Tanga y el gran leopardo
Reseña del cuento infantil escrito por Roberto Malo y Fco. Javier Mateos e ilustrado por David Laguens que publica Editorial Comanegra
Tanga y el gran leopardo es una de estas historias que nos remiten a las fábulas clásicas rescatadas de otros continentes. En ella viajamos a una mítica África negra donde un terrible leopardo está asolando a una tribu, devorando los animales de las proximidades e incluso matando a algunos de los lugareños. Un brujo buscará entonces a un bravo guerrero que los libere de la amenaza.
Como vemos, es un planteamiento que bebe de las fuentes más canónicas, pero no se queda allí, sino que renueva la narración para llevarla a derroteros más inesperados. El ingenio y los valores de superación, así como el tener una mentalidad abierta, serán las claves que conducirán la narración. El humor estará también muy presente, sin perturbar por ello el sabor de aventura y suspense que se paladea en sus páginas.
Las impresionantes ilustraciones con las que David Laguens envuelve el relato de Roberto Malo y Fco. Javier Mateos realzan muy bien todos estos aspectos. El hábil uso del color potencia las escenas de tensión y da magnificencia a los escenarios, y la expresividad de los personajes hace que los más pequeños puedan seguir muy bien la narración (la prueba inexcusable, mis canijos cogen el libro por su cuenta y se lo "leen", emocionándose en los pasajes adecuados). Muy en particular, el gran leopardo resulta de lo más amenazador.
La edición realizada por Editorial Comanegra es también un gran acierto. El formato apaisado tamaño A4 permite unas panorámicas que David Laguens aprovecha a la perfección, y la historia se articula muy bien en torno a estas grandes instantáneas. La calidad del papel y la impresión están a la altura.
En conjunto, nos queda una historia original que funciona muy bien, y que, a caballo entre la fábula clásica y un estilo más moderno, emociona a los lectores u oyentes que se sumergen en sus páginas.
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Además es un cuento didáctico con un final muy acertado con una ilustrción de lujo. Mi "sobrina postiza", a la que se lo regalé, todavía no sabe leer pero se divierte mucho con los dibujos. Ya verás cuando aprenda a leer...