No tengo cuerpo.
Mi cuerpo es inmaterial y, vosotros, queridos lectores, siento informaros de que no existís. No es ni locura, ni engaño, tan solo es el resultado filosófico al cual he llegado tras meditación. La naturaleza solo existe en mi cabeza. Sonidos, perfumes, colores y gustos solo existen en mi mente.
¿Que hace que algo sea? ¿El hecho de percibirlo? Por lo tanto solo es, lo que puedo ver, sentir, escuchar o lo que puedo recordar haber visto, escuchado o sentido. Todo lo demás, simplemente, no es.
Lo que llamamos MUNDO es la suma de nuestras sensaciones. No conocemos el MUNDO por si mismo, sino que cada uno de nosotros percibe un mundo diferente. ¿O acaso vemos y sentimos todos igual? Entonces, se puede decir que existen tantos mundos como seres capaces de percibir. Por comodidad, hablamos de un mundo cuando hay multitud de ellos.
La MATERIA es una idea que posibilita la existencia de cosas independientemente de ser percibidas. Pero si todo está en nuestra mente podemos deducir que la MATERIA no existe. Nada es material, todo espiritual. La naturaleza es simplemente la prosa de mis sensaciones.
Tomemos como ejemplo una bola de nieve. La bola de nieve es una colección de cualidades sensibles que llamamos propiedades. Si a dicha bola de nieve le quitamos las sensaciones que percibimos, es decir le quitamos las propiedades que le caracterizan (redondez, dureza, blancura, frialdad). ¿Que queda? ¿Queda algo? ¿Materia? No. Si desaparecen las sensaciones, desaparece la bola de nieve!
Supongamos la hipótesis de una materia independiente de las cualidades percibidas. ¿Cómo podríamos saber algo sobre dicha materia? ¿Cómo podríamos comprobar que realmente existe?
Percibimos la bola de nieve (bola de nieve percibida) ¿Como podemos saber que dicha bola de nieve percibida corresponde en algo a la bola de nieve “exterior” no percibida? Lo único que conocemos es lo que percibimos (propiedades que solo existen en nuestras mentes). Una bola de nieve que existiera fuera de nuestras mentes, no tendría propiedades!
Vamos un poco más lejos, estoy al origen de mis sensaciones. Por lo tanto, soy el creador de este mundo de colores, olores y objetos, al igual que, al soñar soy el creador de mis sueños. Cuando sueño y me veo navegando en el mar, las olas son producto de mi imaginación. Me doy cuenta de que es un sueño solo cuando despierto. ¿Quién me asegura que en este momento no estoy soñando? ¿Podemos despertar de la vida? Nuestras percepciones son las mismas si soñamos que si no lo hacemos.
Las diversas ilusiones y alucinaciones que podemos padecer, no nos permiten conocer con certeza el mundo en que vivimos, y a pesar de que me desplace por los aires o nade bajo el mar, en realidad no salgo de mi mismo. Solo percibo mis pensamientos. Entonces, el mundo no existe en si, sino en mi. Conclusión: La vida es Mi sueño. Por lo que yo solo, soy toda la realidad.
La materia es una hipótesis inútil. La existencia del Universo entero depende de mi buena voluntad. Pero no os preocupéis, seguiré pensando en él.
Bueno, es también un ensayo-relato, pero me gusta. No creo que sea necesario guardar las formas de presentación, nudo y desenlace absolutamente siempre, y menos en un relato breve.
Voto por tu cuento, por los dos cuentos.
Salut!