La literatura, como casi todo en los tiempos que corren, está sujeta a significativos cambios, que se vienen produciendo en ciclos cada vez más cortos. ¿Se podría hablar de una evolución? Pues yo quiero pensar que sí, al menos en los que a facilidades para el escritor se refiere, (si tuviéramos que escribir con pluma a la luz de una vela, seguro que se le quitaban las ganas a más de uno).