Avignon, S. XIV; mientras una ola de crímenes asola a los miembros más importantes de la Iglesia Católica, un viejo monje cisterciense se esfuerza por acallar su conciencia ante las torturas que se ve obligado a cometer para proteger a sus superiores. Sólo su profunda fe le permitirá no rebasar la línea que le separa de la locura.