Capitán, sírveme algo fuerte, que me veo naufragar.
La tasca del caballero del yelmo abollado
Morgam, rey ¿puedes quitarme el captcha?
Morgan no tiene esa potestad, solo el señor Patapalo puede liberarte de esas cadenas.
Ahora me toca a mí. Morgana cariño dame un masajito entre las agujas que estoy destrozao de tanto darle al mazo... de beber? sí, dame algo también de beber, lo más fuerte que tengas que necesito recuperar fuerzas... zzz...
¿Chupada? ¿Morgana? ¿Cadenas? ¿Masaje?
¡Como estaba la tasca a altas horas de la madrugada! No sé si parecía un lupanar o Cincuenta sombras de Grey. Espero que no me pidáis escribir un micro con esas cuatro palabras que me enciendo. Menos mal que llueve y puedo salir al balcón a mojarme con la lluvia para que se me apaguen los calores.
Por cierto, un trago de lo que pida para el amigo Bote.
¡Morgan! ¡Un chocolateconchurros! Que me voy a dar una vuelta por los desafíos, y necesito energía...
¿Queréis una chupada?
Es que sois muchos...y tiene que haber chupadas para todos. Pero a ti te doy un polo de fresa enterito. Luego no me digas ná si se te congelan las ideas, eh?
¿Y para mí qué hay?
Halaaaaaaa!!!
¡¡Que somos 33!! ¡Que se queda solo 1 fuera!
Ay, pobrecico... ese se merece barra libre de whisky por lo menos...
Una gilda y un caldito bautizao, cuando podáis.
Halaaaaaaa!!!
¡¡Que somos 33!! ¡Que se queda solo 1 fuera!
Ay, pobrecico... ese se merece barra libre de whisky por lo menos...
Si nos apretamos todos un poco más, lo mismo cabe.
Como sigamos comiendo helados de fresa de los de ahí arriba, ya te digo yo que no...
[
(Para más información San Google)
¡¡¡Colirio!!! ¡¡¡Invita LCS!!!
Por favor, Morgana...
Y si eso, un heladito de esos de fresa. Me va a tintar de rosa el suero, pero bueno...
¡¡¡Colirio!!! ¡¡¡Invita LCS!!!
Por favor, Morgana...
Y si eso, un heladito de esos de fresa. Me va a tintar de rosa el suero, pero bueno...
Si te tintas el suero de rosa va a parecer que tienes los ojos irritados... Per vamos, que el colirio ese que has pedido los va a volver a dejar limpios y desinfectados.
¡¡¡Colirio!!! ¡¡¡Invita LCS!!!
Por favor, Morgana...
Y si eso, un heladito de esos de fresa. Me va a tintar de rosa el suero, pero bueno...
Si te tintas el suero de rosa va a parecer que tienes los ojos irritados... Per vamos, que el colirio ese que has pedido los va a volver a dejar limpios y desinfectados.
Eso, eso colirio, hasta que se llene todo el Bote. Y también un algo de lo que sea para quién he dedicido que sea mi nueva archienemiga.
Eso, eso colirio, hasta que se llene todo el Bote. Y también un algo de lo que sea para quién he dedicido que sea mi nueva archienemiga.
¡Yo no quiero ser tu Archiesoooo!
Yo quiero ser tu Archiduquesa o algo así. ¿Puedo?
Eso, eso colirio, hasta que se llene todo el Bote. Y también un algo de lo que sea para quién he dedicido que sea mi nueva archienemiga.
¡Yo no quiero ser tu Archiesoooo!
Yo quiero ser tu Archiduquesa o algo así. ¿Puedo?
¡Jo! No seas así. En todas las películas hay un bueno y un malo y en esta te ha tocado ser la mala. No me estropees el guión.
Bueno, si quieres, yo soy el malo y tú la buena .
Eso, eso colirio, hasta que se llene todo el Bote. Y también un algo de lo que sea para quién he dedicido que sea mi nueva archienemiga.
Yo siempre soy la buena...y lo sabes.
Eso, eso colirio, hasta que se llene todo el Bote. Y también un algo de lo que sea para quién he dedicido que sea mi nueva archienemiga.
Yo siempre soy la buena...y lo sabes.
Buenas tardes tengas sus mercedes. Algún pasado golpe en la cabeza debió torcer mi ingenio pues veo que me voya quedar en blanco. Esto me pasa por comprarle el yelmo a un vendedor chino, en lugar de ser de buen acero toledano. Sea pues una absenta para ahogar penas y ronda libre para Antartica y para El Suizo decantado. Ire a abrillantar la armadura para sortijas y dardos.
Buenas tardes tengas sus mercedes. Algún pasado golpe en la cabeza debió torcer mi ingenio pues veo que me voya quedar en blanco. Esto me pasa por comprarle el yelmo a un vendedor chino, en lugar de ser de buen acero toledano. Sea pues una absenta para ahogar penas y ronda libre para Antartica y para El Suizo decantado. Ire a abrillantar la armadura para sortijas y dardos.
No desista buen hombre, que parece que quedarán pocos fuera e incluso yo mismo entraré.
Se recuerda a todos los justeros que queda poco más de hora y media para colgar el desafío propio y un día más para contestar el otro desafío...
Morgana pon de beber a estos guerreros que necesitarán recuperarse de tanta sangre derramada... no, no, a mí no hace falta, yo lo que necesito es otra cosa...
Una essshperando toda la semana, con el vestido de baile puesto, y no solo no me llama nadie para ser presidente, siendo el candidato másssh votado, que además ahora no tengo a nadie con quien pactar.
¡Camarero, másssh vino!
Morgana, guapa. Pónme otra copa de lisérgico con soda, que me han vuelto a rechazar. Por cierto, ¿no querrás ser tu mi archienemiga? Es que, ¿sabes? yo sin archienemigo no soy nadie.
Oda a la derrota
¡Albricias, caballeros! ¡Saludos, guerreras!
¡Yo soy el caballero del yelmo abollado, de la cimera castrada y de la cota rasgada! Mi escudo, pluma de sable en contrabanda sobre campo de plata, ha sido hendido en el campo del honor y mis armas rendidas.
Morgana, no he de llamarte posadera porque he las mías rozadas del arzón, por tanto ¡Mesonero, acuda por vida de!
¡Dó está Ares! ¡Dó Marte! ¡Do sostenido! ¡Dó las valquirias y las uríes que han de recoger a los valientes caídos en la batalla! Fue acaso una urdimbre del entendimiento el pensar que los derrotados habrían algún consuelo...
¡Mesonero, acuda, digo, o vive dios que...! Corran copas y cuartillas, trasiéguense azumbres y arrobas de lo mejor. Zumo de La Mancha, «Machaquito» para que crezcan las tetas, «Chinchón seco» para agrandar los penes... Y brindemos por la derrota.
Y, bueno, al caballero del fondo que pidió agüita de azahar, sírvasele; con popote, pajita o cañuto que parece que no levantará la celada para dejarnos conosçer el su rostro.
¿Acaso no velé mis armas? ¿Acaso no me fueron fieles? Mi lanza había la mejor de las tintas, mi escudo reçumaba bytes de procesador y mi caballo «Neurófago» comió las mejores letras que era gusto leer las heces. Mis tres plumas, «Trazante», «Pergeñora» y «Enhiesta» cumplieron en la más alta gesta que vieron los tiempos.
Pero yo caí.
Por eso brindamos ahora:
¡Por mis vencedores, «Víctor Laszlo» y «El del bancal», cuyas victorias son bien merecidas! Y por las estocadas, palos y lanzadas que me dieron hasta hacerme papilla los menudillos, que lo ficieron en buena lid.
¡Por «Mascarilla», con quien hubiese querido romper un par de lanzas, o de bolis, y me lo impidió caerme del caballo a montura parada! —Así de torpe soy, con ayuda de Cronos que me la jugó.—
¡Por los tres jueces, «Camelia», «RSMCoca» y «Piraña»! En justa justa que a las bases se ajusta, no folgada sino justa entra la razón del fallo. Si merecí su castigo no lo dudo, que fueron discretos, pero palos, mamporros y puñadas diéronme hasta en el cielo de la boca y dejáronme los huesos molidos.
¡Por los derrotados! Porque tras la confrontación éste es nuestro trofeo: Con buitres y merodeadores, los cadáveres de los vencidos quedamos dueños y señores del campo de batalla. ¡Sean nuestros cetros las lanzas quebradas y nuestros tronos los pendones ajados!
Por todo os digo, camaradas de armas y letras, bebamos y folgemos, refocilémonos, hayamos fornicio y diversión; paga el caballero tristemente desfigurado. Y ¡escribamos! que andan los críptidos abandonados.
¡Olé!
Oda a la derrota
¡Albricias, caballeros! ¡Saludos, guerreras!
¡Yo soy el caballero del yelmo abollado, de la cimera castrada y de la cota rasgada! Mi escudo, pluma de sable en contrabanda sobre campo de plata, ha sido hendido en el campo del honor y mis armas rendidas.
Morgana, no he de llamarte posadera porque he las mías rozadas del arzón, por tanto ¡Mesonero, acuda por vida de!
¡Dó está Ares! ¡Dó Marte! ¡Do sostenido! ¡Dó las valquirias y las uríes que han de recoger a los valientes caídos en la batalla! Fue acaso una urdimbre del entendimiento el pensar que los derrotados habrían algún consuelo...
¡Mesonero, acuda, digo, o vive dios que...! Corran copas y cuartillas, trasiéguense azumbres y arrobas de lo mejor. Zumo de La Mancha, «Machaquito» para que crezcan las tetas, «Chinchón seco» para agrandar los penes... Y brindemos por la derrota.
Y, bueno, al caballero del fondo que pidió agüita de azahar, sírvasele; con popote, pajita o cañuto que parece que no levantará la celada para dejarnos conosçer el su rostro.
¿Acaso no velé mis armas? ¿Acaso no me fueron fieles? Mi lanza había la mejor de las tintas, mi escudo reçumaba bytes de procesador y mi caballo «Neurófago» comió las mejores letras que era gusto leer las heces. Mis tres plumas, «Trazante», «Pergeñora» y «Enhiesta» cumplieron en la más alta gesta que vieron los tiempos.
Pero yo caí.
Por eso brindamos ahora:
¡Por mis vencedores, «Víctor Laszlo» y «El del bancal», cuyas victorias son bien merecidas! Y por las estocadas, palos y lanzadas que me dieron hasta hacerme papilla los menudillos, que lo ficieron en buena lid.
¡Por «Mascarilla», con quien hubiese querido romper un par de lanzas, o de bolis, y me lo impidió caerme del caballo a montura parada! —Así de torpe soy, con ayuda de Cronos que me la jugó.—
¡Por los tres jueces, «Camelia», «RSMCoca» y «Piraña»! En justa justa que a las bases se ajusta, no folgada sino justa entra la razón del fallo. Si merecí su castigo no lo dudo, que fueron discretos, pero palos, mamporros y puñadas diéronme hasta en el cielo de la boca y dejáronme los huesos molidos.
¡Por los derrotados! Porque tras la confrontación éste es nuestro trofeo: Con buitres y merodeadores, los cadáveres de los vencidos quedamos dueños y señores del campo de batalla. ¡Sean nuestros cetros las lanzas quebradas y nuestros tronos los pendones ajados!
Por todo os digo, camaradas de armas y letras, bebamos y folgemos, refocilémonos, hayamos fornicio y diversión; paga el caballero tristemente desfigurado. Y ¡escribamos! que andan los críptidos abandonados.
Oda a la derrota
¡Albricias, caballeros! ¡Saludos, guerreras!
¡Yo soy el caballero del yelmo abollado, de la cimera castrada y de la cota rasgada! Mi escudo, pluma de sable en contrabanda sobre campo de plata, ha sido hendido en el campo del honor y mis armas rendidas.
Morgana, no he de llamarte posadera porque he las mías rozadas del arzón, por tanto ¡Mesonero, acuda por vida de!
¡Dó está Ares! ¡Dó Marte! ¡Do sostenido! ¡Dó las valquirias y las uríes que han de recoger a los valientes caídos en la batalla! Fue acaso una urdimbre del entendimiento el pensar que los derrotados habrían algún consuelo...
¡Mesonero, acuda, digo, o vive dios que...! Corran copas y cuartillas, trasiéguense azumbres y arrobas de lo mejor. Zumo de La Mancha, «Machaquito» para que crezcan las tetas, «Chinchón seco» para agrandar los penes... Y brindemos por la derrota.
Y, bueno, al caballero del fondo que pidió agüita de azahar, sírvasele; con popote, pajita o cañuto que parece que no levantará la celada para dejarnos conosçer el su rostro.
¿Acaso no velé mis armas? ¿Acaso no me fueron fieles? Mi lanza había la mejor de las tintas, mi escudo reçumaba bytes de procesador y mi caballo «Neurófago» comió las mejores letras que era gusto leer las heces. Mis tres plumas, «Trazante», «Pergeñora» y «Enhiesta» cumplieron en la más alta gesta que vieron los tiempos.
Pero yo caí.
Por eso brindamos ahora:
¡Por mis vencedores, «Víctor Laszlo» y «El del bancal», cuyas victorias son bien merecidas! Y por las estocadas, palos y lanzadas que me dieron hasta hacerme papilla los menudillos, que lo ficieron en buena lid.
¡Por «Mascarilla», con quien hubiese querido romper un par de lanzas, o de bolis, y me lo impidió caerme del caballo a montura parada! —Así de torpe soy, con ayuda de Cronos que me la jugó.—
¡Por los tres jueces, «Camelia», «RSMCoca» y «Piraña»! En justa justa que a las bases se ajusta, no folgada sino justa entra la razón del fallo. Si merecí su castigo no lo dudo, que fueron discretos, pero palos, mamporros y puñadas diéronme hasta en el cielo de la boca y dejáronme los huesos molidos.
¡Por los derrotados! Porque tras la confrontación éste es nuestro trofeo: Con buitres y merodeadores, los cadáveres de los vencidos quedamos dueños y señores del campo de batalla. ¡Sean nuestros cetros las lanzas quebradas y nuestros tronos los pendones ajados!
Por todo os digo, camaradas de armas y letras, bebamos y folgemos, refocilémonos, hayamos fornicio y diversión; paga el caballero tristemente desfigurado. Y ¡escribamos! que andan los críptidos abandonados.
¿Queréis una chupada?
Es que sois muchos...y tiene que haber chupadas para todos. Pero a ti te doy un polo de fresa enterito. Luego no me digas ná si se te congelan las ideas, eh?