Por ejemplo, el servicio municipal de multas por pequeñas infracciones (tirar colillas, cacas de perro, etc.)
https://www.theguardian.com/society/2019/jan/22/firm-uses-aggressive-tac...
(...) pero los denunciantes afirman que esto no cuenta toda la historia. A través de entrevistas, mensajes internos filtrados y solicitudes de libertad de información, una investigación del Guardian ha descubierto que Kingdom:
- Animó a sus empleados a competir para poner las máximas multas posibles mediante una liga interna en al menos una región.
- Está acusada de desplegar un equipo de adiestramiento que animaba a los empleados a ocultar los logotipos de sus uniformes y a ocultarse entre arbustos o detrás de los coches para aumentar sus posibilidades de pillar infraganti a los ciudadanos.
- Está acusada de haber seguido a gente o haberlos acusado falsamente para ponerles multas.
(...)
Una mujer que se opuso con éxito a una multa puesta por Kingdom en el noroeste contó al Guardian sus sospechas de que los agentes estaban poniendo multas a gente que resultaba un "blanco fácil". La señora de 57 años explicó que dos agentes se acercaron a su coche en el aparcamiento de un supermercado y la acusaron de tirar un cigarrillo. La mujer dijo que la compañía solo retiró la acusación después de obtener ella el vídeo de las cámaras de seguridad del supermercado, que probaba que no había tirado su cigarrillo.
Nadie podía saberlo.
Bueno, la Guardia Civil, sin llegar a esos extremos, también tiene un cupo de multas que cumplir y lo hace por las bravas (aunque una vez lo alcanza, ya se relajan).
Con todo, si hay algo que no debiera poder privatizarse, y esto ya por principios, es el ejercicio de autoridad.