Oh, la Literatura. Cómo la amamos todos lo que estamos aquí, ¿verdad?
Fuente inagotable de sueños, fábrica de ilusiones. Qué sería de nosotros sin ella…
Cuánto la apreciáis los finalistas, ¿cierto?
Pues bien, vamos a intentar cambiar eso. Con suerte, conseguiremos que se convierta en vuestra peor pesadilla.
Reglas de la final literaria:
1) En 1859, Dickens escribía “Historia de dos ciudades”, una novela con uno de los inicios más famosos de la historia de la literatura. Este inicio: “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación”…
En esta final, vais a rendir homenaje a este pasaje. Uno de vosotros tendrá que empezar su relato de la siguiente manera: “Era el mejor de los tiempos…”. Su rival deberá acabar su relato así: “… y el invierno de la desesperación”. El primero que cuelgue el relato podrá elegir qué parte escoge. Su rival, se quedará con las sobras. Las seis palabras de las frases escogidas, contarán entre las cincuenta.
2) Otra de las exigencias de esta final literaria es que deberéis demostrar por qué estáis aquí. ¿Cómo? Dominando cualquier estilo literario. Vuestros relatos deberán estar escritos siguiendo una de las siguientes corrientes de la literatura: Realismo mágico (García Márquez, Miguel Ángel Asturias, Juan Borges, Isabel Allende…) vs Realismo sucio (Charles Bukowski, Chuck Palahniuk, Zoé Valdes…) Tenéis que escribir como estos escritores, adentraros en ese estilo. No debe quedar lugar a dudas al leeros. Como en el caso anterior, el primero que cuelgue, elige. Su rival, no.
3) Y como esta es mi final, la tercera premisa es que, en vuestro relato, deberá aparecer la palabra “padrino” o bien la palabra “siciliano” (O sus plurales. No se admite femenino). El primero elige, el segundo, no.
Tenéis tiempo hasta el próximo jueves 17 a las 23:59 para colgar vuestros relatos.
Que fluyan las letras.
Final
Era el mejor de los tiempos. Incluso había dejado de fumar. Entró en la casa y la encontró tirada. Sollozaba. Él no sintió nada, como siempre. Rebuscó en el escondrijo y se encendió un pitillo. Ella le dijo que el queso siciliano estaba podrido. Se fijó en el cigarrillo.
¡Habla más alto!