cuando son retiradas de cartel. Pero la intención de Burton no era dirigirse a las grandes masas. De hecho, funcionase o no, es otro de sus homenajes al cine de Serie-B estadounidense. Sin embargo, el caso de El planeta de los simios es muy diferente, y es posible que este haya su sido único intento de hacer otro tipo de cine comercial más mainstream, porque no olvidemos que su cine siempre es comercial a pesar de todo.
Por el contrario, cuando se ha volcado en proyectos mucho más arriesgados, como Pesadilla antes de navidad o La novia cadáver, el resultado ha sido sobresaliente. ¿Se espera, tal vez, de Burton que sea muy Burton, o simplemente seduce cuando va a fondo?
Miguel Ángel: Curiosamente el film más burtoniano, Pesadilla antes de navidad, no es suyo; lo dirigió Henry Sellick. Y La novia cadáver fue un intento, en parte fallido, de fabricar otra máquina de hacer licencias, puesto que los derechos de Pesadilla pertenecen a la Disney y Burton no puede explotarlos. Por lo que no creemos que sean ni muy profundos, ni muy arriesgados, si no más bien todo lo contrario, una apuesta segura. En cualquier caso, preferimos el Burton “a fondo”, como en Ed Wood o Eduardo Manostijeras.
La publicación de libros y merchandising y el modo en el que sus fantasías, a través cuentos de hadas o reinvenciones modernas de los mismos, han creado casi una estética propia, un fenómeno sociológico. De hecho, a mí me han llegado a decir que son muy "timburtoniano" escribiendo. ¿Qué supone este fenómeno? ¿Estamos ante un nuevo icono pop?
Miguel Ángel: Con el resurgimiento del movimiento gótico y la aparición de nuevos, como el emo, no es de extrañar el éxito de todos los productos derivados de Burton y de los que no lo son, como el “Lenore” de Roman Dirge o el “Emily the Strange” de Rob Reger, que claramente se inspiran de algún modo en sus trabajos. Eso no es necesariamente malo, ya que a su vez, el “estilo” Burton ha bebido directamente de autores tan dispares como Edward Gorey o el mismísimo Dr. Seuss.
David: En una entrevista nos preguntaron si cabía comparar a Burton con los escritores del gótico decimonónico. Inmediatamente respondí que no, pues Burton es “gótico para la MTV”. Con ello quise decir que difunde la estética del género gótico de cara a las grandes masas, y generalmente sin el calado cultural que tuvieron los primeros góticos, como Horace Walpole o Ann Radcliffe. Este cineasta aborda temas oscuros –la belleza del monstruo, la marginación, la inocencia y la crueldad–, pero su cine ha sido tan ampliamente difundido, tan reiterado, que en cierto modo ha ido perdiendo el significado que tenía, convirtiéndose a menudo en parodia de sí mismo. Para bien o para mal, ese es el legado de Tim Burton de cara al público masivo: camisetas, tazas, llaveros, bolsos…
Tim Burton, esperemos, tendremos para años. No obstante, me atrevería a decir que ha llegado a una clara madurez artística con Sweeney Todd. ¿Os atreveríais a aventurar que su carrera se estabilizará o creéis que es posible que haga falta un nuevo libro dentro de poco para registrar algún giro insospechado en sus trabajos?
Miguel Ángel: Libros harán falta siempre, en cualquier tipo de formato o soporte, y aunque no realizara más producciones, cosa poco probable, la perspectiva del tiempo y la visión global de la obra de un autor resulta muy atractiva tanto para el lector como para el escritor. En cuanto a su carrera, estamos seguros que seguirá haciendo todos aquellos proyectos que realmente le interesen y sean artísticamente estimulantes. Por suerte o por desgracia, a Burton no le hace falta hacer ningún bombazo de taquilla para realizar sus obras, y parece ser que con su séquito de habituales le es suficiente para seguir trabajando. Así que, nos queda Tim para rato, solo esperemos que no se estanque. Lo que a nosotros nos viene estupendo, así podremos preparar más ampliaciones del título en el futuro...
David: Cada generación debería hacer una relectura de la historia del cine y establecer sus criterios. El tiempo y las modas hacen que esos criterios cambien –las películas de Parchís y Regaliz o Enrique y Ana fueron vistas como basura en su día, pero actualmente no faltan eruditos que tratan de justificarlas–. Será muy interesante saber qué dicen de este cineasta dentro de treinta años.
Muchas gracias, David y Miguel Ángel, por vuestra disponibilidad y enhorabuena por esta segunda edición de Tim Burton: Diario de un soñador. Y para los lectores que no queráis perder la pista de estos autores, os dejamos la dirección del blog de David: http://conspiraciongalatea.blogspot.com
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