Bueno, muchos casos son actualmente consecuencia de una consideración de que las consecuencias económicas de un divorcio (las pensiones de manutención y compensatoria de la mujer, el que la mujer, al quedarse con la custodia de los hijos se quede también con la vivienda...) suponen un robo.
Y otros, más que cuestión de machismo son consecuencia de una persona violenta que descarga su frustación con una persona débil.
Eso es como decir que el alcoholismo es un factor. Mireusté, el alcoholismo funciona como detonante, pero la carga explosiva era social. Yo también me emborracho y nunca levantaré la mano a mi mujer. Hay una concepción de superioridad que rara vez se da a la inversa y que socialmente sigue estando muy extendida. Más de lo que pensamos: las futuras generaciones de canis lo aceptan, parecen socializados en un pueblo gitano y sólo son macarras de barrio obrero.
Bueno, muchos casos son actualmente consecuencia de una consideración de que las consecuencias económicas de un divorcio (las pensiones de manutención y compensatoria de la mujer, el que la mujer, al quedarse con la custodia de los hijos se quede también con la vivienda...) suponen un robo.
Y otros, más que cuestión de machismo son consecuencia de una persona violenta que descarga su frustación con una persona débil.
Bueno, hay cuestiones de sexualidad que siguen grabadas en nuestra conducta. Para no volver siempre sobre las mismas polémicas, pondré un ejemplo que es bastante evidente: La endogamia. Las especies animales más evolucionada han desarrollado aversión a la endogamia. Esta conducta evita que se manifiesten genes recesivos perjudiciales para el individuo. Sin embargo, por ejemplo, los insectos, siguen manteniendo apareamiento endogámico, y como resultado, hay un porcentaje muy alto de mortalidad en sus larvas (que se compensa con un número de larvas también muy elevado).
Entre nosotros sobrevive más como precepto moral que como conducta instintiva, pero el fondo del asunto es más que una mera conducta social aprendida.